Alcantarillado: la obra que no se ve

por | Ene 1, 2016 | Enero 2016, Expediente Abierto | 0 Comentarios

Para construir redes de drenaje se requiere de normas y reglamentos, así como de condiciones geográficas que los municipios deben atender

Alcantarillas

FOTO: CORTESÍA DE ANEAS-REVISTA AGUA Y SANEAMIENTO

Para la instalación de sistemas de alcantarillado en México existe la norma oficial NOM-001-CONAGUA- 2011, en la cual se establecen parámetros para la construcción de los sistemas de saneamiento y se señalan aspectos como las condiciones en las que se debe preparar el terreno para tender una red de alcantarillado, hasta el tipo de materiales adecuados para la construcción de las mismas.

Entre los aspectos a considerar de los sistemas de alcantarillado sanitario, destaca la importancia de conocer la infraestructura en la localidad, como redes de agua potable, ductos de gas, líneas de teléfono, entre otras, para evitar que los ductos de alcantarillado coincidan con estas instalaciones y asegurar que en los cruces con la red de agua potable, la tubería de alcantarillado siempre se localice por debajo para evitar riesgos de contaminación, entre otras consideraciones de la norma.

La observación de las reglas de construcción que establecen los parámetros para la instalación del servicio de drenaje abarca aspectos básicos a considerar para la construcción de las redes de alcantarillado. Roberto Olivares, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México (ANEAS), señala que este tipo de medidas es suficiente para garantizar una calidad inicial de la instalación de los servicios de alcantarillado.

“Es importante evitar caer en una normalización excesiva que termine por ser un lastre para desarrollar sistemas de alcantarillado, lo que no alcance a cubrir la norma lo podemos resolver con ingeniería”, enfatiza.

TIPOS DE DRENAJE

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Roberto Olivares.
FOTO: ROSALÍA MORALES

Las normas mexicanas ponen énfasis en aspectos importantes como el desempeño hidráulico, la resistencia estructural que presenta el sistema durante su tiempo de servicio, la hermeticidad apropiada para evitar la infiltración de sustancias no deseadas al sistema o la contaminación de los mantos freáticos y una vida útil que se cumpla.

Un importante aspecto a considerar es que los sistemas de drenaje se han diseñado y construido para funcionar en forma combinada, es decir, se consideran además de las aguas residuales, las aportaciones pluviales.

Sin embargo, en zonas urbanas, los sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial deben diseñarse y construirse en forma separada para evitar que el flujo excesivo de agua de lluvia genere problemas en la operación de sistemas de tratamiento debido a la dificultad de procesar la totalidad de las aguas captadas en época de lluvias.

El sistema de alcantarillado debe planificarse según el tipo de descargas que recibirá. Enrique César Valdés, jefe del Departamento de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indica que las descargas de aguas residuales domésticas contienen ciertos niveles de contaminantes regulados por la NOM-002-SEMARNAT-1996.

“Las descargas domésticas contienen diferentes niveles y tipos de contaminantes en contraste con los de la industria; las altas concentraciones de productos no considerados, como descargas domésticas, trae consecuencias graves como la acelerada corrosión de los materiales con los que se construye un sistema de alcantarillado”, advierte.

CALIDAD Y SEGURIDAD

El director de la ANEAS apunta que con la correcta planeación y el cumplimiento de las normas se garantiza el funcionamiento adecuado de los sistemas de alcantarillado, además de disminuir la incidencia de otro tipo de problemas que se generan ante contingencias como las lluvias atípicas que se presentan en ciertas zonas del país.

Censo-de-la-cobertura

“El cambio climático es un factor que también afecta a los sistemas de saneamiento, ante el aumento en la intensidad de las lluvias se están generando diferentes problemas: si el drenaje se ve rebasado, las aguas negras salen a la superficie y traen sustancias y materiales peligrosos para la salud, lo que puede generar epidemias, como la del cólera, que es una situación muy grave”, afirma.

Agustin-Brena-Puyol

Agustín Breña Puyol.
FOTO: ARCHIVO ALCALDES DE MÉXICO

Agustín Breña Puyol, profesor-investigador del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I), destaca que son las autoridades locales quienes están facultadas para proporcionar los servicios de gestión del agua a sus ciudadanos y es necesario que entiendan la magnitud de esa responsabilidad.

