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Las ciudades son un imán para el talento y las inversiones, por lo que se han convertido en el principal motor de crecimiento del mundo

Por David Galicia y Luis Alberto Hernández

¿Es posible planificar las ciudades? Si se piensa en crear una nueva urbe, la respuesta es sí. Pero en el caso de las ciudades que ya existen, la respuesta no necesariamente es un no rotundo.

Desde sus primeras trazas, las ciudades se han expandido más allá de sus límites originales en el territorio, incluso crecen de manera vertical y en un proceso continuo, en algunos momentos más acelerado que en otros, pero sin detenerse.

Este crecimiento supone una gran cantidad de desafíos, pero uno de los que más ocupan la atención de diversos sectores, por sus implicaciones a corto, mediano y largo plazo es lograr que el crecimiento sea de manera sostenible.

De acuerdo con el Banco Mundial (BM), las ciudades son un imán para el talento y las inversiones, por lo que se han convertido en el principal motor de crecimiento del mundo, al generar más de 80 por ciento del producto interno bruto (PIB).

En México, de acuerdo con ONU-Hábitat, buena parte del crecimiento demográfico en la próxima década será urbano: el país pasará de contar con 384 ciudades a 961, en 2030, que concentrarán 83.2 por ciento de la población nacional.

Dolores Franco Delgado, Directora General de Desarrollo Urbano y Vivienda, en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), refiere que, hoy día, es posible apreciar en las ciudades el fenómeno de lo urbano dividido.

“Dos áreas de la ciudad, completamente fragmentadas, disociadas, donde en un lugar puedes disfrutar de todos los beneficios que te brinda la urbanización, con todas las ventajas: seguridad, amenidades, buenas condiciones medioambientales, y en la otra faceta, la ciudad evidencia sus carencias en el territorio: falta de infraestructura, de servicios básicos y conectividad, donde a las personas les toma tres horas trasladarse desde su casa al trabajo y donde, si ves a alguien en el espacio público, lo percibes como alguien que puede vulnerarte”, apunta.

La funcionaria asegura que, con la finalidad de orientar el crecimiento de las ciudades hacia esquemas más sostenibles, la planeación es clave, no solo cuando se piensa en ciudades pequeñas que disponen de territorio para expandirse, sino también para las grandes urbes.

“Este enfoque implica repensar la ciudad y pensar en cómo regeneramos o reciclamos los territorios, éstos pueden recalificarse con normas urbanas que, más que convertiste en un chaleco de fuerza, se conviertan en detonadores de desarrollo; recalifiquemos, regeneremos y reaprovechemos esos territorios”, sostiene.

PLANEACIÓN ADECUADA

Dolores Franco asegura que las ciudades ya no pueden expandirse de manera desordenada, porque eso no garantiza la sostenibilidad, es decir, no pueden asegurar la disponibilidad de recursos en el mediano y largo plazo ni evitar alteraciones al medioambiente que impacten de manera negativa en las personas y en el entorno.

También asegura que es posible lograr ese objetivo, pero es necesario que los gobiernos locales cuenten con los instrumentos de planeación adecuados.

En 2020, la Sedatu anunció que trabaja en la definición de criterios que permitan delimitar tres tipos de zonas: las prioritarias para ser urbanizadas, las que podrían urbanizarse y las que bajo ninguna circunstancia deben urbanizarse, buscando la armonización de dichos criterios con los diferentes instrumentos normativos vigentes y los principios de la Nueva Agenda Urbana, en coordinación con los organismos nacionales de vivienda.

Franco Delgado destaca que uno de los objetivos de esta dependencia es revertir la tendencia de falta de planeación, ya que esta herramienta, aun en tiempos de crisis, como ocurre hoy a causa de la pandemia de Covid-19, permite lograr mejores resultados.

Entre otros aspectos, afirma que es necesario considerar acciones y políticas que permitan que las ciudades se desarrollen sin comprometer los recursos, que exploren opciones para aprovechar las viviendas vacantes en territorios que experimentan la expulsión de la población, de la mano de la generación de normas más simples y usos de suelo más flexibles, con normas que se conviertan en plataformas de administración del territorio.

