Agua purificada sin químicos

por | Jul 1, 2013 | Ecosustentable, Julio 2013 | 0 Comentarios

Agua, Purificada, QuímicosLimpiar el agua de impurezas va más allá de hacerla pasar por un filtro. Actualmente existen diversas técnicas y dispositivos que aseguran la eliminación casi total de las partículas que reducen la calidad del recurso, lo que no siempre es posible a través de métodos convencionales.

Un ejemplo son las membranas de ultrafiltración, que son capaces de eliminar los residuos en menos tiempo que los procesos comunes, sin alterar las propiedades físicas y químicas del agua ya que no implican el uso de aditivos. Miguel Ángel Marquina, director de la empresa Ecosphere, dedicada a la distribución de equipos de tratamiento y purificación de agua, explica que las membranas son elaboradas con materiales como poliéster, polipropileno o politetrafluoretileno que facilitan su paso a través de sus poros.

El sistema de ultrafiltración consiste en recubrir una serie de tubos con varias capas de hojas de estos materiales. A su vez estos cilindros se colocan en el interior de un contenedor más grande, a través del cual se hace circular el agua a gran presión. Al atravesar los cilindros y el material filtrante a una velocidad de aproximadamente cinco metros por segundo, el agua traspasará los poros y dejará las impurezas contaminantes en ellos.

Para garantizar el funcionamiento de este proceso, es necesario elegir el diámetro de cada cilindro, en función del tamaño de las partículas que se pretende eliminar. Los más gruesos se utilizan para filtrar las más grandes y los más delgados sirven para retener residuos de menor tamaño. Por ello, antes de someter el recurso a este proceso, es necesario conocer su procedencia, pues la que viene de un manantial suele ser más limpia que la de un lago o un río.

PLANTAS MÁS COMPACTAS

El directivo destaca que es importante mantener una velocidad y presión constantes ya que de ese modo los dispositivos también pueden limpiarse a sí mismos. Esto constituye uno de los beneficios de esta técnica, a diferencia de los aparatos convencionales que se tapan más rápido, por lo que hay que cambiarlos constantemente.

Esta característica permite contar con plantas de tratamiento más compactas. La ultrafiltración sirve para tratar agua residual urbana o industrial, incluso para potabilizar la que se destina al consumo humano. Es un proceso que sustituye la etapa de clarificación, por lo que Marquina recomienda que previamente el fluído pase por un proceso de tratamiento a fin de evitar que las membranas se saturen de residuos.

TECNOLOGÍA ANTIBACTERIAL

En los procesos comunes, el agua pasa por una rejilla donde se depositan los residuos sólidos grandes. Posteriormente se le agrega un compuesto químico para que las partículas restantes se sedimenten. El siguiente paso consiste en filtrarla con arena y grava, luego se le agrega cloro y se envía a la red pública.

Sin embargo, en ocasiones, algunos microorganismos sobreviven a este proceso. Y aunque la purificación puede complementarse con un tratamiento de ozono o carbón activado, Marquina explica que esto sólo provoca que se sumen más pasos al proceso de limpieza, lo que lo vuelve más costoso. Otra de las ventajas de la limpieza por ultrafiltración es que favorece la eliminación de microorganismos que provocan diarrea, dolores abdominales y enfermedades como el cólera.

Por ello, esta tecnología es ideal para sanear el recurso que proviene de ríos o embalses. En algunos estados y municipios, la normatividad exige a las plantas potabilizadoras mayores estándares de calidad en cuanto a la eliminación de partículas suspendidas en el agua. La utilización de las membranas ayuda a solucionar ese tipo de exigencias y a evitar problemas de salud pública.

Asimismo, los gobiernos locales pueden evitarse el pago de multas por descargar aguas residuales directamente en el drenaje o en ríos y lagos, ya que mediante la limpieza por ultrafiltración, el recurso queda prácticamente libre de residuos contaminantes. Elagua tratada bajo esta técnica también es útil para el riego o para incorporarla a lagos, fuentes o estanques ubicados en lugares de esparcimiento, sin que represente ningún riesgo para las personas.

Miguel Ángel Marquina comenta que aunque se trata de una tecnología más costosa que los sistemas de saneamiento tradicionales, la capacidad de autolimpieza de las membranas puede redundar en ahorros por mantenimiento, ya que no se necesita cambiar los filtros constantemente.

Jorge López Espinosa

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