Alimento para familias de hidalgo.

por | Jun 1, 2013 | Junio 2013, Responsabilidad Social | 0 Comentarios

HidropiniasHidalgo es una de las cinco entidades federativas con mayor índice de pobreza alimentaria y la cuarta con el mayor grado de marginación en el país. Por tanto, uno de cada cuatro hidalguenses vive con carencias nutricionales.

Tan sólo 25 por ciento de la población de Pachuca de Soto, capital del estado, no consume el mínimo requerido de 200 gramos de comestibles, sin mencionar la calidad de los mismos, asegura Raúl Briseño Pérez, administrador de la organización Banco de Alimentos para el Desarrollo Social AC (Badeso), con base en datos del Gobierno Federal.

En aras de atender este problema, la Fundación Walmart ha entablado alianzas en los últimos ocho años con cinco instituciones hidalguenses, entre ellas adeso, que nació de la inquietud de un grupo de empresarios por atender el hambre que padecen comunidades marginadas del estado.

Briseño Pérez recuerda que en 2005 un grupo de hombres de negocios comenzó a detectar cuáles eran las necesidades básicas de la población marginada y de manera aislada comenzaron a donar ropa y medicina, hasta que llegaron al tema de la nutrición.

Advirtieron que los indicadores arrojaban un alto déficit, por lo que decidieron hacer una contribución para superar el problema.

Raúl BriseñoNIÑOS MÁS ROBUSTOS

Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social Coneval), 25.7 por ciento de la población del estado se encuentra en pobreza alimentaria, de ahí que cinco municipios —Huehuetla, Huejutla de Reyes, San Bartolo Tutotepec, Xochiatipan y Yahualica— son atendidos por la estrategia federal conocida como Cruzada Nacional Contra el Hambre, coordinada por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

La creación de Badeso se vio impulsada principalmente al detectarse que la población de cero a cinco años, que no consumía los comestibles adecuados, corría el riesgo de atrofiar sus habilidades y capacidades físicas, emocionales y mentales en la etapa de Raúl Briseño . la adolescencia y en el resto de su vida adulta.

Raúl Briseño afirma que, tras ocho años de que el banco de víveres inició operaciones, 40 por ciento de la población infantil atendida, menor de cinco años, ha superado el riesgo con éxito. Esta tarea en particular es sustentada por el modelo del Plato de Buen Comer, un esquema alimenticio que cumple con la Norma Oficial Mexicana en la promoción y educación en materia de salud nutricional.

“Hicimos estudios antropométricos iniciales y finales, a través de los cuales tomamos una muestra de 500 niños con desnutrición. Los tratamos durante seis meses y les dimos a las madres información sobre el alimento básico que deben tener los niños. Hemos visto mejoría en una porción de 35 a 40 por ciento de ellos”, relata el activista.

SE REQUIEREN SUMINISTROS

PanaderiaQue hace la fundaciónEn sus inicios, Badeso comenzó a atender a un universo de 500 beneficiarios, aunque la recomendación boca a boca entre los pobladores de la colonia popular San Cayetano, de Pachuca de Soto, donde está ubicado el banco de alimentos, ha hecho posible que la población cubierta sume actualmente 9 mil personas.

Según la ley, existe una cuota de recuperación por la venta de estos productos, que equivale a 10 por ciento de su valor, y que es lo que las familias pagan.

“Obramos de buena fe y no solicitamos ni registros ni credenciales de elector. Si la persona puede y quiere venir tres, cuatro o cinco días a la semana, con gusto la atendemos”, menciona Jesús González, presidente de la organización civil.

El directivo reconoce el apoyo de la Fundación Walmart pues señala que, desafortunadamente, la pobreza en el país está muy extendida. “La Fundación ha sido muy benévola con nosotros y en el banco de alimentos dependemos mucho de lo que nos suministran”, refiere González.

CRECE 50% LA DEMANDA

Diariamente, por las mañanas, una flota de cuatro unidades se dirige a 12 tiendas que la cadena de supermercados tiene asentadas en Hidalgo. La flota regresa al expendio y el personal o voluntarios seleccionan los víveres que se encuentren en buenas condiciones, para luego venderlos.

El expendio, que abarca 350 metros cuadrados, abastece de verduras —zanahoria y papa—, o bien frutas —plátano y naranja—, además de legumbres y cereales, sin olvidar productos básicos como el pan dulce o el blanco.

