La valentía de Andrea y el valor de “ler”

por | Nov 25, 2016 | De Puño y Letra | 0 Comentarios

Lo interesante de este caso es que la palabra “leer”, dentro del contexto del ambiente educativo, es uno de los conceptos o vocablos más usados, ante ello es posible que los asesores del secretario en muchas ocasiones escucharon a este pronunciar mal esta palabra y decidieron no decirle.

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Durante la 36º Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), que se desarrolló en el Parque Bicentenario, el titular de la Secretaria de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño sufriría la peor crisis comunicativa en lo que va de su periodo de gestión.

El secretario y su equipo de asesores nunca imaginaron que un lugar como la FILIJ sería un escenario de riesgo para la imagen del titular de la SEP, más porque en el acto donde participara Nuño sería un espacio controlado, al sólo contar con la presencia de niños. Uno podría decir y qué riesgo pudieran representar los niños. Sin embargo al secretario y a sus asesores se les olvidó el viejo dicho “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, y así fue, justo cuando estaba por terminar su participación, el secretario se acercó a Andrea, derivado de que ella tenía algo que decirle, y ante la mirada y atención de los asistentes se escuchó cuando la niña de tan sólo ocho años le susurra al secretario una frase que por lo menos este jamás olvidará: “No se dice ‘ler’ se dice ‘leer’”. Situación que en un par de horas se volvería tendencia en las diversas redes sociales

La niña Andrea se convirtió en un referente para los medios de comunicación y la opinión pública, y nos dejó en claro que no se debe subestimar a los niños y sobre todo a su preparación.

Lo que deseo destacar va más allá del error que cometiera el secretario y es que esta situación demostró varias cosas:

La primera es nuevamente la ausencia de alguien que realmente funja como asesor del titular de la SEP, lo digo por lo siguiente: cuando una persona comete errores de dicción por lo regular no son errores que surgen en el momento, sino todo lo contrario este tipo de errores son producto de la frecuencia en la que los comentemos, y nos damos cuenta de su existencia cuando alguien nos dice sobre la falla, y lo normal es una vez que se demuestra dicho error buscamos no volver a cometerlo y comenzar a corregirlo.

Pero por otra parte, lo interesante de este caso es que la palabra “leer”, dentro del contexto del ambiente educativo, es uno de los conceptos o vocablos más usados, ante ello es posible que los asesores del secretario en muchas ocasiones escucharon a este pronunciar mal esta palabra y decidieron no decirle, razones sobran y podría enunciar algunas que posiblemente fueron: digamos, no le dijeron nada por temor a perder su trabajo o por lo menos a recibir una llamada de atención, es cierto que corregir al jefe es difícil pero cuando te encuentras en una posición de asesor, en teoría esa sería parte de tu responsabilidad.

Otra cuestión es que realmente los asesores no se percataron del error, y por ello nunca previnieron que alguien fuera a corregir al secretario. Por último podría ser que las personas que lo asesoran piensan que la pronunciación “ler” es correcta y con ello dejan en claro el posible nivel educativo con el que ostentan y desean seguir ejerciéndolo en una de las secretarias que debe exigir los mejores cuadros educativos del país.

Para concluir quisiera destacar que la valentía de Andrea nos permite observar no sólo el error de nuestro secretario de educación, sino más bien que tal vez el titular de la SEP necesita personas que no sólo busquen destacar los momentos o aciertos del titular de la SEP, sino que también lo corrijan y en muchas ocasiones lo contradigan, para que con ello se construyan las mejores decisiones en una de las secretarías claves para el futuro del país. Porque si analizamos con detalle este caso, podemos ver que tal vez este fue un pequeño error de dicción, pero si lo extrapolamos a otros ámbitos puede que existan errores mayores que pasan desapercibidos por los asesores y que sin duda tienen mayores repercusiones que un simple error de dicción que cualquier persona puede tener. Sin dudarlo un tema que no debe quedar como anécdota o pasar desapercibido.

Luis Ángel Hurtado Razo

Maestro en Estudios Políticos y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Autor de los libros: «2006: El año del complot» y «2012: Reflexiones sobre el proceso electoral», actualmente se desempeña como académico de la FCPyS/UNAM. También es colaborador de la Revista Zócalo y Antena Radio. twitter Twitter

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