Expediente Abierto

Igualdad de género

La paridad pendiente en la Cámara de Diputados

 

En la integración de la Junta de Coordinación Política, así como en la presidencia de comisiones legislativas de la Cámara Baja, lo que implica un desafío, en términos del marco normativo, hacia el interior del Congreso

 

►Por Lucero Almanza Escalante
FOTO: DREAMSTIME

“El tema de la igualdad de género en política ha sido un esfuerzo colectivo de mucho tiempo, de muy largo alcance, que se reconozca nuestro derecho a estar en el espacio público”, afirma en entrevista Amalia García Medina, diputada por el partido Movimiento Ciudadano.

Advierte que, históricamente, ha existido una visión patriarcal que establece una separación del espacio privado y el público, donde los hombres son quienes se ubican en los lugares en que se toman las decisiones en el ámbito público. “La batalla de las mujeres para romper con esta concepción, que separa a hombres y mujeres entre espacio público y espacio privado, ha sido una constante a lo largo de los años en nuestro país, incluso en los momentos de transformación política. Ha sido una batalla de muchos años, y pongo énfasis en esto porque no ha sido algo reciente”.

Luego de varias reformas legales y regulatorias, en 2018, se alcanzó la cuota más alta de participación femenina en la Cámara de Diputados, con 241 mujeres que integraron la LXIV Legislatura. Y finalmente, en la actual Legislatura se obtuvo la paridad numérica perfecta. Pero en el caso de la Junta de Coordinación Política, que es el máximo órgano de la Cámara de Diputados, la participación de la mujer ha sido en menor proporción, toda vez que, en este caso, son los partidos políticos, a través de sus grupos parlamentarios, los que deciden quiénes participan en ésta.

“La Junta de Coordinación Política tiene atribuciones y facultades decisorias muy fuertes; y donde encontramos un elemento que tendría que cambiar es en las direcciones de los partidos políticos, ya que ellos eligen a sus coordinadores, eso es de ellos, y los partidos políticos han elegido coordinadores hombres”, expone García Medina.

A diferencia de la Junta de Coordinación, la Mesa Directiva de la Cámara Baja sí ha logrado la integración y participación femenina de una manera mucho más activa. En este caso, el órgano que está constituido por hombres y mujeres tiene la función de recibir las determinaciones políticas que se toman en la Junta de Coordinación Política para ponerlas en práctica.

No obstante, aclara la legisladora, no se le da en los hechos, en la realidad, la capacidad de decisión que debería de tener a la Mesa Directiva de la Cámara, donde sí hay una presencia incluyente de mujeres y hombres.

POR LA PARIDAD DE GÉNERO

Por su parte, Dulce María Sauri Riancho, exdiputada federal y exsenadora, destaca los avances que se han logrado en términos de acceso a la igualdad de género en los tres órdenes de gobierno, aunque es necesario considerar la diferencia entre los logros que hay en términos de acceso, ejercicio y permanencia de las mujeres a los cargos de elección popular y en el Congreso de la Unión, y los pendientes que todavía tienen que atenderse.

En términos de acceso, afirma, se ha registrado un avance importante a partir de las políticas públicas que se instrumentaron con acciones afirmativas desde inicios del siglo XXI. Las llamadas cuotas de género en las candidaturas, de 60–40, que con diversos obstáculos se establecieron luego de la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en 2012.

“Este grupo importante de mujeres (menos de 40 por ciento, pero el más representativo que había tenido el Poder Legislativo) fue el que impulsó y logró que quedara en la Constitución el principio de la paridad en las candidaturas”, menciona.

“No necesariamente significa mitad y mitad de legisladores y legisladoras, porque hay algunos distritos donde hay mayoría de hombres. Sin embargo, en 2018, se alcanzó la cuota más alta de participación femenina en la Cámara de Diputados, con 241 mujeres que integramos la LXIV Legislatura, faltaron nueve para alcanzar la paridad numérica perfecta, pero esto se logró en la LXV Legislatura”, expone.

En el tema del ejercicio, Sauri Riancho coincide en el caso del Legislativo, donde ha habido avances en la igualdad de género en la participación en el Pleno, en la proporción de los 500 legisladores que forman parte de la Cámara de Diputados, así como en la conformación de la Mesa Directiva.

En el caso de las comisiones legislativas, donde se procesan las iniciativas de ley, las reformas y la conformación del presupuesto, tampoco está garantizada esa paridad de 50 por ciento, advierte Amalia García.

Esto debido a que, alrededor de 60 por ciento de las presidencias en las comisiones lo tienen los diputados, y las mujeres tienen una presencia de alrededor de 40 por ciento, incluyendo las comisiones de reciente creación.

