Soluciones para llevar agua a más localidades

►Por Luis Alberto Hernández
FOTO: CORTESÍA DE SOFTYS

La escasez de agua ha sido uno de los mayores desafíos que atañen a los gobiernos de todos los niveles. Desde construir infraestructura, pasando por potabilización del líquido, hasta campañas de concientización de su uso y el pago de la factura del servicio son algunas de las acciones que se requieren para que el agua no falte en las comunidades.

De acuerdo con un reporte publicado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el agua disponible para el abasto público y las actividades productivas proviene, fundamentalmente, de la precipitación, aunque en algunos casos se suma la que proviene de los ríos que viajan por otros países y se internan en sus territorios.

A ese volumen deben restarse las “pérdidas” del líquido, a causa de lo que se evapora y transpira la vegetación, así como lo que sale por la vía fluvial. “Al final, el agua disponible es aquella que circula por ríos y puede depositarse en otros cuerpos de agua, presas y bordos, y la que finalmente se infiltra en los acuíferos o se vacía en las zonas marinas. Este recuento de las  entradas y salidas del sistema es lo que se conoce como balance hídrico”, versa el documento.

Según el cálculo más reciente del balance hídrico realizado por la misma dependencia, México recibe un volumen anual promedio de mil 449 kilómetros cúbicos (km3) de agua de precipitación, de los cuales, 70 por ciento regresa a la atmósfera por evapotranspiración.

Además del agua que proviene de la precipitación, el país recibe, aproximadamente, 48 km3 por importaciones de los ríos de las fronteras norte y sur; y exporta anualmente 0.43 km3 del río Bravo a Estados Unidos, de acuerdo con el Tratado sobre Distribución de Aguas Internacionales de 1944.

De tal modo que la disponibilidad natural media en México es de 451.6 km3 de agua en promedio al año. De ese volumen, de acuerdo con el último reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), publicado en 2017, alrededor de 80 por ciento corresponde al escurrimiento superficial nacional (equivalente a 359.04 km3); mientras el restante a 20 por ciento (92.5 km3), que contribuye a la recarga de los acuíferos.

Dichas cifras reflejan que el valor de la disponibilidad natural media nacional es bajo en comparación con Brasil (8,647 km3), Estados Unidos (3,069 km3) o Canadá (2,902 km3), según Aquastat-FAO 2018.

En ese sentido, la Semarnat apunta que la calidad del líquido, es decir, agua libre de contaminantes que pueda consumirse sin riesgos para la salud y ser útil para las actividades económicas, es un tema de gran relevancia.

La contaminación de los cuerpos de agua afecta a seres humanos y a organismos de muchas especies de microorganismos, así como a plantas y animales, ya que influye negativamente en su crecimiento, reproducción y supervivencia.

Además, la Secretaría advierte que las aguas superficiales no son las únicas afectadas por la contaminación de agua. Los acuíferos también se contaminan, a causa de las fugas de aguas residuales domésticas e industriales que existen en los sistemas de drenaje, sumado a las aguas contaminadas con fertilizantes y plaguicidas que se infiltran al subsuelo directamente desde los campos agrícolas.

“Las aguas residuales de origen municipal provienen de las viviendas, edificios públicos y de la escorrentía que se colecta en el drenaje. Sus principales contaminantes son el nitrógeno, fósforo, compuestos orgánicos, bacterias coliformes fecales y materia orgánica, entre otros”, reporta la dependencia federal.

En este escenario, de acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 25 por ciento de la población de Latinoamérica y el Caribe no cuenta con agua potable gestionada de manera segura, y solo 31 por ciento goza de saneamiento seguro.

MANCUERNA ENTRE SECTOR PÚBLICO Y PRIVADO

En colaboración con Softys y Techo, el gobierno de Nuevo León y del municipio de Victoria Guadalupe, perteneciente a dicha entidad, implementaron el proyecto de inversión social, Softys Contigo, con el fin de impulsar el cuidado e higiene para las comunidades mexicanas más vulnerables; con el acceso a agua limpia y que no escasee.

El programa Softys Contigo desarrolla siete jornadas en las que se construirían 75 soluciones sanitarias y de acceso a agua segura —hacia finales de este diciembre— con las que se espera beneficiar a los habitantes de Altamira, Querétaro, Toluca, Monterrey, Ciudad de México, Puebla y Guadalajara.

Las soluciones sanitarias contemplan la construcción de baños con lavamanos, inodoro y ducha, así como un sistema de tratamiento de residuos a través de biodigestores. Por su parte, las soluciones de acceso al agua corresponden a sistemas de captación, almacenaje y filtración de agua de lluvia, sistemas que permiten almacenar mil 100 litros de agua, con potencial de captación de 16 mil 800 litros anuales.