Trabajo femenino sin estigmas

por | Sep 1, 2015 | 6 Aniversario, Septiembre 2015 | 0 Comentarios

Certificar al ayuntamiento en este rubro lo compromete a mantener prácticas a favor de la igualdad entre hombres y mujeres

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Hace unos años Pachuca de Soto, Hidalgo, no tenía una sola instancia de atención especializada para brindar atención a la mujer, ahora es uno de los pocos municipios en el país que cuentan con la Certificación en Equidad de Género, que otorgó en una primera etapa del Modelo de Equidad de Género (MEG), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

Ésta es una herramienta que compromete a mantener prácticas y mecanismos internos que garanticen la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres que trabajan en oficinas de gobierno.

Dicho logro fue impulsado por encuestas del ayuntamiento que miden el clima laboral, de las cuales las autoridades observaron que había gran disparidad en cuanto a puestos, sueldos, ascensos, así como un lenguaje sexista. Con relación a la población municipal en general, otro reporte dio cuenta de que el tipo de violencia más generalizado contra las mujeres en Pachuca de Soto era de orden psicológico.

“Tan naturalizadas están muchas formas de violencia que ya no se detectan, no se ven”, comenta Tatiana Rubio Magaña, titular del Instituto Municipal de las Mujeres (IMM). Algunas habitantes acuden por orientación jurídica y ahí se percatan de que son víctimas de violencia, “ven normal no tener acceso a la escuela, al trabajo, a las mismas oportunidades que los hombres”, afirma la funcionaria.

Para la especialista en Estudios de Género, Clara Scherer Castillo, en México falta armonizar las leyes en los estados en materia de igualdad entre hombres y mujeres. Donde más se evidencian las carencias, recalca, es en el nivel educativo y en el poder adquisitivo.

En cada municipio las féminas viven procesos distintos, “ellas son quienes tienen el protagonismo. Las autoridades deben cumplir con las leyes, pero deben tener los recursos financieros, humanos e intelectuales”, opina la también fundadora de la Red de Mujeres en Plural.

Promotores de buenas prácticas

Después de evaluar su desempeño, el gobierno de Pachuca de Soto decidió impulsar proyectos con perspectiva de género y buscó la certificación del MEG del Inmujeres, la cual obtuvo en octubre de 2013.

El primer paso fue la coordinación de funciones, una de las partes más complicadas. Se creó un Comité de Equidad de Género con un enlace en cada una de las dependencias y organismos desconcentrados y descentralizados del municipio, que facilitó la tarea. Cada integrante tiene actividades definidas, lo cual permite una mejor organización.

Promover la igualdad significó lanzar programas educativos para el personal que no había terminado sus estudios básicos; campañas contra la discriminación, hostigamiento y acoso laboral y sexual; programas de detección y prevención de enfermedades crónico degenerativas, y capacitar en temas de liderazgo con perspectiva de género.

Asimismo se creó un procedimiento de selección y contratación de personal donde se supervisa la forma en que se piden las solicitudes de empleo; por ejemplo, que no lleven fotografía para evitar juzgar por la apariencia, género o edad.

Trabajar con perspectiva de género trae muchos beneficios, opina Marcela Eternod Arámburu, secretaria Ejecutiva del Inmujeres, “se aprovecha el capital humano, la gente se siente contenta y orgullosa de trabajar ahí, se desarrolla mejor la capacitación y se genera un clima laboral sano”.

Los municipios certificados “se distinguen de los demás, logran una imagen muy positiva. Propician un ambiente colaborativo y cordial donde no se estigmatiza el trabajo femenino ni hay prácticas sexistas”, considera Eternod Arámburu.

Erradicar discriminación y acoso

Desde el momento en que Pachuca se distinguió con la certificación, no sólo promueve la igualdad de oportunidades en todas sus áreas de gobierno, también busca el pleno respeto de los derechos humanos y la erradicación de cualquier acto de discriminación u hostigamiento. “No teníamos más que la voluntad política para empezar”, acepta Tatiana Rubio, ya que la administración anterior había dejado listo el decreto de creación de la institución y así se diseñaron los primeros programas.

Aunque la mayoría de las acciones que establece el MEG están relacionadas con la práctica interna municipal, otras benefician a la población fuera de ella, como los talleres sobre igualdad, equidad de género, violencia en la pareja y violencia en el noviazgo, autoestima, nuevas masculinidades y feminidades; o las conferencias para la prevención de la violencia de género u obras de teatro sobre los roles atribuidos a ambos géneros.

También se desarrollan programas sociales de cultura, deporte y salud a los que acceden tanto el personal como la ciudadanía. Se otorgan servicios permanentes de asesoría legal y psicológica en apoyo a las féminas.

La idea es que la población esté informada de lo que se hace en el ayuntamiento para hacerla partícipe de las campañas. “Hay estrategias internas que se combinan para beneficiar a la población”, asegura Rubio Magaña.

El municipio de Pachuca de Soto realiza auditorías internas para constatar el cumplimiento al MEG. Hasta la fecha llevan dos, cuyas observaciones han sido cubiertas, como la de colocar buzones en las dependencias para que las personas temerosas de denunciar abiertamente puedan depositar ahí sus quejas.

Por otro lado fue necesario brindar un espacio para la figura de Ombudsperson, recurso independiente, confidencial e imparcial para ayudar al personal a tratar sus problemas laborales. Ahora lo tiene y desde ahí vela por la defensa de los derechos laborales y supervisa que no haya actos de discriminación o acoso.

Superar obstáculos

Marcela Eternod explica que en la experiencia municipal lo más difícil era asignar las responsabilidades para cumplir con los objetivos del MEG. Por lo general, fallaba la coordinación, ver quién podía hacerse cargo de todas las quejas de hostigamiento, discriminación, trato inequitativo, segregación o exclusión.