No hay una constante en términos de igualdad de género, indica a su vez Dulce María Sauri. “En las presidencias de las comisiones tenemos una presidencia de las comisiones ‘duras’, como la de Puntos Constitucionales, la de Gobernación, de Hacienda, de Salud y de Seguridad Social, entre otras, que antes estaban pensadas para los hombres, y han sido encabezadas por mujeres; sin embargo, en la actual Legislatura no hay mujeres en la Comisión de Puntos Constitucionales, ni en la de Gobernación y tampoco en la de Hacienda, por ejemplo”.

A cambio, en esta LXV Legislatura, la Comisión para la Reforma Electoral la preside una mujer. “Esto es parte de los vaivenes, en esto los avances no son lineales, siempre tienen sus altibajos”, agrega la también exgobernadora de Yucatán.

NECESIDADES Y PROPUESTAS

Las entrevistadas resaltan la necesidad de modificar la legislación al interior de la Cámara de Diputados para que haya una paridad de género en la Junta de Coordinación Política y una mayor continuidad en las comisiones, además de establecer cambios en las disposiciones por parte de los partidos políticos, como participantes en el proceso de integración de la Junta, por medio de los grupos parlamentarios.

Lo que se tendría que hacer, dice la diputada por Movimiento Ciudadano, es dar la batalla internamente en los partidos, a partir de cambios en sus estatutos. “Tomando en cuenta que los partidos políticos son entes de interés público, tanto la batalla interna que se dé como externa podría influir en que los grupos parlamentarios y los partidos deban ir postulando necesariamente, rotativamente, a hombres y mujeres”.

“Si se estableciera tanto en el reglamento de la Cámara la obligación de que la mitad de quienes integran la Junta de Coordinación Política sean mujeres, eso sería en el ámbito externo a los partidos políticos”, refiere.

Y simultáneamente, es preciso que desde los partidos políticos se garantice que quienes encabecen los grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión sean hombres y mujeres por igual, menciona.

Puntualiza así que la igualdad de género en la clase política no está relacionada con la falta de conocimiento o experiencia por parte de las mujeres, sino es un asunto de romper las reglas de exclusión que todavía existen. “Es un asunto de resistencia a reconocer la pluralidad, a la diversidad humana de que hay hombres y mujeres; y así como hemos ido avanzando en la Constitución, tendríamos que dar la batalla para que los propios partidos establezcan reglas que obliguen a que se postulen mujeres”, asegura.

“Menos poder a la Junta de Coordinación Política y más a la Mesa Directiva y que los grupos parlamentarios estén obligados a que en ese espacio, en la Junta, la mitad sean mujeres.”

En la LXIV Legislatura, Dulce María Sauri propuso un cambio a la Ley Orgánica del Congreso para generar condiciones de mayor igualdad de género.

Es la integración de la Junta de Coordinación Política por coordinaciones, donde cada una de éstas estaría conformada por un hombre y una mujer, con los mismos derechos, las mismas obligaciones y las mismas responsabilidades.

“Espero que esta Legislatura que está iniciando avance y logre la reforma a nuestra Ley Orgánica, que permita garantizar la paridad en la Junta de Coordinación Política, porque la Mesa Directiva la tenemos”, considera Sauri Riancho.

LA SIGUIENTE BATALLA

Leticia Bonifaz Alfonzo, especialista e integrante del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, menciona que hay avances en el tema de la igualdad de género en los Poderes de la Unión, si bien se han registrado algunos momentos en los que los números se han detenido, a lo que se le llama el “techo de cristal”.

“Se tuvieron que hacer muchas reformas legislativas para cubrir las cuotas de género en las elecciones, para llegar a la paridad en la Cámara de Diputados, refiere.

Considera que la mayor igualdad de género en el Congreso significa que una mayoría de mujeres atienda una serie de temas que han sido relegados por lo que se denomina el pacto patriarcal; por ejemplo, un tema es la violencia política contra las mujeres que se aprobó recientemente y que fue impulsado por feministas.

“El efecto de la reforma de 2019 es que hay temas que estaban relegados y que las mujeres ponen sobre la mesa de discusión; lo grave es, justamente, que en la Junta de Coordinación Política se volvió a presentar el llamado ‘pacto patriarcal’, y no se deja que las mujeres estén en los espacios de decisión, esa es la siguiente batalla”, afirma la experta.

Para finalizar, Leticia Bonifaz reflexiona que la cuestión cultural es determinante, debido a que se han tenido que enfrentar muchos años en los que se relegó a las mujeres como una situación normal, sin embargo, se ha trabajado para ganar espacios de decisión y acción.

“Es necesario hacer reales los cambios legislativos que se han dado, y luego cuidar necesariamente la forma de pensar y de ver, que la presencia de mujeres no sea excepcional, sino lo cotidiano”, concluye.

 

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Amalia García Medina. FOTO: ARCHIVO ALCALDES DE MÉXICO

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Dulce María Sauri Riancho. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOSCURO