Adalberto FuguemannEl pasado 9 de junio, Tapijulapa, Tabasco, recibió la buena nueva: adquirió el reconocimiento de “Pueblo Mágico” por parte de la Secretaría de Turismo, esto después de varios lustros de ser un destino turístico destacado en la sierra tabasqueña. Ancestralmente, la localidad tenía como actividad económica principal la agricultura, y en los últimos años sus cerca de 3 mil habitantes abrazaron la artesanía de mimbre y madera como modo de subsistencia.

Tapijulapa es una de las 280 poblaciones que vienen trabajando en los últimos tres años para mudar su actividad tradicional —generalmente agrícola, comercial, etcétera— hacia una turística, como ocupación principal o complemento a su economía. Lo anterior se facilita, sobre todo, porque resulta que casi la totalidad de los 2,440 municipios que existen en el país tienen una o más características para colocarse en el mapa turístico nacional.

“Lo difícil es encontrar el punto detonante y explotarlo”, señala Adalberto Füguemann, director adjunto de Servicios de Apoyo al Sector Turismo, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), sobre todo porque no hay un esquema único para determinar que una población cumple con los requisitos. Algunos tendrán el enfoque culinario o arqueológico, otros el religioso o de salud, deportivo o médico, etcétera.

Los FavoritosVender a México como destino de “sol y playa” ya no era suficiente, ni tampoco enfocar la promoción a los destinos que tienen 20, 30 o más años de maduración. Éstas fueron las razones para que Fonatur —la unidad encargada de detonar desarrollos turísticos— decidiera “peinar” todo el territorio nacional para detectar las posibilidades de desarrollo en el sector.

Actualmente, distintos municipios trabajan en el programa Federal Pueblos Mágicos, que busca el impulso del turismo en las localidades del interior del país. Por ejemplo, está el caso de Atlixco, Puebla, donde se está construyendo un parque temático dirigido al turismo de aventura. Por otro lado, también continúa el desarrollo de la zona de la mariposa Monarca, con sus 19 municipios donde se practica la excursión, la observación de especies y se cuida la ecología; así como el caso de Maravatío, Michoacán, cuya actividad tiene un enfoque culinario.

Otra tarea es la que se hace en poblaciones para rescatarlas y volverlas a convertir en destinos de paseo, situación en la que están Papantla, Veracruz; y Tepoztlán, Estado de México. Éste último, incluso, había perdido la calificación de Pueblo Mágico, pero con asesoría retomó su rumbo.

CAMBIO DE TIMÓN

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Cancún, Quintana Roo, es el ejemplo exitoso de cómo convertir un lugar donde se desarrollan distintas actividades económicas, a uno de vocación turística. Más de 35 años atrás el estado se encontraba destinado a la agricultura y la pesca, e intentó detonar la industria; sin embargo, actualmente la entidad registra la menor pobreza en la región peninsular gracias al turismo.

Cancún, junto con Puerto Morelos y cuatro islas del Caribe Mexicano —Holbox, Isla Mujeres, Isla Contoy y Cozumel— generarán este año un total de 600 mil empleos y sumarán ingresos por más de 10 mil millones de dólares. Adicionalmente impulsarán el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) regional, de 3.7 por ciento en 2010 a 4.2 por ciento anual hacia 2011, de acuerdo con un estudio elaborado por la consultora Oxford Economics para el Consejo Mundial de Turismo y Viajes (WTTC, por sus siglas en inglés).

En el caso de Valle de Bravo, Estado de México, el municipio tiene más de 50 años dedicados al turismo, por lo que se ha convertido en la principal fuente de ingresos —70 por ciento— de la localidad, que tiene más de 90 mil habitantes. La población, incluso, complementa sus ingresos —30 por ciento restante— con la ganadería, el cultivo y otras actividades.

Emma SifuentesEmma Sifuentes Oceguera, investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, indica que la actividad turística en México ha tenido crecimientos sostenidos en los últimos 50 años. “Ha sido una fuente dinamizadora para la economía, se le refiere como una fuente conductora de desarrollo y crecimiento que ha permitido desarrollar y mejorar las condiciones de infraestructura, descentralizar la actividad económica y generar una corriente importante de ingresos por concepto de divisas”, menciona.

En el estudio Turismo, migración y cambio en los mercados de trabajo agrícolas, la especialista añade que en los periodos de contracción económica, en los que importantes ramas y sectores del aparato productivo experimentan fuertes decrecimientos, el turismo ha desempeñado un papel importante en el proceso de recuperación, impidiendo que se agraven las condiciones socioeconómicas del país.

Por ejemplo, Palizada, Campeche, es una población que un par de años atrás enfrentó una crisis agrícola y comercial, pero se detectó que tenía potencial de Pueblo Mágico por contar con uno de los pocos ríos navegables que hay en el país. Así, Fonatur decidió impulsarlo y ahora es uno de los proyectos más importantes para la entidad.

