Con la modificación a 50 preceptos constitucionales aprobados con la reforma política del Distrito Federal, se deberá elegir una asamblea encargada de crear la constitución de la Ciudad de México, de la cual, el 32 por ciento estaría conformada por priistas.

Según se establece en la reforma, 60 diputados constituyentes serán electos en un proceso organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y los 40 restantes serán designados por el Congreso, el presidente Enrique Peña Nieto y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.

En esta fórmula, el Senado elegirá a 14 de sus integrantes para conformar la asamblea constituyente, la Cámara de Diputados también elegirá a otros 14, mientras el ejecutivo federal nombrará a seis y el jefe de gobierno a otros seis.

En opinión de algunos legisladores, sobre todo de oposición, con la fórmula anterior, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), tendría una sobrerrepresentación para incidir en la formación de la primera constitución de los habitantes del Distrito Federal, e incluso la podrá vetar.

Lo anterior fue señalado por Mario Delgado, presidente de la Comisión del Distrito Federal, quien señaló en conferencia de prensa previa a la votación, que el PRI al contar con mayoría en ambas cámaras del Congreso, sumado a los seis diputados constituyentes propuestos por Peña Nieto, quedará con una representación de 32 por ciento en la asamblea.

Por su parte, Dolores Padierna señaló que “lo que ensombrece lo que debería ser un día de fiesta es que 40 por ciento de los constituyentes no serán electos por los ciudadanos del Distrito Federal”.

En respuesta a la afirmación del senador priista Omar Fayad, quien sostuvo que la asamblea constituyente será plurinominal, el panista Roberto Gil Zuarth dijo que la afirmación sólo muestra “ignorancia”, ya que muchas constituciones en el mundo han sido creadas a través de sistemas mixtos.

En tanto, la senadora del Partido Acción Nacional (PAN), Gabriela Cuevas, escribió en su columna del diario El Universal, que “el resultado obtenido es el de una reforma posible que se encuentra lejos de la reforma deseable que se esperaba para la capital de México. En concreto, a esta reforma le falta federalismo y le urge ciudadanía”.

La senadora añadió que a pesar de las numerosas modificaciones para homologar al Distrito Federal con el resto de las entidades federativas, “esto no es más que una simulación. Homologar términos no es federalismo. Ni la ciudad de México será el estado 32, ni las delegaciones serán municipios”, acotó.