La sede principal del gobierno de Guerrero, ubicada en Chilpancingo, fue destrozada por estudiantes normalistas y familiares de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, luego de mantener tomadas las instalaciones y bloqueados los accesos al recinto.

Los ventanales de los edificios que conforman el Palacio de Gobierno fueron rotos a pedradas y con palos por los manifestantes, además incendiaron documentación oficial y oficinas que para ese momento ya se encontraban vacías.

A las afueras del recinto, los estudiantes y familiares se enfrentaron a la policía antimotines con un saldo de una camioneta repartidora incendiada, luego de que los manifestantes volcaran la unidad para impedirla llegada de los elementos de seguridad.

Después de la salida violenta de los trabajadores que se encontraban retenidos en el Palacio de Gobierno, los normalistas de Ayotzinapa recrudecieron los ataques contra las intalaciones, mientras otros burócratas saltaban una barda para poder salir del inmueble.

El incendio afectó documentación de la Secretaría General de Gobierno del Archivo General del estado, parte de la Contraloría General del estado y las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social.

Los estudiantes y familiares de Ayotzinapa se retiraron en los autobuses que mantenían estacionados sobre la vialidad del río Huacapa.