Las mujeres contamos, somos más de la mitad de la población de este país y representamos 52 por ciento del padrón electoral. El trabajo productivo que realizamos, tanto en el ámbito público como en el privado, con el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, así como nuestra participación política, contribuye al sostenimiento de la economía mexicana y aporta a la profundización y ampliación de la democracia.

Este año, por primera vez en México, podremos aspirar a la paridad política, con un marco jurídico favorable para nuestra participación en cargos de elección popular gracias a la reforma del Artículo 41 constitucional. Sin embargo, este avance histórico se da en un contexto marcado por la crisis de violencia y violaciones a los derechos humanos, reflejo del progresivo deterioro del Estado y de los graves impactos en la población de la desigualdad económica y social experimentada por décadas.

En este marco, los partidos políticos parecen haber olvidado los derechos de las mujeres y los compromisos mínimos ya adquiridos; en su lugar, cuestionan y ponen obstáculos a la plena instrumentación de la legislación vigente en materia de paridad. También evaden de manera reiterada el sufrimiento de millones de mujeres que enfrentan la desaparición de sus familiares, el feminicidio o el asesinato de sus seres queridos a manos del crimen organizado o de fuerzas de seguridad del Estado. Las mujeres enfrentamos, además, la más absoluta impunidad.

Los partidos políticos en el poder no parecen preocuparse por la urgencia de activar la Alerta de Género, por las defensoras de derechos humanos y mujeres periodistas asesinadas y amenazadas. Tampoco se preocupan por la necesidad de evitar más muertes de mujeres por causas prevenibles durante el embarazo o por el derecho al aborto, éste último cada día más restringido en numerosos estados de la república.

Cambiar esta situación requiere tanto de la participación activa y decidida de las mujeres en su diversidad, trabajando desde todos los espacios de participación por la vigencia y reconocimiento de nuestros derechos, como también del ejercicio de un voto informado y responsable otorgado a las candidaturas que pongan en el centro de su agenda la igualdad y los derechos de las mujeres.

Por ello, hacemos un llamado a revisar las plataformas electorales, a identificar a las candidatas y a los candidatos que participen en esta contienda electoral y a informarnos acerca de los compromisos que los partidos hayan adquirido con relación a nuestros derechos. También llamamos a señalar a aquellas y aquellos candidatos que tengan antecedentes de violencia contra las mujeres, que hayan estado involucrados en actos represivos o que hayan avalado o cometido violaciones a los derechos humanos.

Hacer un voto informado significa ejercer una ciudadanía activa y responsable, ya que al conocer las implicaciones de nuestras decisiones, somos partícipes de la construcción del futuro de nuestro país. Decidir el sentido del sufragio en momentos tan difíciles no es tarea sencilla, por ello, debemos considerar algunos elementos que nos ayuden a tomar posición al respecto.

Si decidimos salir a votar por alguna candidata o candidato a una diputación federal, de cualquiera de los diez partidos políticos representados en la boleta electoral, es importante tener en cuenta que ese voto contará en dos sentidos: primero, se sumará a la votación total de la candidatura de nuestra elección y determinará quién de todos es la o el ganador del distrito electoral federal al que pertenece nuestra credencial de elector. El segundo tiene que ver con la asignación de 200 diputaciones que llegarán a la Cámara de Diputados por la vía plurinominal. Nuestro voto se sumará a la bolsa total de sufragios emitidos en la circunscripción respectiva y de ahí saldrán los plurinominales. Esto significa que el número de curules que le toca a cada partido por esta vía está relacionado con los votos recibidos por cada candidato que se postuló por mayoría relativa (voto directo).

La currícula de futuras legisladoras y legisladores es poco conocida y los datos de perfil que se han hecho públicos son poco alentadores. Por esta razón, es importante investigar y conocer a quienes están contendiendo y hacer un voto razonado por quienes tengan disposición para generar avances en la agenda por la igualdad o, al menos, a realizar un ejercicio trasparente de su gestión y contar con disposición a la interlocución con la ciudadanía.

Si bien el voto nulo o en blanco es una opción, causa un efecto contrario al que se pretende. Esto se relaciona con que las reglas electorales en México establecen que para la designación de plurinominales sólo se considera la votación nacional emitida y ésta se compone únicamente por el 100 por ciento de los votos sufragados por los partidos y sus candidatas y candidatos. Es decir, no consideran los votos nulos o blancos, lo cual eleva el porcentaje real de votación a los partidos grandes y por tanto su representación en el Congreso de la Unión.

Pareciera que frente a la falta de propuestas y calidad de las mismas, la única opción sería la abstención. Sin embargo, al igual que el voto nulo o en blanco, sólo es testimonial y de nueva cuenta fortalece a las “grandes” fuerzas políticas.

Nuestro reto es complicado mientras existan estas reglas, en el ejercicio ciudadano tenemos poco de donde escoger. Por ello, resulta necesario considerar opciones que, aunque poco atractivas puedan contribuir a hacer contrapesos en el Congreso. El voto diferenciado constituye una alternativa para este efecto y requiere elegir con lupa a quienes puedan interlocutar con nosotras.

A tal efecto hemos compilado información acerca de los perfiles de las y los candidatos y de las plataformas electorales, los cuales pueden ser de utilidad para emitir un voto informado. Esta información está disponible en: http://bit.ly/1JhXH3M

Hacemos un llamado a construir alianzas y puentes de diálogo entre nosotras para trabajar por un nuevo pacto social que erradique las desigualdades, que genere un entorno seguro, libre de violencia para las mujeres y para nuestras comunidades y que haga posible el pleno ejercicio de los derechos humanos.

¡Las mujeres contamos!

¡Las mujeres podemos definir esta elección!

María Eugenia Romero Contreras, Lucía Pérez Fragoso, Marusia López, Beatriz Cavazos Siller, Adela Muñiz Guadarrama, Alma Rosa Colín Colín, Gabriela García, Sofía Román, Gabriela Segura Cárdenas, Adriana Patlán, Andrea Acevedo, Rosario Texis, Ángeles Salinas, Alejandra Rodríguez, Gabriela Rioja, Bertha Miranda, Ana Francis Mor, Atziri Carranza, Tania Meza, Karen Quintero, Arely Torres, Vanesa González Rizzo, Dana Corres, Angélica Morales, Maricruz García, Lluvia Cervantes, Esperanza Arias, Marisol Flores, Leticia Olvera, Claudia I. Barrón, Lidia Arginira Rodríguez Campos, Patricia Ortega, Alejandra Ramos, Janett Martínez, Gabriela Serralde, Cristina Renaud

Equidad de Género: Ciudadanía, Trabajo y Familia, A.C.

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