Por Lucero Almanza Escalante.
Alcaldes de México | 21 de septiembre de 2022.- Ciudad de México, Baja California Sur, Baja California, Colima y Nuevo León son las entidades del país que presentan una mayor inclusión de mujeres en la economía remunerada, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Foto: Oxfam Intermon
Sin embargo, sólo la Ciudad de México y Baja California Sur reportan un nivel superior a 60 puntos en el indicador que analiza el Instituto en el tema.
Fátima Masse, directora de Sociedad Incluyente del Imco, comentó en entrevista, que la inclusión de las mujeres en la economía es un tema importante, ya que esto impulsa la generación de recursos para los estados y municipios, y permite aprovechar el talento de las personas en el ámbito laboral.
“Sabemos que las dinámicas sociales, económicas, en cada una de las entidades es diferente, y en algunas pueden ser más ‘amigables’ o que apoyen más mujeres, para que participen en la economía remunerada”, mencionó.
Foto: Cortesía.
De acuerdo con el Imco, 30 de 32 del país están “reprobados” en ofrecer condiciones laborales que sean óptimas para las mujeres, expuso Masse, de tal forma que, prácticamente en todas las entidades del país hay retos importantes en donde los gobiernos estatales pueden jugar un rol fundamental y también las autoridades locales para que las mujeres puedan participar y crecer en la economía remunerada.
En este sentido, refirió que existen tres factores fundamentales para mejorar la situación, que son: atender a la situación de desigualdad en el trabajo no remunerado, donde se logre una mejor distribución de la carga laboral entre hombres y mujeres; también, apoyar a las personas más preparadas.
Y ofrecer mejores condiciones laborales, toda vez que, 43 por ciento de las mujeres se ubican en el sector formal de la economía, contra 55 por ciento a nivel nacional.
Una situación global
María José Salcedo, coordinadora de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en México, mencionó por su parte, que, a nivel mundial, la participación de las mujeres en la economía es de alrededor de 48.5 por ciento, en tanto en México, el dato es de 43 por ciento.
No obstante, expuso, hay países como Islandia en que la participación es de 70 por ciento, por lo que el nivel en México es bajo, de cuatro mujeres de cada diez que se encuentran en la economía.
Foto: Cortesía.
“Así que es una participación muy baja la que tenemos las mujeres en la economía, en el mercado laboral, y ahí se ve el potencial económico que pudiera estar teniendo el país”, sostuvo.
“Según el Imco, si para el 2030 pudiéramos sumar a 8.2 millones de mujeres a la economía, el país podría tener un PIB tres veces mayor”.
Agregó que, es cuando se analizan estas cifras, que se entiende la importancia de las políticas públicas que se requieren, y las alianzas para incluir a ese capital humano y que se pueda tener una economía mucho más eficiente y productiva, creativa y con oportunidades.
Formalidad y flexibilidad laboral
Fátima Masse comentó que, desde los estados y municipios se pueden emprender acciones para mejorar la inclusión de las mujeres en la economía, atendiendo la tasa de informalidad, apoyando con programas de capacitación en áreas especializadas, y promoviendo prácticas de integración vida-trabajo, en donde las condiciones laborales que se ofrezcan tanto a hombres como a mujeres sean mucho más flexibles y logren captar a más talento femenino.
“Una manera en que se pueden hacer esfuerzos que sean más locales, que permitan invitar a incentivar este tipo de prácticas, es aquellos estados que tienen este tipo de permisos de paternidad, y promover este tipo de acciones para que se puedan replicar en otras entidades”, expuso.
El pasado 12 de septiembre, se llevó a cabo el Festival Libre de Ser: mujeres en los negocios, organizado por la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, donde mujeres de la academia, empresarias, tomadoras de decisiones, fundadoras de startups, entre otras, tuvieron la oportunidad brindar herramientas, consejos y abrir el diálogo para generar políticas públicas y espacios para empoderar a otras mujeres y generar mayor inclusión.
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