En pos de los 10,000 mdd de Copenhague

por | Sep 1, 2010 | De Estados, Septiembre Octubre 2010 | 0 Comentarios

Marcelo EbrardDistrito Federal. Se aproxima la Cumbre sobre el Cambio Climático, COP-16, y ya muchos se preguntan si se logrará algo en Cancún, tras las desilusiones de la reunión de Copenhague. Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, busca hacer la diferencia al presentar una propuesta ante los países de la COP-16. Ésta consiste básicamente en que los 10 mil millones de dólares (mdd), que ya fueron aprobados para combatir los efectos del cambio climático, se asignen directamente a las ciudades que demuestren acciones y programas de protección al medio ambiente, sin esperar necesariamente a que las naciones se pongan de acuerdo en los compromisos que cada una debe asumir.

“Llevamos más de 10 años esperando a que Estados Unidos y China se adhieran al Protocolo de Kioto y nada; si no concretamos acciones para hacer que se apliquen los 10 mil mdd que se aprobaron en el marco de la reunión de Copenhague, veremos pasar otros 10 años sin grandes avances en la lucha contra el cambio climático”, advierte Ebrard Casaubon.

Hay que recordar que en diciembre de 2009, durante la Cumbre Climática COP-15, realizada en Copenhague, Dinamarca, los países ricos aprobaron un fondo de 10 mil mdd para apoyar la reducción de emisiones contaminantes en los países pobres. Dicha cantidad habrá de ejercerse entre 2010 y 2012, y a partir de 2020 la suma se elevará a 100 mil mdd por año.

En entrevista con Alcaldes de México, Marcelo Ebrard detalla la propuesta que encabeza al respecto, en preparación a la cual, del 17 al 20 de noviembre próximo, reunirá en la Ciudad de México a alrededor de 2 mil alcaldes de todo el mundo, en el III Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales. Este evento tendrátres objetivos fundamentales: a) afinar la sugerencia conjunta que días después presentará ante la Cumbre de Cancún, b) discutir el estancamiento económico y c) el cambio climático en general.

Del 29 de noviembre al 10 de diciembre de este año se realizará la XVI reunión de países para combatir el cambio climático, y a decir del Jefe de Gobierno del DF, “no existe otra propuesta formal hasta ahora”, más que la que él y un grupo importante de ciudades estarían encabezando. “A todos aquellos a quienes la hemos planteado alrededor del mundo la encuentran razonable y posible”, asegura el político.

Agrega que el III Congreso de Ciudades y Gobiernos Locales es el marco ideal para dar los últimos toques a esta iniciativa, pues se trata del evento más relevante de su tipo en el mundo. El Congreso es presidido actualmente por el alcalde de París, Bertrand Delanoë, y la Ciudad de México ganó la sede hace más de un año. “Será la primera vez que tengamos a más de 2 mil alcaldes reunidos aquí”, enfatiza el funcionario.

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Al explicarnos en qué consiste su propuesta, Ebrard adelanta que se trata de un nuevo método para ejercer los 10 mil mdd a fondo perdido, el cual debe ser ágil, eficaz y facilitar que las ciudades puedan participar de él en función de las acciones y programas que estén realizando para proteger el medio ambiente.

Para ejemplificar esto último, el mandatario capitalino menciona el programa de acción climática del Distrito Federal, presentado en 2008, el cual establece una reducción de emisiones de 7 millones de toneladas. Ésta es la única ciudad del país que tiene un objetivo para este gobierno y el costo total para lograrlo es de 5,400 mdd, con acciones y obras que incluyen el metrobús y la línea 12 del Metro, entre otras.

“Hasta ahora lo único que hemos conseguido en apoyos por parte de la comunidad internacional son 2.5 millones de dólares, que es lo que obtuvimos para el metrobús, así que la reflexión es: ´seamos serios, ¿no?´, porque no hay correspondencia ntre los recursos que se asignan y las necesidades reales”, afirma. Insiste en que los recursos deben aplicarse en función del esfuerzo que realicen las ciudades, el cual deberán acreditar debidamente, con proyectos ejecutivos, para que sea una decisión técnica y no política.

Hay consenso entre autoridades locales de Francia, España, Inglaterra, India, Canadá, Estados Unidos y otros países, en que ésta es una propuesta práctica y razonable: “Implementemos un mecanismo en el que no sea el Banco Mundial el que intermedie en la asignación de los recursos, sino que se haga directamente a las ciudades, porque no son créditos, es una coinversión internacional, es otro concepto. La mejor manera para multiplicar los 10 mil mdd es complementar el esfuerzo que cada ciudad está haciendo por mejorar su entorno medioambiental. Recordemos que la batalla contra el cambio climático se va a realizar en las ciudades, salvo el Amazonas y la protección de las selvas principales”. Otro criterio para la asignación de recursos deberá ser el nivel de impacto del proyecto en la reducción de emisiones que cada ciudad presente.

