El campo motor de economÍas regionales

por | Nov 1, 2009 | Expediente Abierto, Noviembre Diciembre 2009 | 0 Comentarios

Sembrando 1Optimista, Juan Carlos Cortés García, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), adelanta que para 2010 el campo desempeñará un papel muy importante para superar la crisis económica por la que atraviesa el país; pero advierte que se necesita apuntalarlo mejor, con el fin de evitar una posible caída.

Ese reforzamiento se tendrá que dar con mayor presupuesto, el que estima conveniente de 250 mil millones de pesos, para el Programa Especial Concurrente (PEC) —que es el que aglutina todos los recursos que van al campo—, y de 80 mil millones de pesos para la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Entrevistado por Alcaldes de México, el dirigente también habla de los principales problemas que enfrenta el sector agropecuario mexicano y que frenan su desarrollo.

¿Cuáles son los principales problemas que observa en el sector agropecuario?

Son varios los que enfrenta simultáneamente este sector, y que se traducen en una baja rentabilidad y competitividad.

Enfrentamos algunos estructurales, como son la reducida escala de las unidades de producción agropecuaria que, aunada a la insuficiente organización con fines productivos, no permite generar economías de escala; adicionalmente, se estima que alrededor de la mitad de la superficie dedicada a la agricultura en el país se lleva a cabo en regiones no aptas para ello.

Asimismo, tenemos una escasa generación de valor agregado a los productos del campo, severos rezagos tecnológicos y una infraestructura básica que es, en buena medida, obsoleta e ineficiente. Otro de los principales problemas estructurales es la diferencia en costos de algunos insumos y servicios (crédito, electricidad, etcétera) con relación a los principales socios comerciales.

¿De qué forma estos problemas frenan el desarrollo del sector agropecuario?

Juan CortésAlgunos se interrelacionan entre sí, y al enfrentarlos simultáneamente los productores incurren, ya sea en mayores costos o en menores ingresos, en comparación con los productores de los principales países con los que competimos en materia agropecuaria; ello se traduce en baja rentabilidad y competitividad, con lo que se afecta el desarrollo del sector.

POCO COMPETITIVO

¿Considera que el campo mexicano ya está al nivel de los países industrializados?

Definitivamente no. Las diferencias en niveles de productividad y costos reflejan que existe todavía una brecha muy grande, que tiene mucho que ver con los problemas estructurales que comentaba y que dichos países no enfrentan. Sólo por mencionar un ejemplo: en México, el tamaño promedio de los predios es de 8 hectáreas, mientras que en Estados Unidos es de 176 hectáreas, lo cual marca una diferencia muy importante también en niveles de mecanización, productividad, poder de negociación en compra de insumos y venta de productos, así como en la capacidad de integración horizontal y vertical en general.

¿En nuestro país, de qué tamaño son las asimetrías entre el sector social y el sector empresarial del campo?

En México, al igual que en todo el mundo, hay toda una gama de diferentes tipos de productores. Obviamente existen diferencias en cuanto a niveles de tecnología, productividad, inversiones, etcétera, en función del tamaño de las unidades de producción; pero es la mentalidad lo que representa una de las mayores asimetrías. Se ha visto que más allá del tipo de tenencia de la tierra y la escala, es la cultura empresarial la que puede marcar la diferencia.

¿Las políticas agropecuarias son las adecuadas para que México deje de ser dependiente de las importaciones de alimentos?

Debemos reconocer que contamos con instrumentos de política orientados hacia ese objetivo, pero hace falta que sean más eficientes en su operación, así como diferenciarlos claramente de aquellos cuyo objetivo es más bien fortalecer la capacidad de compra de los productores o de satisfacer las necesidades básicas de los habitantes del medio rural.

Para ser menos dependientes de las importaciones de alimentos tenemos necesariamente que generar más producción interna, y para ello requerimos políticas claramente enfocadas hacia ese fin, diferenciadas de aquellas políticas de asistencia social, para que ambas cumplan de manera más eficiente con sus objetivos.