“Los alcaldes deben entender que no sólo se trata de colocar los tubos y ya, también se debe pensar en la calidad de los materiales para cada zona del país y en los mecanismos de mantenimiento adecuados para poder extender su vida útil. Se trata de obras que no se ven y por lo mismo se requiere de un servicio adecuado y programado que permita detectar problemas a tiempo”, recalca.

El investigador refiere que aunque existe una normatividad con respecto a los sistemas de alcantarillado, los gobiernos municipales son quienes determinan reglamentos en materia de construcción, ya que “se emiten diferentes reglas en cada región, por lo que se vuelve indispensable hacer una homologación para que no existan lugares con regulación demasiado laxa y otros demasiado estrictos”.

A su vez, Cesar Valdés menciona que uno de los problemas más frecuentes por no observar la normatividad vigente en materia de descargas, tiene que ver con los ácidos. “El ácido sulfhídrico es un producto muy frecuente en la industria y este causa el desgaste prematuro de los sistemas de drenaje. Existen ciertas industrias que buscan sitios donde las regulaciones son demasiado permisivas para establecerse, así evitan la instalación de plantas de tratamiento y realizan las descargas con exceso de contaminantes a un drenaje que no está diseñado para soportar ese tipo de químicos”, subraya.

Debido a que se trata de instalaciones subterráneas, el desgaste es imperceptible, por lo que los problemas se hacen evidentes cuando se presentan los famosos socavones en la superficie.

El sistema de alcantarillado en el país es bastante amplio, sin embargo, se debe aclarar que la Comisión Nacional de Agua (Conagua) considera que esta cobertura incluye a las personas que tienen conexión a la red de alcantarillado o una fosa séptica, o bien a un desagüe hacia una barranca, grieta, lago o mar.

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FOTO: CORTESÍA DE ANEAS-REVISTA AGUA Y SANEAMIENTO

De acuerdo con los datos del Censo de Población y Vivienda 2010, al 25 de junio de ese año, 89.6 por ciento de la población tenía cobertura de alcantarillado. La Conagua cuenta con estimaciones de que al cierre de 2013, la cobertura de alcantarillado fue de 90.9 por ciento, del cual hay 96.7 por ciento de cobertura en zonas urbanas y 71.2 por ciento en zonas rurales; no obstante, debe tomarse en cuenta que el incremento de la población es mayor en las localidades urbanas, a diferencia de la población rural.

datos-relevantes-hidrologicoLos especialistas advierten que el mayor problema a la fecha no es extender la cobertura del servicio de drenaje a la población que no cuenta ella, se trata más bien de la sustitución de la infraestructura que ya presenta serios problemas por la falta de mantenimiento.

Agustín Breña resalta que existen zonas donde la red de alcantarillado ya tiene más de 50 años operando, “los materiales tienen un tiempo de vida útil y se deben sustituir. En sitios como el municipio de Mazatlán, Sinaloa, se están abriendo huecos en la superficie porque ya no existe el tubo de drenaje, es necesario invertir en este tipo de mantenimiento de sustitución de infraestructura para evitar daños ambientales y a la salud”.

Por su parte, Roberto Olivares reconoce la necesidad de incluir materiales de mejor calidad que ya se encuentran disponibles en el mercado para evitar que el sistema de alcantarillado colapse. “En sistemas de alcantarillado antiguos se colocaron tubos con diámetros pequeños, los cuales fueron suficientes para la población que existía en el momento, hoy el diámetro de estos tubos se debe hacer más amplio para cubrir las necesidades de desalojo de las aguas residuales”, ejemplifica.

Si bien la cobertura de la red de alcantarillado en México es bastante amplia, poco se ha considerado elaborar un diagnóstico integral de los sistemas de drenaje, cuyos materiales ya cumplieron su ciclo de vida útil. A la fecha no se cuenta con un inventario de cuáles son las redes que necesitan mayor atención antes de que colapsen.

Alberto Alvarez Santana

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