Enroque Político

“Algún día llegarán al poder hombres de honor, de moralidad y de conciencia; algún día serán cumplidas las promesas y respetados los juramentos; algún día las ideas serán hechos y la Constitución una verdad”, es el sueño incumplido de Ponciano Arriaga.

En México, así como en el mundo, debido al aumento del desprestigio del servidor público, lo justo es la dignificación del servicio. Y para hacerlo, deben ser los mejores y los más preparados quienes lo desempeñen.

La profesionalización de los servidores públicos es una tarea esencial para el buen quehacer administrativo. Los gobiernos tienen a su cargo cuidar las exigencias del servicio público, y para ello, es necesario robustecer las aptitudes de quienes forman parte del organigrama de la administración.

Algunos gobiernos municipales y estatales han emprendido medidas para garantizar la capacitación constante de los funcionarios públicos. Estas acciones deben seguir impulsándose sin titubeos ni simulaciones. En el Estado de México, por ejemplo, hace más de 10 años se creó el Instituto de Profesionalización de los Servidores Públicos, cuya finalidad es disponer de servidores públicos que sepan, quieran, puedan y, por ende, cumplan con lo que dispone la Constitución, y sean honorables y patriotas.

Muchas veces, los funcionarios que llegan a la cúspide lo hacen sin los méritos necesarios, sin conocer el servicio público desde cada uno de sus niveles.

La profesionalización de los servidores públicos debe ser concebida de manera diferente a la de un empleado del sector privado; debe estar orientada a alcanzar buenos resultados y a valorar al ciudadano como un mandante y no como un cliente.

El señalamiento de requerimientos mínimos para desempeñar un cargo público es cada día más urgente. Los servidores públicos deben ser competentes, patriotas y valientes, con voluntad de actuar. Dejar atrás a quienes no son servidores de carrera y a quienes, de manera improvisada, ejercen temerosos sus funciones para evitar asumir responsabilidades.

Un sueño que se añora desde el siglo XIX es disponer de servidores públicos competentes y capacitados profesionalmente, que sean parte de la solución de los problemas y no uno más como hasta hoy.

La profesionalización de los servidores públicos es quizá la solución de soluciones a las problemáticas y el mal desempeño que aqueja a las administraciones de los tres niveles de gobierno. La Carta Magna lo ha establecido para los órdenes federal, de las entidades federativas y municipales. También incluye disposiciones para su ingreso, derechos, obligaciones, responsabilidades y un Sistema Nacional Anticorrupción.

* Este artículo fue elaborado en colaboración con Ángela Aidé Colmenares Pacheco, Abogada Junior en Martínez Ocampo & Chávez Vaca, SC. 
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*Abogado postulante en derecho penal acusatorio. Cuenta con especialidad en concursos mercantiles, delitos fiscales y derecho penal por la Escuela Libre de Derecho. Contacto: 55-7155-2011 / [email protected] / @AbogadoOcampo