Luego de que en el siglo pasado la Revolución Mexicana triunfara y se prohibiera la reelección, aparentemente este tema se ha convertido en tabú, en algo prohibido para la política mexicana y la nación en general, pues existe el temor de que un político quiera permanecer de por vida en su puesto.

Sin embargo, según estudios y tendencias, recurrir a esta nueva figura de gestión parece ser una buena alternativa para toda aquella nación en donde la palabra democracia sea respetada; de hecho, México es el único país demócrata del mundo donde está prohibida paralelamente la reelección consecutiva de alcaldes y miembros del Congreso.

Lo anterior significa que como se ha dicho en muchas ocasiones, la democracia mexicana está quedando al margen de lo que sucede a nivel mundial, evitando así un avance que derive en menos corrupción por parte de los políticos y mayor respuesta a la exigencia de resultados por parte de la ciudadanía.

TRES AÑOS, POCO TIEMPO PARA CONCRETAR PROYECTOS

“Si quisiéramos hablar de ventajas y desventajas en la reelección quizá la respuesta sería que no existe ninguna desventaja al respecto, pues permitir que los alcaldes permanezcan más tiempo en su puesto facilitaría una mejor rendición de cuentas y mayor transparencia en las mismas”, señala Humberto Panti, director senior de Finanzas Públicas para América Latina en Fitch Ratings.

“La realidad es que, contrario a lo que en México se cree, la reelección trae consigo una serie de ventajas para los gobiernos, pues los alcaldes podrían trabajar más y mejor en los proyectos que se implementaran, es decir, se le daría continuidad a los proyectos que se ponen en marcha, por lo que la ciudadanía tendría la oportunidad de exigir mejores resultados en las gestiones”, señala.

Panti agrega: “Si los gobiernos estatales y federales tienen un periodo de seis años, los municipios deben aspirar a lo mismo, quizás con un periodo inicial de tres años y la posibilidad de reelegirse un periodo adicional, para motivar la rendición de cuentas paralela, el ejercicio de recursos en administraciones coincidentes y también la coordinación en proyectos comunes de gobierno, independientemente de los colores políticos”.

“Un proceso de tres años es realmente poco tiempo para cualquier tipo de gobierno, eso explica en parte la debilidad de los municipios en materia económica, presupuestal y administrativa”, menciona Panti.

Los municipios no planifican, no atienden como deben las necesidades de su población, no existen los incentivos necesarios y por lo tanto la transparencia es un asunto pendiente, declara el directivo.

Lo anterior tendría una considerable influencia sobre el crecimiento de los ayuntamientos y sobre la salud de sus finanzas, además de la atracción de inversiones, “hoy son pocos los que trabajan para atraer inversiones, realmente no es un elemento por el que se preocupen”, advierte Humberto Panti.

“Los municipios urbanos son los que más posibilidades tienen de pasar a un periodo de transición que les permita eventualmente reelegir a un alcalde, debido sobre todo a su exposición nacional, además del apoyo que reciben en materia económica y social de parte de sus estados y de la Federación, lo que los vuelve menos vulnerables; los rurales en cambio, tendrían más problemas, considerando que en ellos aún existen comunidades muy arraigadas con los partidos políticos”, asegura el especialista.

MENOS CORRUPCIÓN

Por su parte Gabriela Alarcón, directora de Desarrollo Urbano del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), señala que la no reelección permite un dominio de unos cuantos dirigentes políticos sobre el futuro profesional de legisladores y presidentes municipales. De romperse este mecanismo de control, los funcionarios electos tendrían la opción de apostar su carrera en defender las causas de los ciudadanos.

El hecho de que un edil tenga la opción de reelegirse beneficia de manera importante, pues se ha demostrado que los alcaldes que están buscando la reelección tienen menos probabilidades de caer en actos de corrupción, en comparación con los que tienen menos posibilidad de reelegirse, además de que se mejora la calidad de la administración pública.

Mucho se ha hablado sobre la continuidad de proyectos en los municipios, y la reelección es un punto clave que permitiría llevarla a cabo, algo que hoy es imposible, y es por ello que frecuentemente vemos que las obras o programas se detienen pues, al cabo de una administración muy frecuentemente se cortan presupuestos y los trabajos que la gestión ha iniciado, comenta Alarcón.

LA REELECCIÓN EN EL MUNDO

Ejemplo de lo que sucede en el ámbito internacional, donde está permitida la reelección, son las ciudades de Estados Unidos, las cuales durante el siglo XIX tenían una alta rotación de alcaldes generando falta de organización generalizada en las mismas.

Sin embargo, en el siglo XX comenzaron a observarse periodos de gobierno municipales más largos, lo cual coincidió con una profesionalización de los servidores públicos y una mejoría en la calidad de los servicios públicos, de acuerdo con información del Imco.

Incluso, en un estudio sobre la relación entre reelección y corrupción en Brasil, los autores Ferraz y Fian, de la Universidad de Berkeley, encontraron que los alcaldes que se están jugando la reelección tienen menos probabilidad de caer en actos de corrupción, en comparación con aquellos que ya no tienen posibilidad legal de reelegirse por haber cumplido dos periodos consecutivos en el cargo. Esta investigación expone que los alcaldes que dirigen en un segundo periodo son mejores administradores públicos.

Si bien es cierto que existen otras naciones donde la reelección inmediata está prohibida, como en Costa Rica, o Colombia, en donde no se permite la reelección de alcaldes, es sólo en México donde la prohibición abarca todos los cargos de elección popular.

En pocas palabras, podemos señalar que la reelección es una herramienta para fortalecer el poder de los ciudadanos porque permite dar mayor tiempo a los ediles para tomar el poder y concretar proyectos, al mismo tiempo que le ofrece a la comunidad la oportunidad de exigir más y mejores resultados.