Urge sistema de innovación regional

por | Jul 1, 2012 | De Estados, Julio 2012 | 0 Comentarios

IncubadorasEl Distrito Federal (DF), Nuevo León, el Estado de México, Jalisco y Puebla son las cinco entidades federativas que concentran la mayor cantidad de las solicitudes de patentes en el país. Sin embargo, la nuestra es una de las naciones que menos registros genera en el mundo, y lo más grave es que 96 por ciento de ellas son inscritas por empresas internacionales, lo cual se explica en parte por la divergencia de políticas públicas que han puesto en marcha los estados de la Federación.

Neil HernándezNeil Hernández Gress, director de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Posgrados del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Estado de México, considera que algunas de las razones por las cuales no crece la protección intelectual en el país son la falta de cultura y la idea de que el proceso es muy caro, así como el escaso interés de algunas autoridades. Si bien “el mexicano genera muchas soluciones y resuelve problemas, no patenta sus modelos de desarrollo porque cree que es un proceso tedioso y muy costoso”, dice el experto.

En su opinión, la falta de difusión es lo que explica, por ejemplo, que pocas empresas del DF y del Estado de México concluyan el registro de patentes y reciban a cambio el beneficio económico del rembolso que ofrecen ambas entidades.

Por lo menos en el DF se capacita, desde 2007, a los investigadores e inventores en temas de propiedad intelectual, ya sea para la redacción de la memoria técnica del documento de la patente o para la realización del trámite de ingreso al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

¿HECHO O CREADO EN MÉXICO?

“Aunque en el DF se tiene a 50 por ciento de los investigadores del país y se realiza más de 75 por ciento de la investigación científica total, apenas se creó el Instituto de Ciencia y Tecnología (ICyTDF) dedicado a impulsar el desarrollo de estas actividades y a utilizarlas para resolver los problemas de la ciudad”, refiere Hernández Gress.

Mario Alberto Rocha, gerente Legal Corporativo de PricewaterhouseCoopers (PwC), comenta que el tiempo que tarda el proceso es uno de los obstáculos que enfrentan empresas e investigadores al momento de patentar. Refiere que mientras en México el trámite puede demorar cinco años, en Chile son dos años, y con el mérito adicional de ofrecer más certeza jurídica, es decir, sin piratería.

“Nuestro país debe proteger las innovaciones o creaciones por medio de las patentes, ya que hacerlo se traduce en ganancias y competitividad, asimismo reduce el riesgo de que alguien más se apropie del proyecto.”

Marcus DantusMarcus Dantus, director de la Academia Wayra de Telefónica —una incubadora de proyectos tecnológicos—, comenta que la república ha perdido muchos escalafones en competitividad mundial porque no desarrolla tecnología.

“México se conoce como un país que maquila, como un país que soporta, que distribuye, pero no como desarrollador de tecnología. Este paradigma es lo más importante para cambiar en un país.” En este sentido, el experto refiere que le encantaría cambiar la leyenda “Hecho en México” por “Creado en México”.

EL NORTE, ACTIVO INVENTOR

Asimismo, Marcus Dantus coincide con Niel Hernández en que los estados del norte del país —Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Durango— son activos promotores de patentes, ya que han registrado alrededor de 300 en menos de dos años. Precisamente estas entidades federativas, junto con Yucatán, Baja California y Querétaro constituyen los polos industriales donde no puede descuidarse la propiedad intelectual.

En la mayoría de los casos, las patentes dadas de alta por mexicanos están relacionadas con sectores como biotecnología, alimentos, farmacéutica, tecnologías de la información y salud.

Niel Hernández recuerda que, a partir de 2004, las solicitudes de patentes hechas por titulares nacionales se han incrementado de 565 unidades a 1,065 en 2011, con lo que se rebasaron por primera vez en la historia las mil peticiones impulsadas por mexicanos en su propio país.

Sin embargo, el académico aclara que lo importante no es únicamente aumentar el número de solicitudes de patentes promovidas por mexicanos, sino vincular la patente al desarrollo económico y a la competitividad de las empresas, y esto a su vez a la comercialización de los desarrollos tecnológicos.

Para lograrlo, Hernández Gress recomienda desarrollar un sistema de innovación por regiones que “tire las barreras políticas, donde no haya ni colores ni siglas de partidos, pero donde sí se establezcan centros de innovación en las universidades —en coordinación con las empresas—, que propicien gente capaz de trabajar coordinadamente”. Y va más allá al manifestar: “Hay que apoyar a los investigadores, pero que propicien innovación”.

FALTAN CREADORES ASTUTOS

RobotAl cierre del año pasado, la institución que más patentes solicitó fue la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con 34 solicitudes; y luego siguieron el ITESM, con 27; el Instituto Politécnico Nacional (IPN), con 15; la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), con 13, y la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), con 11. Ésta última constituye una agradable sorpresa, ya que se ubicó por arriba de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad de Guadalajara (UDG), refiere el académico.

En este sentido, Hernández Gress considera que uno de los retos de México es revertir el bajo número de solicitudes de patentes hechas por connacionales ante el IMPI ya que, al primer trimestre de 2012, se han registrado 279 peticiones de mexicanos contra 3,670 de extranjeros.

Marcus Dantus coincide en que “necesitamos desarrollar una nueva generación de inventores astutos, con proyectos exitosos, que se aseguren de que sus investigaciones pueden transformarse en productos innovadores de mercado”. Concluye que algunas investigaciones no tienen claro las ventajas competitivas ni los nichos de mercado.

Por lo anterior, los expertos consultados insistieron en la importancia de que las autoridades educativas locales y federales faciliten la vinculación academia-empresa, de lo contrario México se quedará en la cola de la competitividad.

Mara Rivera

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