Universidades: Dónde y cuando abrir planteles

por | Abr 1, 2011 | Abril 2011, Expediente Abierto | 0 Comentarios

MapaMéxico tiene grandes inequidades en la distribución de las oportunidades educativas. La educación superior, por ejemplo, está muy concentrada en las zonas urbanas, particularmente en las capitales de los estados y, en menor medida, en ciudades de más de 500 mil habitantes. El resto de los municipios carecen de ella. Sin embargo, la gran pregunta para los especialistas en el tema es si este nivel educativo debe llegar a todas las localidades del país.

Aun cuando en los últimos 20 años, la cobertura en materia de enseñanza superior en el país avanzó de 15 a 28 por ciento, de acuerdo con un estudio elaborado por especialistas de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en el ámbito local, los ayuntamientos también enfrentan problemas de planeación y vinculación educativa, así como altos costos, en algunos casos incluso inalcanzables, para establecer planteles de este tipo en las localidades.

NO SÓLO FÓRMULAS

Demanda y cobertura

Alejandro Márquez, especialista del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IIUE), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que el punto no es que la educación superior deba llegar a todos los municipios. “El asunto es más complejo. No es tan fácil como dar fórmulas, pues cada contexto necesita una mirada particular, analizar cómo se impacta mejor y lograr que la inversión educativa en verdad contribuya al mejoramiento de las condiciones de vida de la población”, afirma.

No se trata de construir “sin ton ni son” universidades a lo largo del territorio nacional. Lo primero que habría que hacer —explica el doctor en Educación— es crear preparatorias en todo el país, porque de qué serviría tener una casa de estudios en determinado municipio si no existe el alumnado para ingresar a ella.

Carlos MuñozPor su parte, Carlos Muñoz Izquierdo, catedrático de la Universidad Iberoamericana (UIA), fija tres condicionantes para establecer una institución de educación superior en un municipio: demanda, maestros capacitados y oportunidades laborales.

El problema, coincide, está también en la enseñanza media superior. “Hay lugares en los que aun cuando hay muchos jóvenes, se requiere de una infraestructura precedente; es decir, mejorar la educación media y media superior (secundaria y preparatoria, respectivamente), como para que los jóvenes sean demandantes potenciales”, subraya Márquez.

El maestro emérito de la UIA enfatiza que el problema está en la falta de preparatorias: la demanda de instituciones de educación superior está más o menos bien cubierta en donde hay planteles de enseñanza media superior, porque si un joven no acaba la secundaria y no entra a la prepa, eso impacta en la poca demanda de universidades u otros modelos en este nivel.

“Este país cubre a 27 por ciento de quienes tienen entre 19 y 26 años en educación superior”, dice el profesor de posgrado. Mientras que la cobertura en nivel medio superior es de 64.4 por ciento al ciclo escolar 2009-2010.

¿Qué ocurre con los que terminaron la preparatoria, quieren seguir estudiando y no hay universidad en su localidad? Si hubiera instituciones de enseñanza superior en municipios no tan poblados, eso impediría que los jóvenes se desplazaran a otra parte, pero la cifra de quienes migran no es muy importante. La migración se debe más bien a factores laborales, no de estudio, advierte Muñoz Izquierdo.

PERSONAL CAPACITADO

Universidades interculturales

Alejandro MárquezOtro factor a considerar son los profesores. Tanto Muñoz Izquierdo como Alejandro Márquez coinciden en que hay que ver si la localidad cuenta con personal con la formación académica para dar clases en una casa de estudios. “La enseñanza superior exige maestros preparados, profesionales, que no hay en todas partes. Éstos se concentran en lugares de alto desarrollo”, asevera el catedrático de la UIA.

Por otro lado, también se debe pensar en las ofertas de empleo disponibles para los egresados, precisa Muñoz Izquierdo, y agrega que “no es sólo instalar una universidad, sino pensar si hay oportunidades laborales en el municipio para los egresados”.

De lo que se trata —continúa por su parte Alejandro Márquez— es de que la educación permita a los jóvenes ampliar en verdad sus oportunidades. Es decir, antes de incrementar la oferta educativa hay que pensar en qué va a pasar con los egresados, si van a tener opciones laborales. “Si yo pongo una institución y formo abogados en un lugar donde no hay demanda de éstos, van a terminar migrando.”

Hay que analizar, entonces, qué otro tipo de políticas se implementarán para que los jóvenes tengan oportunidades de laborar dentro de sus propias regiones, expresa.

