Algunos de los primeros en pedir licencia son los priistas Angélica Araujo Lara, ex alcaldesa de Mérida, que aspira al Senado de la República; Jesús Alí de la Torre, candidato a la gubernatura de Tabasco, quien se separó de su cargo al frente del municipio de Centro; así como Aristóteles Sandoval Díaz, ex alcalde de Guadalajara, y ahora abanderado de su partido al gobierno de Jalisco.

Enrique Alfaro Ramírez, quien se desempeñaba como edil de Tlajomulco de Zúñiga, también dejó su cargo con la idea de ser candidato a gobernador jalisciense; en tanto que Miguel Castro Reynoso, militante del PRI, pidió licencia al cabildo de Tlaquepaque para buscar una diputación local. En Guanajuato capital, Nicéforo Guerrero Reynoso hizo lo propio con la mira puesta en ser representante tricolor al gobierno del estado.

También se retiró de Cuernavaca el ex alcalde Manuel Martínez Garrigós, quien originalmente aspiraba a la gubernatura de Morelos, pero actualmente funge como presidente del PRI estatal. En el Estado de México, al menos nueve presidentes municipales se separaron de sus cargos para competir por un lugar en el Poder Legislativo federal, entre ellos destacan María Helena Barrera Tapia, de Toluca; Alejandra del Moral Vela, de Cuautitlán Izcalli; Cesáreo Navarro Sánchez, de Ciudad Nezahualcóyotl, y Ana Lilia Herrera Anzaldo, de Metepec.

Otros casos sobresalientes son los de Francisco Domínguez Servién, ex edil de Querétaro capital, quien es candidato del PAN al Senado, así como Carlos Rosado Ruelas, que se separó de la Presidencia Municipal de Campeche para competir por una diputación federal, también bajo las siglas del PAN. Además, el priista Benito Caballero Garza, ex alcalde de Apodaca, Nuevo León, se lanzó para obtener una candidatura al Poder Legislativo federal.