En los últimos dos años, Tijuana, Baja California, ha logrado reponerse de una baja en su calificación de riesgo crediticio, al incrementar su ahorro interno y refinanciar la deuda contraída en periodos anteriores, lo que le ha valido el reconocimiento de las calificadoras internacionales al otorgarle una nota de “mxAA-” en escala nacional.
Daniela Brandazza, analista de Standard and Poor’s (S&P), explica en entrevista que el municipio ha observado buenas prácticas financieras, las cuales le han valido que su calificación se sostenga en un nivel alto dentro del contexto mexicano.
“El municipio ha mantenido en los últimos años un prudente manejo de su presupuesto, aun cuando tiene muchos desafíos para proveer de servicios públicos a una población creciente y a pesar de asuntos particulares como la seguridad”, dice la experta.
Asimismo, Humberto Panti, analista de Fitch Ratings, destaca que Tijuana es uno de los municipios con los presupuestos más altos de México. En 2010 tuvo ingresos totales por 3,900 millones de pesos (mdp), sin tomar en cuenta los recursos por financiamiento. El especialista considera que es difícil —aunque no imposible— que la calificación de riesgo crediticio suba a AAA, ya que sólo el Distrito Federal la tiene, debido a que está respaldado por el Gobierno Central.
No obstante, los analistas financieros esperan que el municipio encabezado por el priista Carlos Bustamante Anchondo continúe por el mismo camino trazado hasta el momento, consistente en fortalecer el manejo de ingresos y gastos, y en contar con suficiente liquidez en los próximos años para hacer frente a sus obligaciones financieras.
“También esperamos que sostenga una política de endeudamiento restrictiva o más limitada de lo que hemos observado, porque si se ve el historial de calificaciones, en algún momento éstas han bajado”, advierte Brandazza.
Del fondo a la cima
En 2008 la calidad crediticia de Tijuana reportó una baja calificación, porque el municipio tenía un programa de pavimentación con concreto hidráulico, para lo cual iba a solicitar financiamiento externo alto. En 2009 y 2010 se realizaron las obras, por lo que al cierre del segundo año los pasivos ascendían a cerca de 2,300 mdp, incluyendo financiamiento de corto plazo.
En abril de 2011, S&P confirmó la calificación a la alza y la perspectiva estable, al mantener en la administración local una serie de buenas características institucionales. “La calificación de Tijuana continúa reflejando una adecuada administración financiera que esperamos se mantenga en los próximos dos años y que buscará financiar su programa de inversión sin recurrir a endeudamiento adicional”, comenta Brandazza.
Aun cuando el nivel de deuda que alcanzaría el municipio durante el periodo 2011-2012 es alto, con relación a otros municipios de la misma categoría de calificación, todavía se compara de manera positiva con algunos pares internacionales, agrega la experta.
De todos los municipios que califica Fitch, Tijuana es una de las entidades con menor dependencia presupuestal. La recaudación promedio de ingresos propios sobre totales a nivel nacional oscila en 30 por ciento, mientras que la de la ciudad norteña es de 40 por ciento aproximadamente, ya que sus ingresos aumentaron en 300 mdp.
Asimismo, ha logrado elevar su recaudación de predial. En 2006 cobraba 180 mdp, pero en diciembre de 2010 aumentó a 300 mdp, lo que significa un repunte de 14 por ciento anual; no obstante, Humberto Panti asegura que hay áreas de oportunidad en la retención de este impuesto.
Otra ventaja importante de Tijuana es la fuerza que le da su ahorro interno, ya que en 2010 guardó 643 mdp. “Hay estados que generan esta cantidad de ahorro interno, pero aquí se trata de un municipio. Es una cantidad elevada, que le permite hacer reservas y también cubrir una deuda abultada.”
Renegociación
La valoración de Fitch sobre la calidad crediticia del municipio bajacaliforniano también incorpora la expectativa de que la administración local refinanciaría la totalidad de su deuda antes de finalizar el primer semestre de 2011, con un perfil de largo plazo y un servicio de deuda manejable, lo que se concretó el pasado 6 de julio.
En sesión extraordinaria de cabildo, celebrada ese día, el cuerpo edilicio aprobó por mayoría una ampliación al Presupuesto de Egresos del ejercicio fiscal 2011, por la cantidad de 2,340 mdp, que dará solvencia al ayuntamiento para cubrir el pago de la reestructuración de la deuda pública, heredada por anteriores administraciones municipales.
