Becas para hijos de migrantes

por | Sep 1, 2010 | Responsabilidad Social, Septiembre Octubre 2010 | 0 Comentarios

José Félix Gustavo Lara

Selene Sánchez tiene 14 años y obtuvo una calificación de excelencia (9.6 puntos), que le dio el pase al tercer año de secundaria y a una beca de mil pesos mensuales. Ahora sabe el valor del compromiso con su educación y también que en este trayecto no está sola, pese a que sus padres migraron a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, y que hoy vive con sus abuelos y un hermano en un municipio del Estado de México.

Para estar acompañadosLos casos de éxodo de miles de mexicanos hacia el vecino país del norte forman parte ya de la cultura de estados como Michoacán, Zacatecas y Guanajuato, aunque hoy, prácticamente ninguna entidad federativa del país queda exenta del fenómeno. Lo anterior ha provocado, al mismo tiempo, un rompimiento del tejido social en comunidades enteras, o la desintegración familiar.

Si bien el problema es complejo, la Fundación BBVA-Bancomer se planteó algunos escenarios para lograr un impacto social en poblaciones con un alto índice de migración, a través de dos grandes ejes: la infraestructura con la que cuenta el banco, la más grande de su tipo en el país, y la vocación natural de la Fundación por los temas de educación.

La relación de la institución con los migrantes no es nueva: comenzó por medio de una filial hace 20 años, cuando las remesas no eran un tema importante para la economía nacional. Gustavo Lara, director de Fundación BBVA-Bancomer, rememora las largas jornadas de trabajo de todas las áreas de negocio del banco para encontrar soluciones en materia de educación, especialmente en aquellas localidades con un fuerte desplazamiento de su población. Se pensó inicialmente en formar círculos de lectura o arreglar escuelas y aulas, ideas que se desecharon al resultar insuficientes.

Luego de varios meses de trabajo en comunidades de Michoacán, Zacatecas y Guanajuato, y de un contacto permanente con las familias de los migrantes, profesores de escuelas de educación básica, empresarios de la región, administraciones municipales y directivos locales de las sucursales, se obtuvieron conclusiones más claras. La dispersión de recursos de Bancomer permitió ver el gran potencial que representa su recurso humano, los empleados que forman parte de la vida de estos poblados, y ver de qué manera un compromiso corporativo podría traducirse en un esquema de trabajo social capaz de estimular a los chicos a obtener buenos promedios.

Así, en 2006 nació el programa piloto de becas de integración Por los que se Quedan, que involucró un trabajo en varios frentes. Surgieron así las figuras de “padrino” o “madrina” con los propios empleados de las sucursales, y además se contrataron promotores comunitarios por parte de la Fundación. Este fue el primer gran paso.

ATENCIÓN A LA COMUNIDAD

Jóvenes

 

Los padrinos o madrinas buscan ser el elemento diferenciador de las becas otorgadas por la Fundación BBVA-Bancomer. Ésta involucra al empleado del banco —ya sea el director de la sucursal, apoderado o ejecutivo— que se encarga de acompañar a los becarios en su trayecto. Además del acompañamiento económico, cada uno de los chicos cuenta con el seguimiento y la orientación de los padrinos o madrinas durante el tiempo que dura la beca.

Desde un inicio la casa matriz del banco trazó el objetivo de que la figura no fuera impuesta y que el propio director de sucursal aspirara a tener ese estatus. Si bien es difícil sustituir el rol de los padres en materia de educación escolar en estas comunidades, el empleado bancario tiene sensibilidad en el tema, pues en muchos casos un primo, un hermano, o hasta ellos mismos han tenido experiencias propias con la migración. Otro personaje clave del programa es el promotor, que es la persona que da seguimiento puntual al desempeño escolar de los jóvenes.

El proyecto Por los que se Quedan arrancó en seis municipios de tres estados: Nueva Italia y Pátzcuaro (Michoacán); Jerez y Río Grande (Zacatecas) y Cortázar y Moroleón, (Guanajuato). Comprendió una matrícula de 600 estudiantes y 41 padrinos o madrinas. “Lo más importante es que una institución financiera tiene el compromiso de acompañar a los becarios durante todo su proceso de educación secundaria”, menciona Lara.

Hasta 2009, el Programa tuvo una cobertura de 143 municipios en 18 estados en total. Contó con el apoyo de 700 padrinos y madrinas de 164 sucursales, y permitió que el número de niños beneficiados llegara a 15 mil 600. El directivo agrega que para el ciclo escolar 2010-2013, la fundación estima mantener la cobertura en igual número de municipios y estados, pero que el grupo de jóvenes favorecidos llegue a 20 mil 600. Si bien cada ciclo escolar reporta niveles de deserción, éstos no rebasan 30 por ciento.

