Expediente Abierto

►Gestión del Agua

Asociaciones Público Privadas, opción para el agua del futuro

 

La participación de la iniciativa privada en la gestión hídrica podría aportar a los gobiernos el conocimiento y los recursos necesarios para mejorar el suministro del líquido y garantizarlo para las generaciones futuras

 

►Por Norma Pérez Vences
FOTOS: CORTESÍA DE AQUALIA MÉXICO

El agua es un recurso natural y vital con el que más de 35 millones de mexicanos no cuenta de manera continua o suficiente, según datos de la Academia Mexicana de Ciencias. La problemática se visualiza al recordar que, en 1955, la disponibilidad natural media anual del agua por habitante era de 11 mil 500 metros cúbicos, mientras que, casi 60 años después, la disponibilidad ronda alrededor de los tres mil 500 metros cúbicos anuales por habitante.

A lo anterior se suma que la eficiencia media de las redes de distribución es de 50 por ciento o menor, estima Juan Miguel Martínez Martínez, Director para México de Aqualia, quien advierte que revertir la problemática requiere de voluntad política y recursos financieros, que muchas veces las administraciones públicas no alcanzan a cubrir.

“No basta solamente con disponer del recurso o de usarlo de manera eficiente, también estamos viendo que se afecta la eficiencia media de las redes de distribución porque son viejas y les ha faltado mantenimiento, por lo que, al menos la mitad del recurso invertido en tratar el agua se pierde en fugas o conexiones ilegales”, detalla el especialista.

Otro reto que señala el directivo de la empresa de origen español es la cobranza deficiente en torno al servicio del agua, que generalmente ocurre por falta de concientización entre los usuarios sobre el costo de llevar el recurso a sus hogares o porque consideran que el servicio que se les da es de baja calidad. Las dificultades en la cobranza repercuten en la falta de recursos para invertir en la mejora de la infraestructura hídrica.

“Es un pez que se muerde a sí mismo la cola porque, si hay buen servicio, la gente está dispuesta a pagar por éste, pero si es malo, cuesta más trabajo lograr que lo paguen y como no lo pagan, no puedes mejorarlo; es un círculo vicioso del cual es difícil salir”, considera el entrevistado.

CÓMO MEJORAR LA DISPONIBILIDAD DEL AGUA
Hay regiones del país donde la temporada de lluvias puede ser aprovechada para almacenar agua y que ésta pueda distribuirse en época de sequía, para ello se requiere encontrar el financiamiento necesario a fin de aumentar los puntos y capacidad de almacenamiento, señala Juan Miguel Martínez.

Otra estrategia que comenta el directivo de Aqualia es la desalinización, sobre todo en zonas costeras; si bien su costo energético es más elevado, la ventaja es que el agua marina puede considerarse inagotable, por lo que la inversión puede resultar sumamente necesaria para los municipios de la costa.

“Para que las desaladoras o embalses sean sostenibles, los gobiernos podrían considerar la posibilidad de incrementar las tarifas del agua; pero antes tendrían que concientizar a la población de que aumenta el precio, pero se mejora el servicio, porque van a tener agua de calidad 24/7 y eso tiene un costo”, sostiene. Al mismo tiempo, los usuarios deben tener la certeza de que lo recaudado se va a invertir en el mantenimiento de las redes de distribución, en su mejora y operación.

UNA INVERSIÓN NECESARIA
En Cabo San Lucas, Baja California Sur, mejorar la red de distribución hídrica y llevarla a una eficiencia de 75 por ciento, con dos kilos de presión constante y en calidad suficiente, requiere una inversión de, al menos, 550 millones de pesos (mdp), un estimado de 5 mil 500 pesos por habitante, explica el Director de Aqualia.

Es un proyecto que está en marcha y la ventaja es que esta renovación tendrá una vida útil de entre 30 y 40 años, detalla el experto, algo que podría aumentar si se hace el mantenimiento preventivo y correctivo necesario.

Aqualia se encuentra trabajando para mejorar el sistema de acueductos en Los Cabos, el cual operará y mantendrá durante siete años. Además, trabaja en el tratamiento de aguas residuales en Cuernavaca, Morelos; en el tratamiento y potabilización de aguas superficiales en los acueductos de Querétaro y San Luis Potosí, así como en la implementación de tecnología desalinizadora en Guaymas-Empalme, en Sonora.

COLABORACIÓN PRIVADA
Lo anterior ocurre gracias al perfil inversor de esta empresa privada, explica Juan Miguel Martínez, quien señala que, a pesar de ser concesionarios de servicios de agua, trabajan en un esquema de Asociación Público-Privada (APP). “Estamos dispuestos a invertir capital en infraestructura, financiarla y operarla durante los años que sean necesarios para recuperar la inversión y hacerla sostenible, eso permite a las administraciones públicas dotar de infraestructura a la que no tendrían acceso por falta de recursos”.

La colaboración entre la iniciativa privada y los gobiernos existe en México de forma frecuente como una solución para llevar servicios e infraestructura a la ciudadanía. “Lo que se debe hacer es encontrar el equilibrio entre el monto de la inversión, la duración de la concesión y el alcance de ésta, pero el gobierno municipal, además de recibir el suministro de agua sin hacerlo él mismo, al final del periodo de concesión puede disponer de la instalación operativa o ponerla nuevamente en concesión”, explica el especialista.

Todo lo que se requiere es voluntad política por parte de las administraciones públicas para ejecutar estos proyectos a largo plazo; una vez conseguido ese empuje, habrá empresas dispuestas a invertir, gracias a que en México se cuenta con la seguridad jurídica necesaria, considera el directivo de Aqualia.

“La colaboración público privada en este sector avanza, ya está implementada en México, pero falta desarrollarla más e insistir en que es necesario mejorar las redes de distribución de agua para que el líquido no se pierda ni se malgaste. En Aqualia podemos hacer la gestión hídrica de todo el ciclo, podemos aportar conocimiento y mejorar la experiencia del ciudadano”, finaliza.

   

Juan Miguel Martínez.