Arte mexicano made in China

por | Jul 1, 2016 | Expediente Abierto, Julio 2016 | 0 Comentarios

Una taza para beber chocolate que fabrican artesanos locales puede costar entre ocho y 12 pesos, pero el mismo modelo fabricado en Asia cuesta la mitad; esta situación ya afecta a comunidades indígenas que dependen de sus creaciones para subsistir

Adan-Paredes

Adán Paredes Vega. Es ceramista y escultor, su obra ha sido reconocida con la mención honorífica en la Primera Bienal de Cerámica del Museo de Arte Moderno, en la Ciudad de México. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). / FOTOS: IXBALANQUÉ DANELL

Ciudad de México.- El arte y las tradiciones en la creación de cerámica de las regiones indígenas, incluso en las localidades con población mestiza artesana, se ven seriamente afectadas y amenazadas por la globalización económica, que impone derroteros de mercado en los que priva el comercio salvaje de mercancías, entre éstas las artesanías que por siglos fueron una forma de expresión artística y cosmogónica de los pueblos originarios y de otros grupos sociales no necesariamente autóctonos.

Ésta es una realidad que suele pasar desapercibida para la sociedad, no así para los artistas que están directamente vinculados con el trabajo de los artesanos y creadores del arte popular. Adán Paredes Vega es ceramista y escultor, está hermanado con la arcilla, el agua y el fuego, elementos fundamentales en su existencia y experiencia que le permiten expresar en piezas sólidas lo que escucha de cada uno de ellos cuando los entrelaza con sus propias manos.

Todo él está ligado al barro: su nombre, su génesis, su naturaleza misma. Es un hombre de charla amena, sencilla, matizada por la humildad de los artistas consumados, comprometidos con sus creaciones y las personas con las que interactúa en cada hornada y fuera de su taller, que está en San Agustín Etla, pequeño municipio oaxaqueño, de gente amable y hospitalaria.

En un breve espacio de la conversación Adán sonríe y suelta: “La vasija me representa la imagen del vientre”. Esto da pie para analizar la actual situación de los artesanos y ceramistas.

Y aquí surge la pregunta: ¿qué sucede en el mundo del barro, con la globalización? “Los chinos están haciendo todo, ya desde hace algunos años están haciendo muchas cosas y las hacían de mala calidad. Pero resulta que ahora ya no fabrican piezas tan malas y siguen inundando el mundo con ellas. En países como México, con comunidades indígenas muy artesanales, esa fórmula de mercado los desplaza y los lleva a la quiebra.”

Artista originario de la Ciudad de México, que por convicción cambió su residencia a las regiones propias de la cultura indígena para mezclar su existencia con las raíces tradicionales de los pueblos originarios, explica que los chinos llegaron a las comunidades para ver el tipo de diseños que se realizan en Oaxaca y en otros estados del país y los tomaron. Hoy día, esos modelos se fabrican en China y ya se pueden encontrar en algunos mercados de México.

Porque resulta, precisa Adán Paredes, que si una taza para chocolate en Oaxaca, hecha por un artesano indígena cuesta 8 o 12 pesos y te llega una china que te cuesta 4, no hay manera de competir con eso, aunque digan “ésta se hizo aquí”; ya son muy parecidas. No hay manera de competir con ese mercado.

Esto incide directamente en la economía de las localidades y estados con presencia de comunidades indígenas, como Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Hidalgo, Veracruz, el Estado de México, Yucatán, Puebla, entre los más representativos.

Pero una pieza china nunca podrá igualar a la que sale de un horno de artesanos indígenas, porque la tradición en su composición y diseño es la historia de las personas y los lugares.

UN PAÍS DE ARCILLA

Adán Paredes hace una breve historia de las etapas del barro y su existencia en el libre mercado. Hace poco menos de 30 años, comenta, cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), “éste le pegó durísimo a los artesanos locales por el tema del plomo en la orfebrería.

“Hay una ignorancia enorme al respecto porque se cree que el plomo está en la tierra, en el barro, y ahí no está: viene en los vidriados que llegaron en tiempos coloniales, las talaveras sí tienen plomo porque es un metal que se derrite y permite lograr acabados increíbles, pero, bueno, es plomo”.

Arcilla

FOTOS: IXBALANQUÉ DANELL

El artista refiere que se realizó una campaña para que no se consumieran esos productos, entonces creadores de Michoacán y del Estado de México empezaron a quebrar, porque no tenían talleres grandes y además, ya no pudieron exportar sus productos.

“Luego comenzaron los casos de saturnismo (así se le denomina al envenenamiento que produce el plomo). Yo creo que sí hay una parte que es real, pero desde mi punto de vista, otra parte es exagerada: hemos tomado chocolate y comido frijoles de olla de barro desde hace siglos. Históricamente.”

Adán Paredes refiere que a quien sí le hace daño el manejo de estas fritas de plomo, como se les conoce, es a los artesanos que trabajan en esos talleres y tienen todas sus piezas ahí a la mano. “Imagina que tengo aquí mi cubeta y empiezo a tomar una pieza por una, bato ahí la frita y la meto y la saco. Estás respirando ese plomo, se está metiendo por todos lados, por eso a ellos sí les ha afectado.”

Esta situación impactó de manera importante en la producción, porque hay muchas familias que quebraron. Y ¿qué sucede con ese impacto en términos de globalización? Hay jóvenes que ya no quieren trabajar con barro, asegura el artista, porque ven que sus padres realizan una labor muy dura y pesada, y dicen “ya no quiero hacer cerámica, quiero dedicarme a hacer otra cosa”, por ello se ha perdido esa oportunidad creativa, artística.

Para Paredes Vega ésa es una desafortunada situación, porque existe un enorme potencial creativo y artístico en las comunidades que no puede desarrollarse completamente por las circunstancias del mercado. “Y es trágico porque el arte tradicional de México es admirado en todo el mundo.”

Muestra de ello es que la obra del ceramista es reconocida en Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Puerto Rico, Alemania, Austria, Dinamarca, Irlanda, China, Yugoslavia y Francia, la cual también ha recorrido exposiciones en la Ciudad de México, Querétaro, Monterrey, Oaxaca, Guanajuato, Veracruz y Yucatán.

Juan Danell Sanchez

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