Desde la Urna

En medio de múltiples debates, “mañaneras” y conflictos en los tribunales, el ambiente electoral entra a una nueva etapa, no menos compleja que las anteriores. Durante abril, el debate electoral se intensificará a partir de lo que ocurra con el proceso de la Revocación de Mandato y por el inicio de las campañas para gobernador en seis entidades de la República.

Lo menos que se puede decir de la Revocación de Mandato es que se trató de un proceso muy atropellado, desde cómo se aprobó la ley, en septiembre pasado, hasta la falta de recursos para el Instituto Nacional Electoral (INE) y todos los procedimientos jurídicos que permitieron a la autoridad electoral instalar solamente 57 mil casillas, en lugar de las 161 mil que establece la ley. El tiempo llegó y el análisis tendrá que valorar los resultados para aprender lecciones.

Más allá de la moción ganadora, para unos y para otros la participación es determinante. Para que el Presidente lograra su objetivo de refrendar el apoyo popular a su mandato sería necesaria una participación superior a 40 por ciento del listado nominal y un triunfo arrollador de más de 75 por ciento de opiniones favorables. Con todo, no llegar a esos números sería explicable por el tipo de ejercicio de que se trata, por el número de casillas instaladas y por el hecho de que nunca existió una verdadera movilización ciudadana que buscara revocar al Presidente. Durante marzo, cuando estamos escribiendo estas líneas, el debate se ubica en términos de si vale o no la pena participar y si el INE debe y puede evitar que se viole la veda electoral por parte de los allegados a Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y al Presidente.

Para otros, mientras más baja sea la participación, menos se legitimará el proceso y se tratará de un triunfo pírrico, que no traerá mayores consecuencias. El Presidente seguirá gobernando como está previsto hasta 2024 y habrá pasado este evento sin más ni más. Seguramente, se incrementarán las críticas al INE por no haber promovido adecuadamente la participación y seguirá el debate sobre las características que deberá tener la reforma electoral que propone el Presidente López Obrador.

Por lo demás, las campañas para gobernador empezarán junto con el mes, el domingo 3 de abril.

Se trata de seis elecciones relevantes por el impacto que podrían tener en la composición del mapa político del país. Es pronto para imaginar resultados, pero están en disputa tres entidades que actualmente gobierna Acción Nacional (PAN), Aguascalientes, Durango y Tamaulipas; Quintana Roo, gobernado por la coalición del Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática (PRI-PRD); y Oaxaca e Hidalgo, gobernados por el PRI. En los resultados influirá el crecimiento electoral de Morena en todo el país, la selección de los candidatos, el desempeño de los partidos que actualmente gobiernan y las mismas campañas electorales. En cuestión de encuestas, pareciera que la más precisa es la más cercana a la elección, por lo que es muy pronto para apostar por los resultados. Lo cierto es que Morena ha hecho su trabajo y la oposición, a nivel local, tiene sus oportunidades y mucho trabajo por realizar.

Mientras tanto, el resto del país observará el fin del periodo ordinario de sesiones del Congreso y continuarán los debates sobre la reforma eléctrica. La agenda electoral habrá pasado un proceso más y solo quedarán las seis elecciones locales, el 5 de junio. A partir de entonces, habrán pasado tres años y medio de la actual administración. Cada vez más, las miradas estarán en 2024 y en la reforma electoral para definir las reglas. El tema será el futuro de nuestra democracia.

Profesor Investigador de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Twitter: @ArturoSanchezG Facebook: Arturo Sánchez Gutiérrez (figura pública)