Lo anterior se suma a un acuerdo previo del cabildo, que también fue avalado en su momento por el Congreso estatal, para incrementar el techo de endeudamiento del ayuntamiento hasta por 2,560 mdp.
Francisca Ana Krauss, regidora tijuanense y presidenta de la Comisión de Hacienda, explica que la ampliación presupuestal fue de conformidad con lo previsto en el Artículo 50 de la Ley de Presupuesto y Ejercicio del Gasto Público del Estado de Baja California, acuerdo que, por mayoría del cabildo, fue aprobado y enviado al Congreso del estado, para su conocimiento y revisión de la Cuenta Pública.
Menos costo de la deuda
Hoy la deuda ya fue refinanciada, con tasa variable pero protegida con coberturas para no estar expuestos a la volatilidad. “Si bien es abultada y representa alrededor de 65 por ciento de los ingresos, no deja de ser una deuda manejable y pagable para el ahorro interno y el tamaño que tiene Tijuana”, considera Humberto Panti.
Antes de la reestructuración, al 31 de marzo de 2011, la deuda municipal estaba integrada por 1,477 mdp ejercidos de los 1,714.2 mdp del crédito celebrado con Cemex Concretos, mismo que comenzó a amortizarse en enero de 2011 y que cuenta con garantía de 77 por ciento de las participaciones del municipio.
También se añadían 560 mdp de un crédito con Scotiabank por 588 mdp, que cuenta con garantía de 23.5 por ciento de las participaciones municipales; además de 14.5 mdp solicitados al Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN), para financiar la adquisición de camiones de basura, mismos que cuentan con garantía del flujo de los ingresos propios municipales.
Con los dos créditos de Cemex y Scotiabank, el municipio tenía comprometido el 100.5 por ciento de sus participaciones municipales, pero con la reestructuración concretada el pasado 6 de julio, las garantías se redujeron a 70 por ciento.
Daniela Brandazza detalla que la actual calificación refleja el dinamismo económico de Tijuana, que impacta positivamente en el nivel de recaudación propia, además de que sus pasivos contingentes limitados se observan como factores positivos.
Sin embargo, uno de los factores que impiden a Tijuana adquirir el nivel AAA es que el monto de su deuda equivale a 60 por ciento de los ingresos discrecionales —participaciones federales y recursos propios— que se estima pudiera alcanzar en 2011. Pero también influye su reducida flexibilidad presupuestal, ya que al ocupar parte de sus ingresos en el pago de deuda, tiene un menor margen para otros gastos.
“Parte de todo el refinanciamiento ya estaba incorporado en el análisis, lo que haremos hacia adelante es cerciorarnos de que el presupuesto se siga manejado de manera adecuada en 2011, con una favorable política recaudatoria y que se continúen consolidando buenas prácticas administrativas”, agrega la experta de S&P.
Con la reestructuración de la deuda, el gobierno municipal asegura que se ha reforzado la confianza de los tijuanenses en la administración, por lo que cumplen puntualmente con el pago de sus impuestos.
La base para el crecimiento
En opinión del diputado federal por Tijuana, Humberto Lepe, la seguridad es el principal reto, como en muchas otras zonas del país, pero el buen manejo de la deuda de la actual administración le da margen de maniobra para trabajar en esos temas.
“El presidente municipal está haciendo un adecuado manejo de su deuda, que traerá como consecuencia impulsar obras que, de otra manera, se quedarían pendientes. En materia crediticia ha manejado bien la refinanciación de la deuda para cumplir con los compromisos y promesas de campaña”, refiere el legislador.
Aunque también reconoce que hay otros pendientes, como elevar la calidad de los servicios de recolección de basura, ampliar las áreas verdes, fomentar la cultura y adicionalmente cancelar trámites engorrosos que inhiben la atracción de capitales.
“Una eliminación de trámites facilitaría la inversión y adicionalmente la mejora en los servicios públicos, al generar un acercamiento de empresas que darían empleo y fortalecerían la economía regional, esto también incrementaría el turismo”.
Más allá del buen manejo financiero que se ha hecho en el municipio en los últimos años, Humberto Lepe también considera que autoridades y empresarios deben trabajar de forma más coordinada en mejorar la imagen de Tijuana, ya que tener una buena calificación crediticia ayuda, pero Tijuana debe esforzarse en materia de seguridad pública para que la conozcan como lo que es, una ciudad progresista, con actividades culturales y turísticas.
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