El relator especial de Naciones Unidas, Juan Méndez, dijo que el gobierno de México lo invitó a realizar una evaluación “sincera de la situación” de tortura en México, pero ante los resultados, recibió presiones para presentarla “bajo la mejor luz posible”.

En una carta dirigida al representante permanente de México ante oficinas de Naciones Unidas y organismos internacionales en Ginebra, Jorge Lomónaco, se refirió a presuntas presiones que recibió en “ese primer momento para que cambiara de parecer”.

Expresó que hubiera sido una falta de ética “haber sucumbido a presiones que recibí” para “que cambiara de parecer, del mismo modo que sería una falta de ética cambiar mi parecer al redactar el informe o incluso ahora cuando toda la evidencia que tengo a disposición solamente ratifica mi evaluación”.

La carta escrita por Juan Méndez es en respuesta al texto enviado por Lomónaco al presidente del Consejo de Derechos Humanos, fechado el 13 de marzo de 2015, y ante los comentarios del subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juan Manuel Gómez Robledo, respaldados por el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade.

Dijo no estar de acuerdo con la afirmación de Gómez Robledo “cuando afirma que mi trabajo es quedar bien con los gobiernos con los que tengo que trabajar. Muy en contrario, para que mi diálogo con los gobiernos sea realmente constructivo, tengo que ser justo, pero también honesto, al descubrir la situación tal y como la veo”.

Consideró que las declaraciones de la diplomacia mexicana “constituye un ataque personal” y enfatizó que su evaluación sobre la naturaleza generalizada de la tortura en México se basa en el hecho de que diversas fuentes aducen circunstancias similares.

Detalló esas circunstancias: “la tortura y los malos tratos ocurren en las primeras 24 a 48 horas de la detención y generalmente terminan luego de que la persona es consignada; los métodos utilizados incluyen las amenazas, los insultos, la destrucción de propiedad, pero también los golpes usualmente con objetos duros, la electrocución, el water-boarding, en muchos casos la violencia y la violación sexual”.