¿Qué es lo que hace falta para que México deje de importar alimentos?

Lo primero que habría que aclarar es que la autosuficiencia per se es un concepto anacrónico, y que en todo caso se puede discutir el concepto de seguridad alimentaria. Actualmente nuestro país no se concibe sin importación de alimentos para complementar la oferta interna.

La reducción de importaciones es posible si se implementan políticas más agresivas de fomento a la productividad y competitividad de las actividades agropecuarias internas, para que éstas sustituyan a las compras del exterior.

¿Por qué existe un déficit tan grande en la producción de granos básicos?

VacasCabe aclarar que el déficit de granos ha aumentado debido, en buena medida, a la mayor demanda de un subsector pecuario que ha mostrado un alto dinamismo.

La mayor demanda de granos se ha cubierto con importaciones, en parte como consecuencia de los problemas estructurales ya comentados al inicio, que hacen poco competitiva la producción nacional respecto a la del exterior.

A lo anterior se suma también el factor clima, que es menos favorable en México que en los países con los que competimos, como es el caso de Estados Unidos, que aprovecha la humedad del deshielo y asegura altos rendimientos.

Adicionalmente a estas asimetrías, los granos se consideran productos estratégicos para la mayoría de los sectores agropecuarios de los países, y son por tanto altamente subsidiados, colocándolos en ventaja respecto a los granos nacionales.

RUMBO A 2010

¿Cuál es la participación de los productores agropecuarios (empresarios y sector social) en el diseño de las políticas dirigidas al campo?

Se ha avanzado en ese sentido, porque ahora se tienen espacios de participación, algunos considerados en la propia Ley de Desarrollo Rural Sustentable, pero hace falta consolidar esa participación de manera efectiva. En diversas instancias se suele consultar a los productores, pero no siempre se toman en cuenta sus opiniones, por lo que deben tener un carácter más resolutivo y no sólo consultivo.

Tenemos que reconocer que, aunque son las autoridades las que finalmente deciden las políticas, a diferencia de otras épocas, en la actualidad se reciben y escuchan las opiniones de los productores, lo cual es un gran avance.

¿Los empresarios están cumpliendo con su parte de la tarea para sacar adelante al campo?

Yo creo que sí. A los empresarios no les queda de otra sino hacer lo mejor posible para producir más a costos cada vez menores, en beneficio de sus negocios y del sector; sólo requieren del Estado los apoyos que les permitan competir en igualdad de circunstancias que sus competidores del exterior.

¿De qué tamaño son las inversiones del sector privado del campo?

Se estima que los productores agropecuarios invierten anualmente alrededor de 400 mil millones de pesos (mmdp) en capital de trabajo, de los cuales unos 300 mmdp corresponden a los productores comerciales.

¿Es necesario un mayor presupuesto para el campo?

Sí se requiere. Estimamos que el presupuesto del Programa Especial Concurrente, que es el que aglutina todos los recursos que van al campo, debería rondar los 250 mmdp; en particular, el de Sagarpa debería ser de por lo menos 80 mmdp. Actualmente estos presupuestos son de 235 mmdp y de 71 mmdp, respectivamente.

¿Cuánto se invierte en la producción de bienes de capital y tecnología para el campo mexicano?

La inversión fija bruta en el campo mexicano es de alrededor de 40 mmdp.

¿Cómo ve el campo para el 2010?

Soy optimista: veo un campo que seguirá jugando un papel anticíclico ante la crisis económica, lo cual ha quedado de manifiesto a partir de 2009. Desde finales de 2008 el sector primario ha sido el único que ha tenido un comportamiento positivo, aunque a un ritmo cada vez menor, por lo que se requiere apuntalarlo para no dejarlo caer y que pueda seguir siendo motor de muchas economías regionales e importante retenedor de mano de obra el año próximo.

Juan Danell Sanchez

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *