Expediente Abierto

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Como si se tratara de un monstruo al acecho, la sequía en México aumentó hasta seis veces entre 2003 y 2021, un fenómeno que deriva, en una muy buena parte, del incremento de la temperatura media anual y aun del cambio climático.

Los municipios más afectados por esto se encuentran en el centro y norte de México, donde ha recrudecido el problema de escasez de agua, con numerosas afectaciones y, peor aún, severas para la industria y el sector energético.

Sandra López, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), un centro de investigación apartidista y sin fines de lucro, fundado hace dos décadas, alerta, en entrevista para Alcaldes de México, sobre las consecuencias del fenómeno de la sequía en el país.

“De seguir este fenómeno, habrá impactos muy importantes en la producción de energéticos y numerosos daños para la población y la economía”, apunta la investigadora, quien observa con preocupación la falta de actualización de los programas del Gobierno Federal creados hace más de una década para, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), enfrentar la gestión y el suministro del agua en el país.

Esta investigadora señala que 2011 resultó ser un año crítico en el que repuntó la sequía. Como consecuencia de esto, el Gobierno Federal otorgó a la Conagua las facultades para atender las afectaciones del fenómeno, esto a través del seguimiento de indicadores hidrometeorológicos y del estado de los recursos hídricos.

Así, el proceso estableció que la Conagua asumiría la tarea de monitorear la sequía por municipio, casi dos mil 500 en todo el país. Además, este proceso establece en los programas las medidas preventivas y de mitigación de la sequía y la manera en que el gobierno enfrentaría el fenómeno. Las medidas de respuesta buscarían, en consecuencia, una reducción de la demanda de agua, privilegiando los usos en este orden: darle prioridad al uso doméstico o público, el uso agrícola y ganadero del agua, la utilización industrial y el uso ambiental y recreativo.

Pero algo muy importante ahora es que se requiere de una evaluación específica para la actualización de esos programas, considerando el alza de la sequía en muchos de los municipios del país. Sin embargo, resulta que la sequía antes era distinta a hoy, de la misma forma que el crecimiento de la población y, por supuesto, la mancha urbana. Así que se requiere una actualización de estos programas y recursos.

López considera que, en su momento, hace más de una década, esos programas que se encargaron a la Conagua fueron útiles, pero resulta obvio —señala— que necesitan mejorarse y actualizarse, con base en las condiciones que imperan hoy día.

La especialista hace ver que la sequía en 2011 fue la mayor desde 1941 y después, en 2021, todavía aumentaron más las sequías en los municipios del centro y noreste de México. Entonces, ya pasó más de una década de la creación de estos programas y, por ello, el gobierno tiene que actualizarlos.

Asimismo, lamenta que hoy la Conagua no tenga esto en su radar. “Tiene otros factores en su radar, importantes sí, pero falta llevarlos a nivel federal”.

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Dirección Comercial. Su trabajo periodístico se ha publicado en medios y agencias de México, América Latina, Europa y Asia. @RoCienfuegos1