Expediente Abierto

►A Propósito

No a deuda de corto plazo en estados

 

La emergencia sanitaria ha creado incertidumbre en el panorama económico nacional; en este escenario, es poco probable que las transferencias federales aumenten, por lo que los gobiernos estatales deben evitar créditos de corto plazo

 

►Por Luis Alberto Hernández
FOTO: DREAMSTIME

Durante los últimos años, la realidad de las entidades del país ha estado marcada por procesos electorales, crisis económicas y, por si fuera poco, en marzo llegó a territorio mexicano el Covid-19, una nueva enfermedad que se ha combatido con el resguardo en casa y distanciamiento social y que, si bien estas acciones han permitido contener el virus y disminuir los contagios, ha traído consigo daños colaterales,como el cierre de negocios, la cancelación de eventos masivos y la disminución de movilidad en el espacio público, lo que impactó de manera negativa las finanzas de las economías locales y se reflejó en su calidad crediticia.

Daniela Brandazza, Directora Senior y Líder Internacional de Finanzas Públicas en S&P Global Ratings, comenta que, previo al Covid-19, estructuralmente, la calidad crediticia estaba restringida, principalmente, por un marco institucional. “La situación entre ingresos y gastos, y el nivel de transparencia eran ya desafíos para los gobiernos estatales”.

Además, añade, los ingresos propios y las transferencias federales también eran agravantes previas a la llegada de la pandemia al país, donde hay entidades cuyas economías son vulnerables ante los ciclos políticos.

La especialista explica que, pese a estos fenómenos, había cierta estabilidad. Si bien las entidades federativas no gozaban de mucho margen para adquirir deuda y contaban con presupuestos limitados, se mantenían con finanzas relativamente aceptables, pero no con la suficiente capacidad de mantenerse solventes durante una suspensión tajante de diversas actividades económicas. “Hoy tenemos un grupo de entidades en situación desfavorable. Aproximadamente entre 20 y 30 por ciento de las que calificamos tienen perspectiva negativa”, subraya.

En ese sentido, puntualiza, lo primero que deben entender los gobernadores es que estamos en tiempos de incertidumbre, que es muy poco probable que las transferencias federales aumenten y evitar adquirir deudas de corto plazo.

Al respecto, Ricardo Gallegos Miranda, Director Ejecutivo Senior de Finanzas Públicas y Deuda Soberana en HR Ratings, explica que los gobiernos subnacionales requieren más disposiciones de corto plazo, lo cual es entendible porque la naturaleza de esta emergencia no está relacionada con obras de inversión pública productiva, sino con compras de salud y seguridad pública, principalmente. “Esto puede afectar en las calificaciones de los estados”.

Por otro lado, afirma que hay que estar atentos a las acciones en el largo plazo. “Si bien no se han dado financiamientos importantes durante 2020, la expectativa era que sí los habría. Yucatán, Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco y Guanajuato, por ejemplo, anunciaron planes de disposición para dedicarlos a inversión pública, mediante los cuales se buscaría reactivar la economía local, pero no se han dado, por lo tanto, sus evaluaciones anuales en materia de calidad crediticia pueden modificarse.

“Aun en tiempos de incertidumbre, sería oportuno un debate sobre la capacidad real que tienen los estados para recaudar y evaluar la calidad de su gasto público. También creemos que este podría ser un buen momento para ello porque surgen nuevas necesidades, por ejemplo, en materia de salud”, dice Daniela Brandazza.

SECTORES CLAVE
Para Ricardo Gallegos, la pandemia del Covid-19 afectó las finanzas y calidad crediticia por regiones. Por ejemplo la calificación crediticia de Quintana Roo y Yucatán, en el sureste, bajó durante la pandemia. Mismo caso con Baja California y Baja California Sur, todas con vocación de turismo, uno de los sectores más afectados por la pandemia.

Asimismo, añade el analista, algunos estados del Bajío con vocación en industrias automotriz y aeronáutica se vieron afectados en su calificación crediticia debido a la pandemia del Covid-19.

Comenta que una medida efectiva que han implementado algunos estados para mitigar los efectos negativos de la pandemia es la reorientación presupuestal. “Es la primera medida de contención ante un fenómeno con las características de la emergencia sanitaria por el coronavirus. Si como entidad estás recibiendo menos ingresos federales y ejerces mayor gasto, usualmente de tipo corriente, lo que se debe hacer es reubicar esos gastos en los sectores de mayor importancia. Básicamente todos los gobiernos estatales están reorientando su presupuesto hacia el área de salud y de transferencias, puesto que están haciendo compras, tanto de medicinas como de equipamiento hospitalario, que en el mejor de los casos no impacta el balance, pero sí va a elevar o convertirse en ciertos gastos que hoy en día tienen mayor importancia”.

 

 

 

 

Daniela Brandazza.

FOTO: ROSALÍA MORALES

 

Ambos especialistas coinciden en que la pandemia potenció la crisis, sobre todo, en entidades con poca capacidad de endeudamiento, por lo que vislumbran un panorama económico complicado y reducción en varias calificaciones crediticias.