“Lo que hacemos es ir de la mano de los gobiernos locales, reconociéndolos como actores fundamentales de desarrollo, y vemos al territorio como una plataforma de oportunidades. Antes, la visión era categórica de inhibir el desarrollo, con miedo a hablar de densidad, de que las ciudades tienen que crecer, pero debemos reconocer que las ciudades crecen, lo que necesitamos es reorientar ese crecimiento y para eso es indispensable invertir en planeación, y eso es lo que hacemos desde Sedatu”, afirma.

En ese sentido, la funcionaria explica que, en los últimos años, la secretaría ha dedicado esfuerzos en crear un nuevo marco conceptual para la elaboración de instrumentos de planeación, y con base en ello, compartir con los gobiernos locales lineamientos simplificados para la elaboración de planes y programas de desarrollo urbano.

“Reformamos el marco conceptual y también destinamos presupuesto, a través del Programa de Mejoramiento Urbano (PMU), para que los gobiernos locales pudieran financiar, a fondo perdido, la elaboración de sus instrumentos de planeación. El siguiente paso es hacer realidad que los programas de planeación se formulen con esta nueva metodología, y para ello, es necesario garantizar que hay suficientes servidores públicos que pueden adoptar este nuevo marco de referencia conceptual, hacerlo suyo, y decir cómo tiene que aplicarse en cada municipio.”

Dolores Franco refiere que, en 2019, la Sedatu apoyó en la elaboración de 15 instrumentos de planeación con esta visión; en 2020 fueron 17. En cada uno, afirma, la dependencia ha llevado a cabo un acompañamiento estrecho de los gobiernos.

“Se trata de instrumentos de planeación municipales y estatales, también instrumentos de ordenamiento metropolitano y programas territoriales operativos. Estamos apostando por todas las escalas.”

TRES RETOS PUNTUALES
Para Dennis Quennet, Director de los Proyectos de Ciudades, Transporte e Industria Sustentable de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ, por sus siglas en alemán) en Mexico, existen tres desafíos que las ciudades enfrentan para alcanzar una integración urbana y social de manera sostenible: el ambiental, el económico y el social.

“En México tenemos situaciones diferenciadas, las ciudades medianas están creciendo más, entonces van a necesitar mucha más planeación. En cambio, la situación en las grandes urbes del país es diferente, pero también necesita atenderse con una buena planeación, sin embargo, ahí hablamos de cómo transformar la ciudad que ya encontramos, por ejemplo, en ciudades como México o Guadalajara, donde sí se puede planear un poco todavía, pero lo esencial es transformar para alcanzar la integración urbana y social de manera sostenible”, afirma.

En ese sentido, el directivo precisa que es necesario atender tres puntos de vista: qué necesita la población, qué necesita la naturaleza y cómo, al mismo tiempo, se atiende y mitiga el impacto al cambio climático.

Dennis Quennet destaca la necesidad de incluir en la planeación urbana criterios de medioambiente y cambio climático, crear modelos de infraestructura verde; disminuir las emisiones contaminantes del transporte público, creando más ciclovías y banquetas; así como la generación de residuos sólidos, aprovechando la actual tendencia global de la digitalización para lograr estas metas.

“Desde la GIZ, se busca acompañar a los gobiernos para alcanzar el desarrollo sostenible de las ciudades bajo estos tres ejes. Existen muchos retos de planeación y gestión técnica, pero también hay un reto de cooperación que debe atenderse buscar la integralidad y la cooperación entre los actores: gobierno, sector privado y sociedad porque, al final, todos tenemos algo que ver con la ciudad y es necesario trabajar de la mano.”

El directivo asegura que los espacios públicos juegan un papel importante en el desarrollo sostenible de las ciudades, lo cual ha sido más evidente en los últimos meses, ya que debido a la pandemia de Covid-19, desde el año pasado meses no fue posible disfrutar de ellos, y actualmente se pueden usar pero de manera limitada.