En ciertas alcaldías la recepción la hacía el órgano de control interno, en otras el cabildo o el área de Recursos Humanos, “todo tenía que recaer en un órgano capaz de recabar la información suficiente y comprometerse con las acciones”, indica la secretaria Ejecutiva del Inmujeres.

En algunas ocasiones se tuvo que negociar la implementación del MEG con fuertes sindicatos de trabajadores. “Sólo los municipios con voluntad política superaron cada uno de los obstáculos. Cuando el alcalde intervenía directamente era fácil cubrir los requisitos del modelo”, refiere Eternod Arámburu.

A su vez, Clara Scherer subraya que algunos gobiernos locales se ven afectados por los cambios de partidos políticos a nivel estatal o por falta de respaldo de los gobernadores. “Hay unidades que cuentan con apoyos y otras no. De eso depende también su éxito”, advierte.

El MEG será modificado en breve para hacerlo corresponder con la nueva ley laboral. Por lo pronto, su carácter voluntario impidió que creciera en cobertura nacional. De un listado de 326 instancias certificadas a nivel nacional, sólo 10 eran alcaldías, la mayoría correspondió a empresas.

Más recursos

Pachuca de Soto pretende beneficiar a más mujeres, pero debe allegarse recursos extraordinarios. El millón y medio de pesos anuales que tiene presupuestado el IMM no alcanza. Las juntas de gobierno destinaron 200 mil pesos para otorgar créditos de apoyo a las ciudadanas. Además, mediante un concurso, se obtuvieron 300 mil pesos por parte del Inmujeres.

Estos recursos serán destinados a una Agenda Ciudadana con Perspectiva de Género que será presentada en noviembre de este año. Para elaborar este documento se invitó a la sociedad civil organizada y académicos a participar en cinco foros de consulta, así como en mesas de trabajo. La idea es conocer las problemáticas y de qué forma se solucionan.

Así es como los mayores avances en igualdad de género se dan en lugares donde hay grupos de mujeres organizadas y que trabajan desde la sociedad civil por los derechos políticos, asegura Clara Scherer.

 

 

A mayor capacitación y participación, más profesionalismo y competitividad de las mujeres

Por Rocío Tapía

Eleazar García Sánchez está orgulloso de que el municipio que preside, Pachuca de Soto, se haya convertido en el primero en certificarse en equidad de género en el estado de Hidalgo. Para él la cultura de la igualdad es pieza clave en toda acción: “Nuestra sociedad sigue teniendo el mejor comportamiento hacia la mujer, debemos promover un trato igualitario”, asevera.

El edil acompaña estos argumentos con hechos. Prácticamente la mitad de su gabinete está dirigido por mujeres: “Este 50-50 nos permite tener una visión más dinámica sobre los retos de la ciudad. Hay situaciones en que las mujeres son más prácticas para la resolución de las problemáticas. Suelen ver más allá de lo inmediato, además son mejores administradoras, la cuestión financiera está a salvo con ellas”, asegura.

Experiencias de vida le han mostrado cómo muchas féminas sacan adelante a sus familias. El alcalde comparte que su propia madre es ejemplo de ello. Además, cuando fue presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en el estado, vio que más de la mitad del consejo directivo eran mujeres.

“Ellas están pendientes de sus colonias. Su participación es muy activa, se preocupan por el entorno, la sociedad”, comenta.

Como presidente municipal afirma no dudar en apostar por la equidad de género. La localidad promueve los derechos de niñas y mujeres, busca garantizar el acceso a diferentes áreas de oportunidad y difundir el derecho de todas a tener una vida libre de violencia.

A dos meses de haber iniciado su administración, le tocó dar forma al Instituto Municipal de las Mujeres (IMM) que no contaba con infraestructura. Empezó con atención psicológica y jurídica. Hoy día ya tiene instalaciones propias y está en proceso de volverse un organismo descentralizado con presupuesto propio.

El IMM se encarga de organizar talleres y cursos de emprendimiento. Más de mil mujeres han tomado alguno. Se da atención a casi toda la zona metropolitana. “Observo mayor integración entre las participantes, les da orgullo cuando reciben su reconocimiento al terminar los cursos. Entre mayor capacitación, más profesionalismo y competitividad. Así tienen más posibilidades para alcanzar puestos”, opina el alcalde de Pachuca de Soto.  

Sin embargo, dada la dependencia económica, muchas mujeres vuelven al círculo de violencia. La solución fue otorgar créditos con tasa cero de recuperación: “La idea es que puedan iniciar un negocio y tener independencia económica”, explica Eleazar García.  

El camino es largo. Por ahora se da seguimiento a que en todas las áreas del municipio se difunda la equidad de género y así expresarlo hacia fuera. El trabajo incluye a los hombres, con el fin de hacer conciencia de que son promotores de esta cultura, “aquí viene un trabajo importante hacia la sociedad, no sólo es responsabilidad de un gobierno municipal”.  

Su meta a corto plazo es que la certificación contagie el ánimo a todos los trabajadores del municipio, que se desempeñen con esta política de igualdad por convicción, no por obtener un documento. “Hemos buscado que se aprueben algunos programas en el Congreso local para que quede dictaminado y se le dé continuidad a la equidad de género, que no sólo sea el logotipo de esta administración.”  

Reconoce que falta mucho por hacer, pero “estamos sembrando la semilla para que el día de mañana la ciudadanía participe. Veo el respaldo de las mujeres, nos ayudan a formar a los hijos con esa perspectiva de género y mañana tendremos una sociedad con igualdad plena entre hombres y mujeres”.

 

Rocío Tapia

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