Ciudades, contra caos vial

por | Ene 1, 2011 | Enero 2011, Expediente Abierto | 0 Comentarios

Adriana de Almeida

En cinco años, 27 ciudades de México tendrán más de 750 mil habitantes y en ellas se moverán cada día, al menos, 58 millones de personas. A este ritmo y de seguir utilizando el mismo sistema de transporte que se tiene hoy, basado en el uso del automóvil, para 2030 México contará con más de 70 millones de vehículos. Esto implica que la cantidad de gases contaminantes aumentará 2.5 veces más que lo que se emite actualmente, de acuerdo con Adriana de Almeida Lobo, directora general del Centro de Transporte Sustentable (CTS).

El transporte es el responsable de 23 por ciento de la contaminación mundial, ante lo cual gobiernos de todo el mundo están en la búsqueda de sistemas de transporte más amigables con el medio ambiente, indica Rafael M. Acevedo Daunas, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Urbes de distintos países desarrollaron, desde hace décadas, sistemas más eficientes para el traslado de sus habitantes, pero por su costo no los han replicado en otras naciones. No obstante, hay casos de éxito en México, derivados de los modelos de otros países, por ejemplo: la llegada del metro al Distrito Federal en 1968, y a Monterrey y Guadalajara en 1996 y 2002, respectivamente. Los trenes suburbanos, aunque tienen un costo muy elevado para u instalación, también se desarrollaron en 2008, en el Estado de México y el DF.

Cómo nos transportamosAnte la falta de recursos y la necesidad de incentivar sistemas de transporte más eficientes, algunas ciudades adoptaron también el Bus Rapid Transit (BRT). Estos autobuses doblemente articulados que transitan en carriles exclusivos llegaron primero a León en 2005, y después al DF, Guadalajara y Villahermosa, en 2006, 2008 y 2009 en cada caso.

Las propuestas que ofrecen soluciones al problema del transporte a nivel internacional son muy variadas. Entre éstas, un estudio del CTS revela que para encaminarse a un mejor transporte es necesario que ciudades con 600 mil habitantes o más desarrollen proyectos de transporte masivo. Con base en lo anterior, es importante que, además de las zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey, ciudades medias como Querétaro, Torreón , Poza Rica, Tampico, Cuernavaca, Morelia y Celaya, entre otras, inicien desde ahora con dichos proyectos de transporte sustentables.

Para que estas metrópolis logren combatir el caos vial en que algunas ya están inmersas desde hace años, y que otras comienzan a padecer, es necesario primero —de acuerdo con la visión de especialistas—, impulsar políticas de convivencia entre los ciudadanos y eliminar el concepto individualista del urbanismo. A partir de esto se comenzaría a reducir el ritmo de motorización en las urbes, por lo que hay que trabajar en transportes seguros, eficientes y asequibles para toda la población.

MARCHA SOBRE RUEDAS

MetroEl Bus Rapid Transit es el modo de transporte de mayor utilización que hay en América Latina, y la combinación sistemática de elementos que lo conforman dota a este tipo de transporte de una capacidad y productividad muy elevadas a costos muy bajos, según Darío Hidalgo, especialista senior en Transporte de la red EMBARQWRI. La ciudad de León, Guanajuato, fue la primera en el país en dar el paso hacia un sistema más eficiente con el BRT Optibus. Su éxito fue tal que las ciudades de México, Monterrey y Guadalajara adoptaron esquemas similares, aunque por su número de habitantes se requieren acciones adicionales para hablar de una auténtica eficiencia.

Ejemplo de lo anterior es la Ciudad de México, donde el Metrobus comenzó a operar en 20 kilómetros sobre la Avenida Insurgentes, una de las más emblemáticas de la capital nacional. Este medio de transporte ha contribuido a mejorar la calidad de vida de al menos 260 mil usuarios al día, además de que representa un ahorro en traslado de 12.5 millones de dólares al año y ha reducido en más de 30 por ciento los accidentes viales, de acuerdo con Adriana de Almeida Lobo.

Aunque el metro de la Ciudad de México ha mostrado su eficiencia para resolver el problema de la ciudad en materia de transporte, no es una solución definitiva para atender la creciente demanda de los usuarios. Para ello serían necesarios entre 22 mil millones y 60 mil millones de dólares en costos de capital; mientras que si se utilizaran sistemas de autobuses eficientes, el monto requerido sería de aproximadamente 10 mil millones de dólares, añade.

A nivel mundial nos llevan la delantera Colombia, India, China, Estados Unidos y Brasil, entre otras naciones, que han establecido el desarrollo del transporte público como objetivo estratégico para el desarrollo del país. Así, crearon políticas nacionales de transporte urbano que circunscriben inversiones, cambios institucionales, creación o modificación de la regulación en esta materia.