“Una ciudad se hace vivible y accesible a través de sus espacios públicos. En todo el mundo, este tema juega un rol cada vez más importante, por lo que es necesario revisar cómo se da la distribución de los espacios en las ciudades, ver si es equitativa y accesible. Por otro lado, los espacios públicos juegan papel crucial en la reactivación del comercio local.”

En ese sentido, la infraestructura verde es clave, e implica el diseño de políticas y la implementación de acciones que permitan, entre otros aspectos, contribuir a la disminución del colapso en los sistemas de drenaje y aparición de inundaciones, así como fomentar el tratamiento, captación y distribución del agua; promover la movilidad sustentable; reducir la inequidad en la accesibilidad y calidad de los espacios públicos, así como incluir especies vegetales y animales que contribuyan a la restauración de ecosistemas fragmentados por el paisaje urbano e influyan en la articulación de éste con la biodiversidad.

“Hay muchas cosas que observar acerca de cómo recuperamos estos espacios para crear una conexión entre lo urbano y lo ambiental. Muchas discusiones todavía se decantan en dos vertientes distintas, por un lado hay alguien quienes atienden el tema de la ciudad y por el otro, quienes atienden los temas verdes y climáticos, pero son temas que deben atenderse en conjunto porque muchas ciudades están creciendo a costa de sus alrededores, los cuales concentran una diversidad ecosistémica importante para la población urbana, pero también para las zonas rurales. Por lo tanto, si vamos a tener inversión en infraestructura urbana, hagámoslo también en infraestructura verde”, sostiene.

Dennis Quennet expone como ejemplo el caso de os huertos urbanos, los cuales generan cercanía entre los habitantes de las ciudades, los acerca al medioambiente e, incluso, a una alimentación distinta, de tal manera que los lazos sociales y la cultura ambiental se fortalecen.

 

INFRAESTRUCTURA VERDE

Ambientales

Sociales

Económicos

Cambio climático

Mejora la calidad del aire

Mejora la salud de los ecosistemas

Conectividad ecológica

Reducción de la contaminación por ruido

Reducción de la contaminación visual

Producción de servicios ecosistémicos y bienes ambientales

Recuperación de hábitats naturales

Biodiversidad y hábitat de especies

Humanización de las ciudades

Generación de bienestar físico y psicológico

Cohesión y organización social

Mejora la habitabilidad

Mejor la estética del paisaje

Esparcimiento (recreación y deporte)

Mejora la salud pública

Favorece la movilidad sustentable

Fortalece la educación ambiental

Confort térmico

Optimización de la inversión pública al atender distintos objetivos e incentivar la coordinación entre actores clave

Atracción para negocios, turismo y economía verde

Incremento de plusvalía de las zonas donde se implementa

Eficiencia energética

Ahorros a través de un cambio de patrones de movilidad (público y privado)

Reducción de costos en los sistemas de salud (público y privado)

Disminución de gases de efecto invernadero

Reducción del efecto de la isla de calor

Regulación climática

Mejor manejo del agua: inundaciones, abastecimiento, reúso y recarga

Fomento de la resiliencia en el sistema socioambiental

Prevención de riesgos hidrometeorológicos

Reducción de la vulnerabilidad socioambiental

Fuente: Sedatu, Semarnat, Amexcid y GIZ.

CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Otro de los retos que enfrenta la planeación urbana sostenible es el cambio climático. Cada año los huracanes llegan con mayor intensidad, las sequías son más frecuentes y la amenaza de terremotos fuertes, así como de erupciones volcánicas es constante.

En ese sentido, no pocas ciudades mexicanas son particularmente vulnerables, por lo que es necesario que la visión de desarrollo urbano considere las amenazas potenciales que implican los fenómenos naturales. Por ello, es clave que los gobiernos se acerquen a los centros de investigación y la academia, con la finalidad de generar sinergias que les permitan incorporar enfoques preventivos y de mitigación en sus políticas y acciones.

