Claroscuros del Gobierno Federal

por | Jun 1, 2019 | Expediente Abierto, Junio 2019 | 0 Comentarios

Durante los primeros meses en el poder, la nueva administración federal ha mostrado voluntad para ser eficiente y marcar una diferencia con los anteriores gobiernos; los especialistas coinciden en que es un buen momento para revisar las decisiones tomadas y corregir el rumbo si es necesario

Foto: Gobierno de la República / Cuartoscuro

Cien días es un plazo simbólico, para algunos es mucho, para otros es muy poco para evaluar los primeros resultados de un nuevo gobierno. Lo cierto es que no existe ninguna obligación legal o formal para rendir cuentas o mostrar resultados en ese plazo y, sin embargo, los mandatarios de muchos países realizan un corte de caja a los cien días de haber iniciado su administración.

En el caso de México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a los cien días con una aprobación de 78 por ciento, un nivel de aceptación poco visto en los últimos años y en un contexto que se caracterizó por múltiples conferencias matutinas, polémicas, confrontaciones y tragedias, como la explosión de una toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo.

Como buen político, López Obrador trató de que su primer informe mostrara sus logros y pintara una raya respecto a su antecesor, el priista Enrique Peña Nieto, un antes y un después.

La clave en ese momento, explica Max Kaiser, fundador del Centro para la Integridad y la Ética en los Negocios (CIEN), estuvo en atribuirse dos características: ser eficaces y diferentes.

El especialista asegura que el contexto cuenta, el punto del que se parte y el predecesor sí son importantes, y mucho, para los primeros cien días de gobierno.

“Por ejemplo, el Presidente de Estados Unidos estaba bajo una gran presión al iniciar su mandato porque su antecesor no sólo gozaba de una enorme popularidad, sino que entregaba el país en un momento de enorme estabilidad económica, con un crecimiento robusto, después de la enorme crisis de 2008 que los recibió de golpe, y el nuevo Presidente pudo manejarlo adecuadamente. La presión aumentaba además por la forma en que se dieron las elecciones: el Presidente perdía el voto general y sólo ganaba el cargo por el esquema de colegios electorales; esto, sumado a las acusaciones de intervención de Rusia en el proceso electoral.”

En México, el contexto fue muy diferente, un pueblo que cuestionaba al gobierno, un Presidente impopular y un país con altos índices de pobreza.

Para el economista Pedro Tello las decisiones económicas más importantes que se han tomado en estos primeros cien días tienen que ver con la definición del programa de finanzas públicas para 2019, porque más allá de los estímulos fiscales para la frontera norte, el resto de los anuncios y decisiones en materia estrictamente económica siguen pendientes.

“Hasta el momento tenemos un abanico de decisiones en materia política bastante reducido, y tenemos más bien una economía marcada por tendencias que se venían perfilando desde finales del año pasado, con la desaceleración de la economía, con un mercado interno que se estaba debilitando, con una inversión privada a la par de una inversión pública que venía creciendo a tasas cada vez menores; yo diría por un ambiente económico más cargado de dudas que de certezas.”

José Luis de la Cruz
Foto: Rosalía Morales

MOMENTO DE REVISIÓN

En este rubro, el también economista José Luis de la Cruz, Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) destaca que sí hay signos de una pronunciada desaceleración, que durante el mes de diciembre la actividad industrial tuvo una caída de más de 2 por ciento, y que las tendencias de la mayor parte de las manufacturas y hasta del sector servicios marcan una desaceleración.

“El Presidente pareciera que está confiando mucho en el gasto de gobierno como el mecanismo de solución y aquí lo que hay que plantear es que 85 por ciento del valor agregado, es decir, del crecimiento de la economía, se da en el sector privado, y el sector público participa con un 15 por ciento. Aquí hay dos elementos muy importantes: el valor agregado que ha generado el gasto de gobierno, en los tres niveles, del municipal al federal, es prácticamente cero, es decir, yo puedo estar aumentando el gasto público y no tengo garantía de que eso va a generar crecimiento”, detalla.

Como explicaron los analistas al principio, los primeros 100 días de gobierno son sólo un referente histórico y coinciden en que es un buen momento para revisar las decisiones que se van a tomar todo el sexenio y corregir el rumbo si es necesario. Las expectativas de la población no pueden ser más grandes.

Mónica Romero

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