Por Martha Palma

Aunque el gobierno de México ofrece apoyos económicos a migrantes centroamericanos, son ya insuficientes las acciones que realiza el Instituto Nacional de Migración (INM).

Situación en Chiapas

En Chiapas, migrantes organizaron una protesta porque no pudieron inscribirse en el programa de tarjetas por razones humanitarias que otorga el INM y demandan la ayuda del gobierno mexicano.

Se han registrado enfrentamientos entre migrantes y personas armadas que buscan replegarlos nuevamente a la frontera con Guatemala o evacuarlos de los espacios públicos.

Una vez que los albergues instalados rebasan el límite de su capacidad, se habilitan otras áreas como estadios y parques, lo que agrava la crisis porque continúan llegando las caravanas, algunas ingresan ilegalmente al país debido a que el otorgamiento de visas puede demorar días.

Además, las caravanas son sujetas a extorsiones a cambio de continuar su paso por Chiapas, a veces sufren privaciones de su libertad como fue el caso de un grupo de 78 migrantes centroamericanos que fue rescatado del hotel “Canario” de Tapachula.

Empresarios y comerciantes del referido municipio, acusan de daños en propiedad privada, inseguridad y mermas económicas por la presencia de migrantes en las calles. Aseguran que diariamente se pierden ventas por 250 millones de pesos.

La organización “Pueblo sin Fronteras” denunció la desaparición forzada del activista Carlos David Cueva Ramírez, quien supuestamente fue detenido el pasado 5 de febrero cuando acompañaba a un grupo de migrantes en el municipio de Mapastepec, en el sureste de Chiapas.

Situación en Coahuila

El gobierno del estado advirtió que no ingresará ninguna otra caravana de migrantes e implementa operativos para regresar a su país de origen a los centroamericanos que permanecen en Piedras Negras.

El gobernador Miguel Ángel Riquelme, reconoció que el estado no tiene la infraestructura para recibir caravanas y realizará las acciones necesarias a fin de conseguir su desvío a otras entidades como Tamaulipas. Por tal motivo planea cerrar los albergues de Piedras Negras y Acuña

Esta decisión obedece a no afectar la vida productiva y económica de la frontera.

Sin embargo, mil 617 personas continúan en los albergues, 400 son menores, de los cuales 70 no vienen acompañados y se piensa ya en su retorno asistido por parte del Instituto Nacional de Migración.