Juana Itzchel Nieto Ruiz, investigadora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), afirma que, actualmente, hay mucho trabajo en desarrollo desde los gobiernos locales.

“Específicamente, ya hay programas de acción climática desarrollándose a nivel local. Hay algunos gobiernos que están avanzando de manera más rápida, pero ya todos tienen elementos respecto a sus instrumentos de planeación de política climática, es decir, que ya se empieza a introducir el tema de cambio climático, desde el punto de vista de la mitigación de gases de efecto invernadero, una de sus principales causas, hasta esquemas que tienen que ver con adaptación.”

La especialista explica que este instituto desarrolla estrategias de apoyo técnico para los gobiernos locales con la finalidad de contribuir a una toma de decisiones enfocada en generar políticas efectivas contra este fenómeno.

Algunos de los trabajos técnicos que hacemos directamente con ellos tienen que ver con capacitación en materia de identificación de acciones de mitigación que, además, puede ser cuantificable, pero también acciones en materia de adaptación para orientarlos en la identificación de riesgos y tomar medidas para proteger a su población, así como para generar instrumentos de política ambiental, sobre todo para los gobiernos estatales y municipales que estén en proceso de desarrollar sus instrumentos de acción climática.”

Asimismo, Itzchel Nieto explica que el INECC cuenta con un grupo multidisciplinario de expertos que pueden brindar apoyo técnico a los gobiernos en temas como ingeniería, gestión del agua, manejo de residuos e, incluso, generación de energías alternativas.

ACOMPAÑAMIENTO
En la búsqueda de las mejores opciones para lograr un desarrollo urbano sostenible, los gobiernos pueden encontrar en el sector privado aliados que los acompañen en la implementación de soluciones.

Un ejemplo es el alumbrado público. En los últimos años, cada vez son más los municipios que llevan a cabo la renovación de sus redes de luminarias, reemplazándolas por dispositivos más eficientes y amigables con el medioambiente, como las lámparas LED.

Óscar Arizpe, Director General de DyH Mexicana, una firma distribuidora de equipos de iluminación, explica que, en el caso de los municipios pequeños, es recomendable buscar el apoyo de gestores que se ocupen de realizar los trámites necesarios para implementar las soluciones, y que los lleven de la mano, paso a paso, hasta concretar las obras. Pueden ser gestores independientes o de las empresas especializadas en el ramo.

“Hemos visto que algunos se quedan en el camino porque no saben a dónde llegar, qué puertas tocar, debido a que el tema técnico es complicado. En el caso del alumbrado público, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) te dice ‘aquí están los formatos’, pero si no tienes a alguien al lado con experiencia en el tema o que te lleve de la mano, ahí se queda. Imagina que se lo das a un funcionario de obra pública, pero que no tiene el conocimiento técnico, esos formatos pasan de una mano a otra y nunca se llevan a cabo”, expone.

Casos como éste, son ejemplo de cómo el trabajo en equipo es clave cuando se trata de llegar a las metas de sostenibilidad. Se trata de una tarea constante, pero que es posible lograr con la suma de voluntades de todos los actores involucrados.

 ELEMENTOS CLAVE PARA LAS POLÍTICAS DE CIUDADES SOSTENIBLES

Propósitos

• Disminuir la pobreza

• Disminuir la desigualdad

• Utilizar racionalmente los recursos y el capital natural

• Promover el crecimiento económico bajo en carbono

• Generar y acceder a empleos decentes (de calidad)

• Acceso a las oportunidades

Instrumentos

• Servicios públicos incluyentes y de calidad

• Control del uso del suelo

• Finanzas públicas locales

• Normatividad urbana-metropolitana

Criterios de evaluación

• Eficiencia (costo-beneficio)

• Equidad (de acceso o de condiciones)

• Efectividad (cómo)

• Temporalidad (cuándo)

• Escalas territoriales (dónde)

Fuente: Ciudades sostenibles en México: una propuesta conceptual y operativa.