Aviones, helicópteros y hasta globos aerostáticos componen el parque de vehículos aéreos de los gobiernos locales

El Gobierno Federal tiene previsto que en este mes inicie operaciones el nuevo avión presidencial. Se trata de un Boeing Dreamliner 787, con un valor de 580 millones de dólares (mdd), por lo que es considerado el aparato más costoso de su clase y cuya compra fue pactada en el sexenio anterior.

La aeronave tiene una capacidad para transportar a 265 pasajeros y está diseñado para realizar viajes transatlánticos sin escalas, con una autonomía de 14 mil 200 a 15 mil 200 kilómetros sin reabastecerse de combustible; reemplazará al actual TP-01, conocido como “Presidente Juárez”, un Boeing 757.

De esta manera, el Dreamliner 787 se integra a la flota aérea de la Presidencia, la cual según cifras oficiales, además del “Presidente Juárez”, consta de dos aviones Boeing 737; dos Gulfstream III y un Gulfstream Aerospace G450; dos Learjet y un Turbo Commander 69. Asimismo, cuenta con ocho helicópteros Puma, seis de los cuales serán reemplazados por igual número de unidades del mismo modelo, que fueron adquiridos recientemente.

DE TODO TIPO

Pero la Federación no es el único orden de gobierno que dispone de aeronaves. Los estados y municipios también cuentan con aviones y helicópteros que se emplean en tareas de transportación, seguridad y asistencia médica, principalmente.

Mediante una solicitud de información presentada por un ciudadano a la Dirección General de Aeronáutica Civil en marzo de 2014, esta dependencia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dio a conocer el Registro Aeronáutico Mexicano. En dicho padrón, se encuentran inscritos 153 aparatos a nombre de los gobiernos estatales y ocho a nombre de los municipios de: Nezahualcóyotl y Ecatepec de Morelos, Estado de México; Zapopan y Guadalajara, Jalisco; León, Guanajuato; Chihuahua, Chihuahua; Solidaridad, Quintana Roo, y Aguascalientes, Aguascalientes.

De acuerdo con el documento, el estado de Sinaloa es el que tiene más aeronaves en el país: 10 en total, de los cuales ocho son helicópteros y dos son aviones. Le siguen Tamaulipas, con cinco helicópteros y cuatro aviones; el Estado de México, con nueve helicópteros, y Oaxaca, el cual destaca porque, además de contar con cuatro helicópteros y dos aviones, tiene en su flota aérea tres globos aerostáticos del fabricante estadounidense Cameron Balloons.

Aguascalientes y Morelos son las entidades con menos aeronaves; cada una cuenta sólo con un helicóptero. Baja California Sur es el único estado del país cuyo gobierno no opera ninguna aeronave, según el Registro Aeronáutico Mexicano.

PARA TENER EN CUENTA

Víctor Hugo Valdés, especialista en materia de aeronáutica de la Universidad Anáhuac, explica que antes de adquirir una aeronave, un gobierno municipal o estatal tiene que plantear con precisión para qué lo quiere y, en función de dicha necesidad, determinar si es viable o no adquirir las aeronaves, considerando el mantenimiento especializado que necesitan.

“En Nezahualcóyotl, Estado de México, por ejemplo, tienen un helicóptero por razones de seguridad, ahí hay una lógica muy clara de que se tiene una necesidad específica. Sin embargo, habría que preguntarse si la labor de mantenimiento es algo que debería llevar a cabo un gobierno local, porque es una labor muy concreta”, plantea el académico.

Eduardo Pérez de León Sala, presidente de la Comisión Técnico Pericial del Colegio de Pilotos Aviadores de México, coincide con Víctor Hugo Valdés en que los gobiernos locales deben identificar a detalle las necesidades que requieren cubrir con una aeronave, “porque no es como ir a una agencia de autos, donde compro un carro y yo le agrego el equipamiento que prefiero. En el caso de los vehículos aéreos, desde un principio necesito saber cuáles son los aditamentos con los que se tienen que complementar”.

En cuanto al mantenimiento de los aviones y helicópteros, Pérez de León explica que, según los contratos de compra de las aeronaves, los fabricantes son los encargados de proporcionar dicho servicio con periodicidad, con base en las horas de vuelo y, principalmente, a partes como planeadores, motores y, en su caso, hélices.

Cuando concluye el plazo establecido en el contrato, los gobiernos estatales o municipales que operan aeronaves pueden recurrir a empresas especializadas en brindar mantenimiento. El experto recomienda que se contraten los servicios de compañías que cuentan con autorización de la Dirección General de Aeronáutica Civil, ya que “no es como llevar el coche a la esquina para que lo arreglen”, apunta.

Eduardo Pérez deja en claro que la flota aérea de estados y municipios está conformada por aeronaves que ya tienen varios años en servicio, en su mayoría, pero que si se les brinda el mantenimiento correcto y de manera constante, pueden seguir operando.