SOPORTE FAMILIAR

Impulso al aprendizaje En breveEl año pasado se graduó la primera generación de becarios (2006-2009), lo que trajo consigo hallazgos. Los 600 chicos de este grupo recibieron así mil pesos mensuales, excluyendo un periodo de dos meses de vacaciones por año, recurso que se les depositó en una cuenta bancaria y que iban retirando conforme a sus necesidades. Esto significó un complemento al ingreso familiar, el cual ronda entre los 2,700 y los 4 mil pesos mensuales. Pero no sólo eso, propició además el “empoderamiento” de los jóvenes en hogares temporalmente abandonados.

De acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) y estadísticas del INEGI, los niños de educación básica que gozan de una beca en México (sectores socioeconómicos “C” y “D”) destinan 40 por ciento de este recurso a la economía familiar, mientras el 60 por ciento restante lo emplea en su educación: para la compra de útiles escolares, uniformes, transporte, etcétera. “Calculamos que aproximadamente 400 pesos ingresan a la economía familiar, lo que permite que el hermanito se alimente mejor, que haya dinero para las medicinas, o inclusive para el ahorro; entonces el chico se empodera dentro de la familia”, confirma Gustavo Lara.

Asimismo, la Fundación BBVA-Bancomer ha detectado que los jóvenes que se ganan la beca, y a los que se “acompaña” desde el inicio hasta la conclusión de sus tres años de secundaria, quieren estudiar una carrera profesional y aún más. La institución también asumió otro reto y escogió, dentro de la primera generación, a los becarios que terminaron con una calificación de un mínimo de nueve puntos —35 por ciento de los 600 graduados— para apoyarlos en su paso por la preparatoria o por una carrera técnica. “Creo que a la gente cada vez le queda más claro que lo único que va a sacar adelante a este país es la educación”, asegura convencido el director de la Fundación.

ÉXODO DESDE EL CENTRO

Tejupilco es un municipio ubicado al suroeste del Estado de México, cuenta con 125 mil habitantes y es considerado el que reporta el mayor éxodo en la entidad; superando en términos absolutos, incluso, a municipios de grandes dimensiones, como Nezahualcóyotl.

Crecer para mejorarAntes de que el fenómeno de la migración se convirtiera en una constante, su principal actividad era agrícola y pecuaria, pero los habitantes fueron abandonando paulatinamente ranchos y granjas, y hoy los oficios más comunes se relacionan con el comercio y, por supuesto, con las remesas. “Creo que entre 35 y 40 por ciento de la población del municipio radica hoy en Estados Unidos, y muchos son jóvenes; a diario familias completas abandonan sus comunidades”, reafirma el alcalde Isael Villa, quien reconoce las virtudes del programa de becas de BBVA-Bancomer.

“Con este apoyo los jóvenes saben que pueden continuar con sus estudios y que el día de mañana serán hombres y mujeres de bien, exitosos profesionalmente”, indica el mandatario, abanderado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo periodo comprende de 2009 a 2012.

José Félix, director de la sucursal de Bancomer en el municipio, relata que cada dos meses atiende un promedio de 18 niños por semana, lo que implica la cobertura de cuatro estudiantes por día para examinar el estatus de sus becas. Por su parte, Denisse Flores Herrera, promotora comunitaria, asegura que en Tejupilco cada vez más familiares de migrantes van y preguntan cómo funciona el programa. La labor es motivarlos, que mantengan el interés por su educación, añade.

ENTRE COMERCIO Y REMESAS

El alcalde asegura que el alto índice de educación básica y normal ha transformado el nivel de vida de la sociedad, y que a su gobierno le toca dar impulso al desarrollo de manera eficiente y armónica. Sin embargo, reconoce que la distancia que separa a Tejupilco de la capital del estado, con un trayecto de 100 kilómetros desde Toluca, y el difícil acceso al municipio, motiva la inseguridad en sus alrededores. Pero su administración ha abatido en 70 por ciento la delincuencia.

La actividad comercial de Tejupilco incluye a grandes marcas, como las firmas automotrices Nissan y Ford, la cervecería Modelo, la cadena de línea blanca Coppel y espera próximamente el ingreso de Super Ché, de la cadena comercial Chedraui.

Isael Villa considera que un aspecto por explorar en Tejupilco es el del turismo debido a los ecosistemas que existen, y añade que continuará con el desarrollo de los proyectos de obra pública. “Lo que buscamos es arraigar a nuestra gente, que sepan que aquí hay oportunidades de empleo para que se queden”, finaliza Villa.

María Luisa Aguilar G

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