El Instituto Nacional Electoral ( INE) y los Órganos Públicos Locales Electorales ( OPLE) entraron el mes pasado en la etapa de preparación y organización de los próximos comicios. Se trata de una larga cadena de actividades que se concatenan para llegar a la meta fijada para el 7 de junio de 2015. Se trata también de siete meses que coinciden con los preparativos que realizan los partidos políticos para participar en la contienda.

En consecuencia, la preparación de los próximos siete meses le imprimen a la política una dinámica muy peculiar. Por un lado, el INE luchará por brindar certeza de que las cosas se están organizando correctamente y refrendará la credibilidad de la ciudadanía en la naciente institución. Al igual que el INE, los OPLE se preparan para la elección con un reto mayor: consolidar sus estructuras y redefinir el funcionamiento de los consejos recientemente nombrados.

Por otra parte, los partidos enfrentan en este periodo su propia redefinición política. Después de nombrar a sus dirigentes nacionales, las instituciones políticas entran en la natural lucha interna para la selección de sus candidatos, al tiempo que necesitan definir la estrategia electoral para tratar de ganar la mayoría de los votos de la ciudadanía.

En este contexto, noviembre plantea a las autoridades electorales la necesidad de establecer mecanismos sólidos de coordinación para estar en condiciones de colaborar juntos en la elección. La disposición legal que establece la obligación de instalar casillas únicas, en el caso de elecciones concurrentes (federales y locales), obliga a las autoridades a coordinar acciones, pues en caso de fallas, se afectarían ambos comicios, ya no sólo uno.

Durante octubre, el INE realizó reuniones con los nuevos consejeros de los OPLE para iniciar el diálogo entre autoridades. Ahí quedó clara la necesidad de la coordinación, y se reconoció la importancia de que se atiendan las particularidades de las leyes locales. Durante noviembre, el INE tendrá que firmar con los OPLE los convenios de colaboración en donde se establecerán las normas específicas que se aplicarán en cada entidad. Esos convenios serán las piezas claves para el éxito de 2015, al menos en las entidades que tendrán elección concurrente con el INE.

Cuando se piensa en convenios de colaboración, frecuentemente se alude a un documento de buenos deseos. Ese no es el caso de los que firma el INE. Cada uno de ellos tendrá que incorporar un conjunto de anexos técnicos en los que se especifique la forma precisa como se hará realidad la colaboración. Los ejemplos son muchos. Uno de ellos tiene que ver con el anexo en el que deberá detallarse el uso de los recursos y la definición de cuánto y cómo deben de aportar los organismos para instalar las casillas únicas en las que se votará para ambas elecciones.

En las reuniones que realizó el INE con los nuevos OPLE, se acuñó una nueva terminología entre autoridades electorales. No sólo asistimos a la prevalencia de un nuevo modelo electoral nacional, sino al surgimiento de una familia de funcionarios electorales. Esta familia incorpora a los actuales miembros del Servicio Profesional Electoral, los funcionarios electorales de los OPLE, consejeros de todas las autoridades, personal administrativo y demás.

La colaboración entre autoridades en materia electoral implicará impulsar una nueva cultura, con renovadas conductas y actitudes por parte de todas las personas que participarán en los procesos electorales de 2015. Este también debe de incluirse entre los retos que deberemos enfrentar para alcanzar el éxito deseado para el próximo año.