El Tequila de 2020

por | Ago 1, 2014 | Agosto 2014, Ambiente de Negocios | 0 Comentarios

Norma Pérez Vences

Tequila

Cada vez que alguien me habla del uso pleno de tecnología en la prestación de servicios públicos, no puedo evitar una visión futurista de ciudades funcionando muy cerca de la perfección y gobernantes administrándolas en forma transparente y con eficiencia.

Imagino una ciudad de cualquier tamaño, donde, para transitar, todos los semáforos están infaliblemente sincronizados; donde si por desgracia ocurre un accidente, se detona una alarma con la que la policía y el hospital más cercanos reaccionan en minutos a la emergencia; donde la ambulancia que traslada a los heridos transfiere en tiempo real el posible daño y signos vitales de los pacientes, de manera que al arribar al nosocomio los médicos saben cómo actuar; donde operan sistemas de trazabilidad que permiten saber quiénes llegan a la ciudad, qué compran, de dónde provienen, etc.; donde las distintas policías comparten bases de datos que les permiten detectar a delincuentes en cuanto hacen una compra o adquieren un servicio; y donde los ciudadanos gozan de los servicios urbanos que requieren, sin sufrir un viacrucis para pagarlos.

Nadie puede objetar este anhelo. ¿Es lejano? Mucho; ¿Es posible? Sí ¿Es factible en México? Definitivamente sí. De hecho ya están puestos los cimientos para que esta ciudad se haga realidad, será la primera en el país, Latinoamérica y el mundo; se llama Tequila, está en Jalisco y es el lugar donde nació la bebida que todos los mexicanos conocemos, que da al país identidad y es sinónimo de tradición.

En el marco de un proyecto de largo plazo llamado “Tequila, espíritu de México”, Héctor Fernández, al frente de la empresa José Cuervo, y Salvador Martínez, director general de IBM, firmaron un convenio mediante el cual esta última dona el trabajo de cinco especialistas que realizan un diagnóstico sobre lo que la ciudad necesita para convertirse en 2020, en un destino turístico, cultural sustentable e inteligente, capaz de recibir un millón de visitantes por año, muy lejos de los 270 mil que llegan actualmente.

Al final del análisis que desarrollan, los expertos de IBM presentarán el dictamen que identifique las necesidades en todos los sectores de la ciudad y el plan estratégico que establecerá las prioridades de acción, tomando en cuenta lo mismo administración pública, que salud, educación, vivienda, seguridad, infraestructura urbana, servicios turísticos, abasto de agua y todo aquello que permita conformar una ciudad interconectada y que funcione eficientemente. Si todo marcha según lo planeado, el plan estratégico se conocerá a finales de este agosto.

Para IBM, la complejidad del proyecto no tiene precedente. Bajo su estrategia Smarter Planet –que consiste en conseguir que, con capacidades tecnológicas, una urbe o país opere con eficiencia–, ha llevado a cabo proyectos inteligentes en Estocolmo (manejo de tráfico); Malta (sistema eléctrico); Río de Janeiro (sistema de gestión de catástrofes); Atlanta (sistema de seguridad). En todos ellos se involucra una sola área, Tequila es el primer ejemplo en el mundo, en el que se toma una ciudad entera y a lo largo de varios años se aplicarán integralmente las mejores prácticas que se han implementado en otras latitudes.

El cúmulo de inversiones que la ejecución del plan estratégico demandará en todos los sectores es enorme y requiere certeza jurídica a través del tiempo. Para blindar este último punto, José Cuervo, impulsora de esta visión de ciudad ideal, ha hecho la tarea desde hace tiempo a través de su Fundación, bajo cuyos auspicios se creó el Consejo para el Desarrollo Integral de Tequila (CODIT), el 27 de junio de 2013.

Una función primordial del CODIT, es atraer el interés de inversionistas de todas las áreas, para hacer realidad la conformación de lo que será Tequila en 2020, pero al mismo tiempo la de asegurar que los planes transiten a través de los distintos periodos de gobierno.El CODIT se fundó para no depender de la voluntad y temporalidad de un presidente municipal, de un gobernador o de un secretario de Estado en el caso del Gobierno Federal. En él participan la firma José Cuervo, los demás productores de tequila, empresarios inmobiliarios, empresarios tequileros turísticos, sindicatos locales, organizaciones civiles, comerciantes de Tequila, el Consejo Regulador del Tequila y representantes de los gobiernos Federal, estatal y municipal.
Copresiden el Consejo Don Juan Beckmann Vidal y el presidente municipal de Tequila, Gilberto Arellano. Asimismo, para lograr un mayor compromiso en torno al desarrollo integral de la ciudad, en el largo plazo, integra también la participación de ex alcaldes, que de esa manera dan seguimiento a la implementación de las obras que ellos autorizaron.Se trata de una figura excepcional en el país; un órgano que aglutina a la sociedad civil, iniciativa privada y a las tres esferas de gobierno, capaz de dar certeza en la regulación municipal, en la canalización de presupuestos para obra pública por parte del estado y la Federación y en la ejecución transparente y prioritaria de los mismos; todas ellas, acciones que se traducen en un solo resultado: continuidad.El CODIT es el instrumento que gestiona con las distintas dependencias los proyectos carreteros, de drenaje, electricidad, pavimentación, escuelas, viviendas y otros.También mediante él se ha creado un ambiente de negocios favorable en el municipio, al que ningún inversionista se puede resistir, muestra de ello son las alianzas que ha logrado establecer con grandes corporativos, como IBM y Banamex, con empresarios locales y con organismos internacionales, como el BID, de cuyo fondo para Ciudades Sustentables se han obtenido recursos para Tequila.Cierto que el motor principal detrás del CODIT es la Fundación José Cuervo, pero la visión de un destino turístico sustentable comenzó con “el deseo de Juan Beckmann de devolver a Tequila un poco de lo mucho que ese lugar ha dado a la empresa en 258 años de operación” y que él preside desde hace 42.Fue Don Juan quien ordenó la canalización, en principio, de 50 millones de dólares para las obras de esta primera fase: un hotel, un centro de convenciones, un corredor comercial que albergará empresas locales, un conjunto habitacional y los servicios que ello implica, entre otras obras.

Lo que pasa cuando una gran empresa le apuesta a un proyecto, es que otros grandes jugadores se suman, luego esas grandes empresas juegan entre sí y eso hace que más empresas se sumen y que el gobierno voltee en esa dirección para apoyar. En lo hecho hasta ahora, la participación privada ha sido mayor a 95 por ciento, pero se espera que los gobiernos Federal y estatal comiencen a invertir paulatinamente. Después de todo, se trata de construir la primera ciudad sustentable e inteligente del mundo.

Norma Pérez Vences

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