La ciudadanía es bipolar, querían participar en las elecciones y se abrieron las candidaturas independientes, pero acabaron votando por lo nuevo de lo mismo, un partido.

Tras el ejercicio democrático del pasado 1 de julio, surgen las sorpresas, dudas y emociones; sin embargo, también se hace presente que aun y cuando era un disgusto nacional todo lo que representaban los partidos políticos, uno de ellos terminó por arrasar.

Personas que tenían una probada calidad y que representaban liberar a los municipios de la partidocracia quedaron fuera por un fenómeno denominado AMLO; y no me quiero detener en si es bueno o malo que Andrés haya ganado, eso nos lo dirán sus resultados; sino lo que alarma es que a opciones de gobierno locales se les haya dado todo el respaldo por ser del partido de AMLO, cuando en esta ocasión se tenían aspirantes independientes cuya victoria hubiera sido una bendición para con sus habitantes.

Por eso afirmo que la ciudadanía es bipolar, exigimos más participación en la vida política de nuestro país, más participación en la toma de decisiones en nuestro municipio, tocando la puerta ante un Ayuntamiento cerrado por los partidos y sus negras intenciones.

Para las presidencias de no pocos municipios en el país hubo aspirantes independientes que valían la pena tener el respaldo de la gente, pero la promesa de gobernar, no para un partido sino por el pueblo, quedó en intenciones y esas intenciones quedaron sepultadas por el fanatismo o la sobre esperanza, o quedó sepultada por la bipolaridad de la ciudadanía.

Y entiendo el descontento de quienes respaldaron a AMLO, y más aún entiendo y comulgo con el rechazo hacia el PAN, PRI y PRD, pero ¿rechazar a un candidato independiente? eso no me cabe en la cabeza, eso no.