“Malas mareas” para la pesca regional.

por | Mar 1, 2013 | Expediente Abierto, Marzo 2013 | 0 Comentarios

Bote pesqueroMéxico forma parte del grupo de países con uno de los litorales más largos del mundo. En sus 11 mil 500 kilómetros de línea costera se encuentran repartidos 164 municipios con un amplio potencial para explotar los recursos marinos, pero que no se ha podido concretar por la pesca furtiva, la burocracia institucional y las escasas facultades legales de los alcaldes y sus cabildos.

La Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) precisa que el sector pesquero y acuícola es un negocio relativamente dinámico, que reporta un valor comercial de 17 mil millones de pesos (mdp) y una captación de divisas de 350 millones de dólares (mdd). Se estima que 80 por ciento de esas ganancias se deriva del camarón y el resto de otras especies, como langosta, abulón y sardina.

Asimismo, se han emprendido esfuerzos por fortalecer esta actividad, ya que en el sexenio de Felipe Calderón se realizó una inversión de 5,577 mdp en infraestructura pesquera y acuícola, además de que se otorgaron subsidios al diésel marino por 4 mil mdp. Lo anterior en beneficio de la flota pesquera en general, que está compuesta por más de 102 mil embarcaciones de todos los tamaños y 250 mil pescadores, los cuales generan una producción de aproximadamente 1.6 millones de toneladas al año.

Si bien la actividad pesquera está dividida en cuatro grandes regiones —dos en el litoral del Pacífico, una en el Golfo de México y otra en el Caribe—, el desarrollo de la industria se ha concentrado principalmente en el noroeste del país. Pero además, la regulación procede del Gobierno Federal, quien otorga permisos y dicta las políticas de aprovechamiento y explotación.

En este sentido, los municipios constituyen simples ventanillas de gestión para los productores, sin autoridad para atender aspectos como la renovación y la emisión de permisos de pesca.

ENSENADA, ALTO PRODUCTOR.

Enrique PelayoDel total de los municipios costeros del país, 36 son considerados prioritarios, entre los cuales Ensenada, Baja California, es uno de los más representativos. El alcalde de este ayuntamiento, Enrique Pelayo Torres, refiere que la captura de especies marinas tiene una gran importancia para la economía local, ya que genera más de 3 mil empleos directos.

En esta parte de México se obtienen 96 especies de alto rendimiento en volumen, como las pesquerías de sardina, macarela, bonita y algas marinas, así como otras de más alto rendimiento económico, entre ellas las pesquerías de erizo, camarón, langosta, pepino y abulón. También destacan la acuacultura y los llamados “ranchos marinos”.

Tan sólo en 2011, la producción de Ensenada fue de 113 mil 922 toneladas, equivalentes a 710.6 mdp, según la Conapesca. Pero al igual que el resto de los municipios pesqueros del país, Ensenada enfrenta serios problemas que no puede resolver por ser éstos de competencia federal.

El edil ensenadense menciona que la pesca furtiva es el principal vicio, porque “se presenta de manera indiscriminada”, principalmente “en las zonas donde habitan las especies y que es más delicado en plena época de reproducción, lo que pone en riesgo a la población marina”. Según el alcalde, se trata de abulón, langosta roja y almeja generosa, especies de alto valor comercial.

LAS REDES DE LA BUROCRACIA.

Lo anterior sucede porque falta personal de inspección y vigilancia de las autoridades pesqueras, como la Conapesca y la Secretaría de Marina, explica Pelayo Torres.

Otro problema grave es el otorgamiento de permisos con traslapes de zonas de captura, además de la falta de oficinas federales de pesca que reciban la documentación necesaria para trasladar los productos de donde fueron extraídos al punto de comercialización.

“Existen tres oficinas federales de pesca: una ubicada en la zona centro del municipio y otra en la delegación del Rosario, así como en Isla de Cedros. Pero se requieren otras en las delegaciones de Villa de Jesús María, Bahía de Los Ángeles, así como en San Quintín”, comenta Pelayo Torres.

También menciona la complejidad en el cumplimiento de los trámites, entre ellos la renovación de autorizaciones, “ya que para las embarcaciones medianas, con permisos de pelágicos menores y picudos, se debe realizar el trámite en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa. Respecto a los que se firman en Mexicali, capital de Baja California, es muy lenta su expedición y falta atención”.

Enrique Pelayo refiere que la participación del ayuntamiento en la actividad pesquera consiste en hacer gestiones y apoyar a los productores ante las autoridades federales y estatales, así como ante legisladores federales y locales.

EN CENTLA, SÓLO AUTOCONSUMO.

Desde la zona del golfo, Filiberto de la Cruz Gutiérrez, secretario técnico de Centla, Tabasco —considerado el municipio pesquero más importante del estado por contar con 80 kilómetros de litoral—, lamenta que cada día se alejan las buenas mareas en la pesca regional.

El puerto de Frontera de este municipio está convertido en un cementerio de embarcaciones de todos los tamaños y especialidades de captura, que reposan en el fondo marino por decisión de los patrones de barco, ante el desplome de la actividad por sobreexplotación.

El papel protagónico

“Tal vez la pesca en este lugar apenas alcanza 30 por ciento de lo que fue hace 25 años. Ya no hay embarcaciones, aunque existen alrededor de 200 cooperativas pesqueras tanto de mar como de agua dulce”, refiere De la Cruz Gutiérrez.

Dice que las autoridades estatales y federales les han prometido que se reactivará la industria en Centla, orgullo del pasado, pero mientras tanto los pescadores, si bien les va, consiguen aproximadamente 400 kilos de pescado y mariscos.

La verdad es que la falta de ordenamiento y vigilancia agota el recurso, porque no se le pone un alto a la pesca furtiva, lo que ha orillado a los habitantes a ocuparse laboralmente en la V Zona Militar Naval asentada en este municipio.

“De eso vivimos aquí, es el soporte económico de la región, en la que el ingreso promedio general es de dos salarios mínimos. En la pesca somos prácticamente un productor de autoconsumo”, concluye De la Cruz Gutiérrez.

Marco Polo Guzmán Hernández

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