A los parámetros que limitan la posibilidad de llevar la educación superior a nivel municipal, se suma otro: el dinero.

Carlos Urzúa“Una institución que tenga cierta calidad tiende a ser muy cara. Si las entidades no tienen los recursos para tener casa de estudios de primer nivel, aun cuando reciben apoyo federal, mucho menos los municipios”, puntualiza Carlos Manuel Urzúa, director de la Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública (EGAP) del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

“Lo de menos son los edificios; lo que hace más costosa a una universidad son los profesores de planta”, sostiene el especialista, quien agrega que se requiere de un gran presupuesto para cubrir los salarios y prestaciones. La gran mayoría de las instituciones privadas, por ejemplo, debe tener mucho dinero para poder pagar todo lo que se necesita y muchas de ellas reciben subsidios, menciona Urzúa.

Dadas las condiciones económicas del país, “la gran mayoría de los municipios no tendría la capacidad para contar con una universidad, de pies a cabeza, de 10 mil estudiantes, porque le costaría más de mil millones de pesos. Pensar que una localidad pudiera tener ese dinero es muy complicado. Ni siquiera las delegaciones del Distrito Federal. Dudo que haya más de cinco municipios con la capacidad de tener una universidad con las características que menciono”, comenta Urzúa.

NUEVOS MODELOS

Instituciones de educaciónPese a ello, sí hay municipios que cuentan con instituciones de enseñanza superior, pero son muy pocos y es bajo nuevas modalidades surgidas en los años 90, a partir de un proceso de diversificación de la oferta en ese nivel educativo, explica Alejandro Márquez.

Es en esa década cuando surgen las universidades tecnológicas y las politécnicas, y posteriormente, en 2003, las interculturales. Las primeras —manifiesta el también catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM— ofrecen carreras dos años y otorgan el título de técnico superior universitario. Si bien forman parte de la educación superior, es una oferta diferenciada para grupos de población que se encuentran cercanos a las zonas conurbadas o están en ellas. Ciudad Nezahualcóyotl, por ejemplo, tiene uno de los primeros planteles de este tipo, al igual que Aguascalientes.

Las universidades politécnicas, continúa el especialista, se crearon después, aunque también en los 90 y se ubican en municipios. Ofrecen el grado de técnico superior universitario, pero con un año adicional de formación. “Dicen que ofrecen otro grado que sería semejante a una licenciatura, pero todavía no es bastante aceptado por el resto del sistema.”

En cuanto a las interculturales, Márquez aclara que el enfoque de éstas es atender a indígenas y a la población de zonas con un alto nivel de rezago. Imparten formación universitaria, pero con una oferta diferente, pues han creado sus propias licenciaturas, intentando responder a los requerimientos de las localidades donde se ubican.

Estos modelos son bastante marginales, advierte el investigador de la UNAM, quien agrega que las universidades tecnológicas representan 3 por ciento de la matrícula total de la enseñanza superior, mientras que entre las tres —éstas, las politécnicas y las interculturales— hacen un 4 ó 4.5 por ciento.

A las ya mencionadas, se suma otro tipo de instituciones, las de apoyo solidario, que se crean por las entidades federativas bajo un convenio con el Gobierno Federal. Ambas instancias establecen un convenio donde el financiamiento es a partes iguales.

DINÁMICA POBLACIONAL

“El presupuesto educativo no ha crecido tanto, si bien cada vez absorbe una mayor parte del presupuesto federal, aunque también la población ha crecido bastante. Sin embargo, en las próximas décadas la cifra de jóvenes de 19 a 23 años empezará a decaer, y esto ofrecerá nuevas oportunidades de redistribución de la oferta educativa”, subraya Alejandro Márquez.

La meta del actual sexenio es que todos los estados tengan tasas de cobertura de educación superior arriba de 30 por ciento.

No obstante, las entidades tienen bastantes particularidades. Algunas tan sólo por su dinámica demográfica no necesitan siquiera crear nuevas instituciones porque está decreciendo su nivel de jóvenes, mientras que hay otras donde va creciendo ese grupo de población.

Al final, lo que subyace es qué fórmulas serían las más convenientes para ampliar la cobertura educativa a nivel municipal. De lo que se trata es de que ésta sea aprovechada por los miembros de la comunidad, que contribuya a elevar las condiciones de vida de la población y que los jóvenes se incorporen al mercado laboral en condiciones dignas.

Nora Sandoval

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