Por Heli López Juárez

Es a los alcaldes a quienes sus gobernados les exigen la seguridad, y si no pueden participar en la organización de ella, ¿cómo espera el Gobierno de la República que se logre la paz?

En las últimas semanas se ha conocido que, cientos de presidentes municipales se han manifestado en la Ciudad de México, para exigir que el presupuesto y participaciones federales no sea recortado, ya que, han argumentado, afectará profundamente el desarrollo de las ciudades.

Aquí surgen dos vertientes a analizar: la primera, que el Gobierno Federal, ha hecho señalamientos directos de que “Todos son Corruptos”, y por ello, la disminución del presupuesto; y la segunda, que los Ayuntamientos son los órganos gubernamentales que, por su naturaleza, entran en contacto directo con la gente.

La realidad es que de los Ayuntamientos, ni todos son corruptos, ni todos son cercanos al pueblo, pero, bajo ninguna circunstancia se debe castigar a los gobiernos locales emanados de un partido de oposición.

Uno de los principales reclamos de los presidentes municipales, que han exigido en la Cámara de Diputados, no se recorte el presupuesto, es que los recursos federales para la seguridad, se destinen bajo la dinámica que se venían manejando; pues si bien es cierto, es a los alcaldes a quienes sus gobernados les exigen la seguridad, y si no pueden participar en la organización de ella, ¿cómo espera el Gobierno de la República que se logre la paz?

El Programa de Fortalecimiento para la Seguridad de los Municipios (FortaSeg), ha sido un esquema mediante el que el Gobierno de la República, equipa, capacita, certifica y promueve el desarrollo de los cuerpos de seguridad locales, lo que, en varias partes de la República, se ven resultados y en otras, un camino de trabajo.

Basicamente el único tema que se puede recuperar, producto de la marca de los alcaldes en la CDMX, es el Fortaseg, porque lo que es el Ramo 023, ese, ya quedó sepultado.

Heli López Juárez

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