Municipios-estados por una relación de igual a igual

por | Feb 1, 2011 | De Estados, Febrero 2011 | 0 Comentarios

GráficaEl centralismo en México retomó nuevos aires a partir del año 2000, cuando el presidencialismo pasó a la historia y se originó el “gobernalismo”. Esto significó que el poder omnipresente del presidente de la república se trasladó a otro orden de gobierno, en este caso al estatal.

Lo anterior no quiere decir que antes de 2000 el gobierno municipal gozaba de plena libertad política, operativa y administrativa. Hay un denominador común en ambas épocas políticas, pre y post 2000, que es el subyugo del gobierno municipal y del ayuntamiento ante otro orden de gobierno, pero con la diferencia de que en la actualidad los municipios poco pueden hacer para contrabalancear el excesivo poder de los gobernadores.

La razón la podemos encontrar en varios factores temáticos, pero destacan dos: el político y el financiero. A continuación se analizan ambos ámbitos, para así brindar pistas sobre cómo el municipio puede emparejar la situación actual.

EL FACTOR POLÍTICO

Durante el régimen priista la pirámide del poder estaba claramente definida, ubicándose las autoridades locales en la parte inferior de la misma. Las reformas

constitucionales de las décadas de los 70, 80 y 90 del siglo pasado dieron más fortaleza jurídica y libertad política a las autoridades municipales, pero no fue suficiente. Y no lo fue porque, primero, lo anterior no se logra por decreto, hay que ganárselo, y segundo, el ayuntamiento no ha sido reformado en sus entrañas mismas.

En la actualidad los ciudadanos mexicanos deben lidiar con una estructura municipal diseñada para otras épocas, en las que los retos y problemas eran menos complejos que los actuales. Es decir, debe recomponerse la relación institucional entre ciudadanos y gobiernos municipales.

Hoy en día el centralismo y discrecionalidad del presidente municipal para decidir gran parte de los asuntos operativos y financieros es un buen ejemplo de ello. Otro más es la marcada ilegitimidad política y social de los regidores y el síndico, quienes arriban al poder “colgados del presidente municipal”, debido al sistema de planillas electorales. Además, ¿se acuerda del eterno cantar de estados-Federación sobre la inmadurez del municipio y de los “alcaldes suburbans”, aquellos que gastan el Ramo 33 en vehículos ostentosos?

ALGUNAS IDEAS

Esta realidad le genera al municipio debilidad política e institucional y le otorga una legitimidad democrática limitada, lo que le perjudica cuando negocian o busca mejorar su relación con estados y Federación, quienes por cierto tampoco “cantan mal las rancheras”. El problema es que ellos controlan los recursos.

Si los municipios desean mejorar el balance y su ubicación política dentro del Estado mexicano, deberán emprender al menos dos acciones. Por un lado, hacer un uso pleno de las libertades otorgadas por el Artículo 115 constitucional. Hoy en día los gobiernos municipales se muestran temerosos a adoptar y adaptar nuevas figuras o entidades organizativas que han dado resultado en municipios de países más avanzados, como el administrador municipal o la auditoría superior municipal.

La otra acción tiene que ver con el intenso cabildeo que los municipios deben hacer ante el Congreso Federal y los locales, para que reformen el Artículo 115 y los liberen de la única forma de gobierno municipal actualmente posible en México: el ayuntamiento. Esta última es una figura impuesta a los municipios, que no considera sus características propias. Se trata igual a los desiguales y los más afectados son los municipios de usos y costumbres.

EL FACTOR FINANCIERO

Es curioso que teniendo el municipio el potencial para lograr una mayor autonomía financiera a la que poseen los estados, el primero tenga más dificultades para mantener una posición político-institucional y financiera más fortalecida. Esto se debe al flujo de los ingresos fiscales: los impuestos los cobra la Federación, luego pasan por los estados y finalmente llegan a los municipios. ¿Quién controla la llave de paso? los gobiernos estatales.

Hay dos cosas por hacer. Lo primero es pugnar porque el IVA se ate a la ventas por municipio y que éste reciba un porcentaje del impuesto. Así los municipios que se esfuerzan por atraer comercio e industria recibirán como recompensa más recursos vía ese impuesto.

Lo otro tiene que ver con la ineficacia (incumplimiento de objetivos) e ineficiencia (uso irracional de los recursos) en materia de recaudación, lo cual hace que los municipios se muestren vulnerables en sus relaciones institucionales con otros órdenes de gobierno. No por nada somos el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que cobra el porcentaje más bajo de impuesto predial.

Por otra parte, la cada vez más frecuente solicitud de los municipios por un adelanto de participaciones Federales o de préstamos a gobiernos estatales para el pago de aguinaldos, es un claro mensaje de sometimiento.

Es imposible conseguir una relación de tú a tú, cuando por ineficacia se pide dinero a quien se quiere que dé un trato de igual.

Cuando me entrevisto con funcionarios del área de Finanzas de municipios pequeños, me dicen lo complicado que es cobrar el impuesto predial, multas, recargos u otras disposiciones fiscales pues todo mundo se conoce.

Pero es precisamente esta actitud uno de los principales enemigos de los municipios para fortalecerse, no sólo en el tema financiero sino también en el institucional. Creatividad y actitud son claves a la hora de cobrar impuestos.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Las relaciones entre estados y municipios implican negociaciones constantes. Cuando se está en una mesa con otra persona, el resultado de tal negociación dependerá de dos factores: de la habilidad que se tenga para negociar y de las condiciones en que se llega a negociar.

Aterrizando esto al caso municipal, tenemos que el municipio mexicano no tiene la fortaleza institucional, ni posee la habilidad suficiente para negociar con los estados. Asimismo, el hecho de que sus asociaciones municipales se encuentren fracturadas y no estar organizados estatalmente hacen que los estados lleven ventaja.

Para cambiar el estado actual de las relaciones municipios-estados, las propuestas señaladas en el apartado anterior requieren de la ejecución de una estrategia bien definida por cada uno de los municipios mexicanos, o al menos de los más importantes. Mientras tanto, los municipios deben fortalecer la institucionalidad de sus asociaciones, pero sobre todo mostrar, a través de la Conferencia Nacional de Municipios de México (Conamm), una unidad que hasta el momento ha estado ausente.

Jaime Villasana Dávila

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