No más filas afuera de escuelas.

por | Jun 1, 2013 | Junio 2013, Tips de Gestión | 0 Comentarios

Como ayudan los camiones Uno de los principales responsables de la saturación vial de las ciudades es el traslado de niños y jóvenes a las escuelas. Tan sólo en el Distrito Federal (DF), se estima que estos viajes contribuyen con 20 por ciento de todos los vehículos particulares que circulan por las calles durante las horas pico.

Esto se debe a que 60 por ciento de los menores que asisten a primarias y secundarias del esquema privado llegan a sus centros de estudio en automóvil, sin olvidar que cada unidad mueve únicamente a 1.3 alumnos en promedio.

Con el propósito de eliminar el caos que se genera afuera de los planteles y agilizar el tráfico para las personas que viven o trabajan en las zonas escolares, las ciudades pueden adoptar un sistema de transporte escolar, que no sólo reducirá el número de viajes, sino que también disminuirá la contaminación del aire. Se estima que un autobús sustituye a 30 autos particulares.

Sin embargo, antes de tomar una decisión, los gobiernos locales deberán evaluar una serie de factores regulatorios, logísticos y de seguridad, que es preciso tomar en consideración para garantizar la prestación de un servicio de calidad, refiere Elías Dana Roffe, director General de Unidad de Negocio en Transportes Lipu.

REGLAS Y PROVEEDORES

El directivo menciona que el primer paso consiste en detectar la incidencia de problemas de embotellamientos en las zonas escolares. En segundo lugar, formular y publicar una norma o reglamento, a través del cual se especifiquen las condiciones del sistema como los sujetos obligados, las excepciones y las características que deberá tener el esquema de movilidad escolar, entre ellas las medidas de seguridad y el equipamiento de las unidades.

Dana Roffe cita como ejemplo el caso de la Ciudad de México que en 2008 expidió su Programa de Transporte Escolar (Prote), el cual es ineludible para todas las escuelas del sistema privado, pero que establece un calendario de aplicación según el número de alumnos matriculados. Explica que se pensó en los estudiantes de este tipo de colegios, porque constituyen el segmento de la población de educación básica que con mayor frecuencia es llevado por sus padres en automóvil.

PADRES TRANQUILOS

Elías DanaAsimismo, los gobiernos de las ciudades deben cerciorarse sobre la disponibilidad de empresas proveedoras de autobuses en su área geográfica, además de corroborar la capacidad material de éstas para responder ante una eventual contratación. Esto es importante, porque los prestadores del servicio deben acreditar experiencia en la materia.

Otro aspecto fundamental es el trabajo coordinado con las escuelas, ya que es prácticamente indispensable que los planteles acondicionen espacios apropiados para el ascenso y descenso de estudiantes —o que incluso permitan a los autobuses ingresar a sus instalaciones—, además de que se requiere de su colaboración para colocar las señales de tránsito correspondientes.

El directivo también destaca la importancia de que las autoridades sean lo suficientemente exhaustivas para explicar el funcionamiento del sistema a los padres de familia, en aras de vencer las resistencias, sobre todo por el gasto adicional que implica para los hogares.

Sin embargo, Dana Roffe refiere que los costos son relativos, si se consideran los beneficios. “Hoy día tenemos más padres y madres trabajadoras que no saben con quién dejar a sus hijos o quién se haga responsable de los trayectos. Vemos a muchas madres que salen de su trabajo o que ocupan su horario de comida y ni siquiera es suficiente para recoger a sus niños. Con el transporte escolar, los padres pueden trabajar sin la preocupación de que sus hijos lleguen en forma segura”.

En la capital del país —donde el Prote se encuentra en su quinta etapa de instauración—, la Secretaría de Medio Ambiente local refiere que los índices de contaminación del aire han disminuido más de 60 por ciento en las zonas escolares donde se aplica el sistema y que también ha aumentado cinco kilómetros por hora la velocidad promedio de los automóviles.

Con base en estos resultados, el directivo destaca asimismo que el transporte escolar tiene una baja incidencia de accidentes, lo que representa otra ventaja para los padres y los menores.

MANCUERNA ESCUELAS-EMPRESAS

Acerca del equipamiento y las medidas de seguridad de las unidades, Elías Dana comenta que los autobuses de Lipu cumplen con los requerimientos de las autoridades y del mercado. Vuelve al ejemplo del DF, donde por ley los camiones están amparados por un seguro de responsabilidad civil que cubre daños a los usuarios.

Igualmente, los vehículos están equipados con dispositivos de rastreo satelital, además de que los operadores portan teléfonos celulares o radio para mantenerse en comunicación con la empresa. En caso necesario, los choferes pueden solicitar auxilio a una cabina de monitoreo que trabaja las 24 horas del día.

Sobre la capacitación del personal, el directivo refiere que éstos deben acreditar exámenes socioeconómicos y psicométricos, para verificar que no tengan antecedentes penales y que mentalmente estén habilitados para tolerar la frustración y reaccionar ante un imprevisto.

Una vez que pasan esos filtros, los conductores reciben instrucción en varios aspectos como el reglamento de tránsito, mecánica básica para conocer el camión e incluso sobre primeros auxilios.

Para garantizar un funcionamiento óptimo, Elías Dana insiste en que la colaboración entre empresas de transporte y escuelas sea muy estrecha, ya que en la práctica los camiones son una extensión de los planteles. En este sentido, es pertinente la participación de la escuela para aplicar el reglamento en las unidades y también habilitar a un profesor o prefecto encargado de vigilar a los menores durante los trayectos, lo que dejaría libre al operador para concentrarse en el volante.

Guadalupe Cadena

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