“Estoy aquí de lunes a sábado, de las ocho de la mañana a las cuatro de la tarde y el domingo de las ocho a las tres”, dice José Hernández, originalmente beneficiario del expendio de comestibles y quien decidió apoyar en las labores del lugar sin cobrar por este servicio. “Me gusta estar como voluntario, porque hay mucha gente pobre que lo requiere”, añade.

Jesús González reconoce que las crisis económicas recientes y el repunte en los precios de algunos artículos de primera necesidad han provocado que más personas acudan al banco: “A lo mejor, en los últimos dos años, ha habido un aumento de 50 por ciento de la demanda”.

MÁS ALIADOS

La zona habitacional de San Cayetano se encuentra dentro de un polígono de pobreza que abarca las zonas más marginadas del municipio, donde se suman las colonias La Loma, Santa Julia, El Palmar y Ampliación Santa Julia, entre otras.

“Hablamos de una periferia de 40 ó 50 mil personas que tenemos que atender. Nuestra labor diaria es la de conseguir el mejor alimento para las familias y necesitamos más víveres”, resume Briseño Pérez.

En México la comida está mal distribuida y a diario se arrojan a la basura aproximadamente 17 mil toneladas de comestibles, algunas veces en buen estado.

Estafeta recibe galardón En breveCon la intención de poner un grano de arena en la solución de este problema, al menos en las orillas de la capital hidalguense, Raúl Briseño menciona que Badeso —integrado por una docena de colaboradores— se ha puesto la meta de cerrar el año con un total de 12 mil personas beneficiadas.

Para lograrlo, se ha invitado a más empresas a participar en este esfuerzo y a convocar a otras organizaciones de la sociedad civil para unirse a la causa. Por lo pronto, ya se han sumado compañías locales como Inmobiliaria Pachuca, Grupo Industrial Empack, Alliance Technologies and Resources, Operadora Turística y Agrogali.

INVERNADERO HIDROPÓNICO

Después de la buena experiencia que han tenido con el banco de alimentos, la Fundación Walmart determinó apoyar con más de 1 millón de pesos (mdp) a Badeso para construir un invernadero hidropónico.

Gisela Noble, directora de la Fundación, explica que este tipo de obras obedecen a los conceptos de productividad y sustentabilidad, que se alinean más con los principios de responsabilidad social de la empresa. “Queremos enseñar a la gente a pescar”, resume la ejecutiva.

Instalado en un área de 1,492 metros cuadrados, el invernadero hidropónico de Badeso está totalmente tecnificado y tiene la capacidad de producir hasta 1,500 lechugas diarias, en cuatro diferentes variedades —francesa, sangría, italiana y Bahamas—. Por sus características, es único en el estado de Hidalgo.

Los entrevistados informan que la lechuga se comercializa en el banco de alimentos a un precio de 10 pesos por pieza, cuando en el mercado llega a costar hasta 40 pesos. “Le traemos a la población una lechuga de muy bajo costo, y de muy alta calidad, que tiene todo los complementos para una mejor nutrición. Esto ha provocado que hasta 70 por ciento de la población que hoy atendemos cambie paulatinamente hacia hábitos más sanos”, afirma Raúl Briseño.

SE COMPARTIRÁ LA EXPERIENCIA

Jesús GonzálezEntre los planes inmediatos se prevé llevar invernaderos tecnificados a otras regiones del estado, como El Valle del Mezquital. Si bien esta zona carece de suficientes recursos hídricos, la ventaja es que la técnica de la hidroponía recicla hasta 89 por ciento del agua.

Otro plan consiste en ampliar el invernadero para producir fresas y distintas variedades de moras, además de acelgas y espinacas. El objetivo es que las personas en condiciones de pobreza alimentaria tengan mayores posibilidades de adquirir comestibles de mejor valor nutricional.

Amador Fragoso, encargado del invernadero hidropónico, recuerda que él había sido beneficiario del banco de alimentos, por lo que al ser invitado para hacerse cargo de este proyecto, no lo dudó y puso manos a la obra. “Tomé una capacitación en hidroponía mexicana y de ahí hemos seguido. Es muy bonito, porque sirves a quienes más lo requieren”, comenta el trabajador.

María Luisa Aguilar G

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