EL MAYOR PELIGRO

La preocupación del Jefe de Gobierno de la capital del país está directamente ligada a los riesgos que entraña la Ciudad de México donde, a decir del funcionario, el peligro número uno son las lluvias. “El mayor riesgo que enfrenta el DF en la actualidad está dado por el cambio en los patrones de lluvia; tan sólo el 3 y 4 de febrero pasado tuvimos niveles críticos de precipitación pluvial, que nunca antes habíamos tenido. En alrededor de tres horas llovió lo equivalente a tres semanas, lo que quiere decir que debemos preparar nuestro enorme y complejo sistema hidráulico, compuesto por 12 mil kilómetros de red, para que eventualmente pueda recibir más agua en menos tiempo.

“Una inundación masiva en todo el Valle de México es mi mayor preocupación en estos momentos, y cada ciudad tiene una preocupación distinta ligada al cambio climático; Londres, por ejemplo, está concentrada en vigilar cuánto subirá el nivel del mar: 50 centímetros o metro y medio, si el caso es éste último afectaría a 250 mil personas.” Pero el problema no acaba ahí. En el caso del DF, por un lado llueve mucho en poco tiempo, pero por otro, deja de llover durante periodos cada vez más prolongados, así que hay otro reto que resolver.

El gobernante refiere que su administración está recuperando los últimos dos ríos superficiales que quedan —todos los demás son drenaje—: el Magdalena y el Eslava. Para evitar que las aguas negras lleguen a sus cauces se están construyendo colectores. El objetivo es lograr que el agua de esos ríos recupere la misma pureza que el manantial de donde nacen, en la zona de los Dinamos, y que es mayor a la de cualquier agua embotella, según consta en análisis de laboratorio.

“Entonces, colectores, procesos de tratamiento y otras inversiones nos permitirán tener 60 litros por segundo de agua limpia. Junto con ello estamos implementando medidas para reducir el dispendio del líquido, como subir el precio, de manera que el promedio de consumo en la ciudad baje en los siguientes tres años de 300 litros por habitante a 220-240 litros. En 2010 ya andamos entre 260 y 270 litros”, indica.

Agrega que por primera vez en la historia, en este año se está reinyectando agua limpia al acuífero, en la zona de Iztapalapa. “¿Cómo se hace? A una profundidad de 150 metros se introduce agua previamente potabilizada, lo cual es muy caro, pero es urgente porque se está presentando un hundimiento acelerado en esa área.” Otra acción está relacionada con la norma vigente a partir de este año en la construcción de casas habitación, que obliga a que todas las viviendas habiliten en las azoteas un sistema de captación de agua de lluvia, que luego puedan acopiar y darle un uso no potable.

Al mismo tiempo, el drenaje se tiene casi que duplicar, por lo que ya se realizan las obras correspondientes con el Emisor Oriente; se construye prácticamente otro drenaje profundo, debido a que la zona con mayor crecimiento demográfico es el oriente del Estado de México, donde la tasa de aumento fue de 3 en 15 años. Ello quiere decir que donde había dos personas, ahora son ocho, lo cual ocurre porque en grandes áreas del país la economía está estancada.

ECONOMÍA VERDE, LA OPCIÓN

Marcelo Ebrard sostiene que ante el estancamiento económico mundial que se vive, las ciudades están obligadas a ser más creativas para plantearse esquemas de recuperación innovadores, “y lo que se vislumbra en el futuro cercano es la economía verde”. A manera de ejemplo, menciona que 11 ciudades de todo el mundo, entre ellas Nueva York, Londres, Sao Paulo y México, decidieron introducir, a partir de 2011, vehículos 100 por ciento eléctricos en el servicio de taxis. En el DF el programa iniciará con 500 unidades que empezarán a circular antes de mayo del año siguiente.

La tecnología para ese tipo de vehículos se ha perfeccionado, la capacidad de almacenamiento de las baterías se multiplicó por cinco, es decir, aumentó la autonomía de las unidades, se redujo el tiempo de recarga a 20 minutos como máximo y disminuyó el costo para los usuarios. “Este es un ejemplo de cómo las ciudades podemos tomar decisiones, sin esperar a que sea el país el que se anime a actuar”, dice Ebrard.

Introducir servicios de transporte público a base de gas es otra decisión que tomaron varias ciudades, la de México entre ellas, “y así se crean nuevos mercados. Lo que estamos propiciando son cambios en la inversión, al tiempo que mejoramos las condiciones ambientales, es lo que denominamos economía verde.

“Te pongo un ejemplo: el debate sobre el uso masivo de bolsas biodegradables. Es un hecho que quienes no adopten y produzcan con las nuevas tecnologías, van a quedar fuera del mercado. En Europa, para citar otro caso, le están poniendo a las empresas un impuesto determinado por el volumen de basura que generan sus empaques, de tal manera que se está viviendo una revolución en la producción de nuevos empaques ecológicos, en todos los sectores de la industria”, detalla.

Otro tema que no hay que perder de vista es la tecnología solar, la cual va a ejorar rápidamente, al punto que usar la representará para la población un ahorro mayor a 40 por ciento en su uso, lo que obliga a una reconversión, y ello, a su vez, conducirá a una nueva economía con otras prioridades. México debe subirse a ella cuanto antes. El propósito mundial común es lograr que de aquí al año 2050 la temperatura de la Tierra no suba dos grados, de lo contrario, los riesgos para la población son enormes e insospechados.

Norma Pérez Vences

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