Entre las características que se deben cubrir para ser un Pueblo Mágico, destacan el compromiso de tener el centro histórico limpio, de que los servicios sean subterráneos, que no haya venta de bebidas alcohólicas en las calles, ni ambulantaje.

APOYO FRENTE A LA CRISIS

Antonio Malfavón, secretario de Desarrollo Económico del municipio de Valle de Bravo, menciona que la crisis económica afecta más a las localidades pequeñas, lo que ha obligado a las autoridades locales a impartir capacitación para desarrollo de manualidades y servicios al turismo para enfrentar el desempleo en otros ramos.

Refiere que la crisis tuvo su parte “buena”, ya que la situación conllevó a la creación de la Asociación de Municipios Turísticos de México, la cual —con menos de un año de vida— agrupa ya a unos 40 municipios. Señala que el objetivo de ésta es intercambiar experiencias para hacer ahorros tanto monetarios como de tiempo: “Lo que le funcionó a uno, puede servir a otro”, dice.

En el caso de Fonatur, los requisitos principales que deben cubrir los municipios para ingresar al programa de promoción de sitio turístico están: tener conectividad y sistemas de comunicación, calidad de hoteles, infraestructura básica, que no haya problemas sanitarios, que exista tratamiento de aguas, capacidad para recolectar basura, servicio de electricidad e iluminación, y que sea factible incorporarlo a una ruta o subruta turística. Para su evaluación, el Fondo realiza un estudio que lleva un tiempo de entre cuatro y nueve meses.

El presupuesto del gobierno Federal para el apoyo y desarrollo de los municipios turísticos ascendió a 40 millones de pesos para el ejercicio de 2010. Estos recursos se destinaron a acciones de asistencia técnica, así como a la calificación y certificación del estudio que aplica Fonatur. Las asesorías tienen un costo de entre 500 mil a 5 millones de pesos, y ésta última cifra se invierte en un programa completo para desarrollar no sólo a un poblado, sino a toda la región.

CON POTENCIAL

Antes y despuésAdalberto Füguemann resalta que las inversiones resultan positivas por el benefi cio social que conllevan. Por ejemplo, en Maravatío se logró rescatar esta población con vocación culinaria, y fueron los propios comerciantes quienes se organizaron para adquirir un edifi cio y adaptarlo para llevar a los turistas a comer a un solo lugar. Se crearon 200 fuentes de trabajo y ellos mismos fueron con las autoridades hacendarias para inscribirse en el padrón de contribuyentes.

El funcionario destaca que los desarrollos de Fonatur no sólo buscan al turismo internacional, sino que están destinados a los visitantes locales, porque si bien los turistas foráneos traen divisas y proyectan la imagen de México en el mundo, 85 por ciento de los visitantes que recorren el país son nacionales.

“El turismo no sólo es Cancún, Ixtapa, Ensenada. Por ejemplo, alguien que vive en Puebla puede ir a Tehuacán, que es turismo de un día; o estando en Mérida, Yucatán, se puede invertir una tarde para visitar la zona arqueológica, con su centro astronómico, que está a 20 minutos de la capital”, subraya.

Añade que en breve se otorgará una certificación, con un tipo de sello Fonatur (una especie de ISO) a todos los nuevos desarrollos. Esto implica hacer supervisiones periódicas para verificar el buen estado de las instalaciones y de la localidad en general, para evitar que decaigan como destinos turísticos.

Incluso, en el Distrito Federal se están haciendo estudios para continuar con el rescate de la Plaza de Garibaldi, las líneas generales del desarrollo de Xochimilco y el rescate del Peñón de los Baños. En este último se ha detectado la llegada de turismo extranjero que acude exclusivamente para bañarse en las aguas sulfurosas.

Datos del Fondo revelan que de los 280 municipios que trabajan actualmente en el desarrollo de actividades turísticas, 55 por ciento era agrícola y el 40 por ciento restante se dedicaba a la pesca, la manufactura y la minería; sin embargo, no pierden su vocación tradicional, simplemente recurren al turismo como un complemento. “Es más difícil generar industria rural que potencial turístico en cada uno de los municipios que hemos venido apoyando en los últimos tres años”, acota Füguemann.

Fonatur está trabajando en las 32 entidades del país para impulsar el turismo local y regional. En esta búsqueda por impulsar el turismo en las localidades e logró que Cuatro Ciénegas, Coahuila, se convirtiera en el primer destino científico del mundo. Allí se encuentran zonas específicas de minerales, y el medio ambiente se presta para que las comunidades científicas de otros países lleguen a investigar a donde se ubican las regiones gipsófilas —vegetación caracterizada por los suelos yesosos, donde predominaniones de magnesio y calcio— catalogadas como las más importantes de América del Norte.

El gobierno Federal impulsa también la actividad turística en los municipios a través de la creación de Centros Integralmente Planeados (CIP), los que permiten identificar sitios con potencial turístico que, bajo un concepto integral y sustentable, son la base para el desarrollo de nuevos destinos. Entre éstos, actualmente se está desarrollando el de Escuinapa, en Sinaloa.

Guadalupe Hernández Espinosa

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