Las más conflictivasColombia, asegura la directora general del CTS, tiene una de las políticas más agresivas en este sentido, porque tiene una ley por la cual el gobierno nacional financia hasta 70 por ciento de los proyectos de transporte masivo, mientras que las ciudades aportan el 30 por ciento restante. En India, por ejemplo, existe desde 2006 una Política Nacional de Transporte Urbano para brindar apoyo financiero con aportaciones que van desde 30 y hasta 70 por ciento del costo total de los proyectos de transporte. Esta política destina mayor financiamiento a ciudades más pequeñas y apoya únicamente proyectos que prioricen al transporte masivo y al no motorizado.

CAMINAR O ANDAR EN BICI

Ricardo Montezuma, experto en urbanismo y movilidad, expone que hay ciudades en América Latina que están viendo desaparecer el transporte público por el aumento en el uso de la motocicleta, lo que tiene implicaciones negativas, principalmente, debido a su alta capacidad contaminante y porque es proclive a la accidentalidad. Por ejemplo, en algunos municipios del país como Chimalhuacán y Nezahualcóyotl, en el Estado de México, se promueve el uso de la motocicleta, a través de la implementación del llamado motaxi, el cual ha comenzado a proliferar en aquellas colonias que carecen de transporte o que por su tamaño no tienen una red suficiente que cubra a toda la localidad.

Por otro lado, en ciudades como el DF, algunas zonas, calles y avenidas están invadidas con tantos obstáculos para los ciclistas y peatones que caminar o “rodar” se vuelve un suplicio, pese a los beneficios en la salud que esto genera. Puestos ambulantes, automóviles en banquetas, basura y publicidad de comercios en las vías públicas se convierten en los primeros enemigos a vencer para incentivar que los ciudadanos caminen hacia sus centros de trabajo, escuelas o zonas de recreación.

Por ello, los especialistas consideran que además de trabajar para hacer más eficiente el transporte motorizado, es necesario ordenar la ciudad mediante la aplicación de los diversos reglamentos en la materia. Para lograr una movilidad no motorizada, primero se debe incentivar el uso de las bicicletas o la caminata entre la población, haciendo la experiencia cómoda, segura y atractiva.

Si se opta por sistemas motorizados se debería incrementar el número de viajes urbanos de transporte público, mediante servicios cómodos de transporte que conecten a los usuarios con la ciudad. Paralelamente a esto se debe contar con espacios públicos seguros y activos al fomentar la vida pública y la interacción social por medio de espacios asequibles a peatones y ciclistas.

Una revisión al tipo de suelo sería benéfica en algunas zonas de las ciudades, ya que para los pobladores se reduciría la necesidad de transportarse a kilómetros de su casa para conseguir servicios o productos básicos. El tener usos de suelo mixtos permite potenciar la actividad económica y habitacional al tener cerca de los hogares comercios, servicios, tiendas, escuelas, hospitales, lavanderías, peluquerías, etcétera.

Otra de las acciones que permiten mejorar el transporte urbano es la que se da en algunas ciudades del mundo, donde se desincentiva el uso del auto mediante esquemas de cobro a los automovilistas en zonas muy conflictivas. Pero, en algunos de estos casos, los gobiernos locales instalan a su vez sistemas masivos de transporte eficientes y menos contaminantes como los tranvías.

Sin embargo, todas las medidas anteriores no sirven si se desarrollan de manera aislada, considera Adriana de Almeida Lobo, ya que es necesario que todos aquellos que estén involucrados en el proceso del desarrollo de las urbes, como gobierno, iniciativa privada y sociedad civil se unan en el mismo sentido.

HACIA UN MISMO FIN

MBPara optimizar el transporte público en México es necesario que los actores involucrados, sostengan un diálogo estrecho, con la finalidad de implementar sistemas sustentables. “La voluntad política y la confianza de los transportistas son elementos importantes para el mejoramiento del transporte público”, considera José Luis Sarracino Acosta, director de Estudios Técnicos y Desarrollo de Proyectos de Modernización de la Subsecretaría de Transporte de Tabasco.

Por su parte, Jesús Manuel Alberto López, director del Sinaloa Red Plus, indica que en la víspera de un proceso de transición política es importante formar alianzas con instituciones públicas y privadas para presentar un proyecto de mejoramiento en materia de transporte sustentable.

Un reto más es la Ciudad de México, donde se desarrollan más metrobuses y aún se ofrece un servicio de transporte inseguro, ineficiente, incómodo, con una tarifa inadecuada, un parque vehicular obsoleto, contaminante y corrupto, según Jesús Padilla, director de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad del Distrito Federal.

El experto añade que, aunque el modelo de los BRT sea adecuado, en la capital mexicana el problema es que el esquema de tarifa inhibe la posibilidad de mejorar la calidad del servicio de transporte. En la ciudad las tarifas quedan a discrecionalidad del gobierno de la Ciudad de México, quien no las incrementa por cuestiones electorales, pero eso afecta a una movilidad sustentable. “Tenemos que renovarnos, mejorar, enfrentar el reto, si los transportistas no mejoramos nos cambian, y si las autoridades no mejoran, también las cambian”, finaliza Padilla.

Paula Catalán

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