Voto foráneo, pendiente a nivel local

por | Mar 1, 2014 | Marzo 2014, Táctica y Estrategia | 0 Comentarios

BuzónHace nueve años, México se sumó a una lista reducida de países que realizan acciones para garantizar los derechos político-electorales de los ciudadanos residentes en el extranjero. Sin duda se trató de un paso relevante en materia democrática, pero un paso aún pequeño si consideramos las expectativas de representatividad y participación política de más de 11 millones de connacionales que viven fuera del país.

México enfrenta aún limitaciones que hacen del voto de los paisanos en el extranjero un festejo democrático tímido.

La prohibición de las campañas en otros países sigue siendo tema de debate, junto con el argumento de fiscalización de recursos que lo acompaña; carecemos de un mecanismo eficiente para el registro y expedición de credenciales para votar; los plazos para la inscripción al listado nominal son demasiado cortos, lo que deja fuera del proceso a muchos y no permite el conocimiento de candidatos y propuestas; el voto postal sigue siendo la ruta para ejercer el derecho político-electoral, un mecanismo que además de caro lleva consigo dificultades para alcanzar una eficiencia en el procedimiento; entre otros inconvenientes.

Voto limitado

Pero hay que ir más allá. Los paisanos sólo pueden participar en elecciones federales para elegir al Presidente de la República, pero ¿en realidad un paisano sólo está interesado en una macro visión política del país? O bien, ¿su interés se centra en propuestas y soluciones para una identidad primaria más cercana a sus intereses y/o comunidades?

Bajo este escenario quizá deberíamos preguntarnos ¿por qué le interesaría a un aspirante a un cargo de elección popular —diferente al Ejecutivo Federal— pensar en un voto emitido en el extranjero que no puede recibir de forma directa, y para el que no puede hacer campaña fuera del país?

Vayamos por partes. En las elecciones federales de 2006, la cifra de votantes esperada —de 500 mil—, estuvo lejos de alcanzarse, lográndose 33 mil 111, número que seis años después se ubicó en 40 mil 714.

En 2012, los votos alcanzados representaron apenas 0.52 por ciento de los mexicanos en el extranjero, registrándose sufragios en 92 países y siendo Estados Unidos (72 por ciento), Canadá, España, Francia y Alemania, los que más aglutinaron sufragios al registrar en conjunto 89 por ciento de los totales. La cifra podría parecer poco atractiva, partiendo de que para alcanzarla se invirtieron 200 millones de pesos (mdp). Sin embargo, basta recordar la diferencia de votos de la elección más cerrada en la historia moderna de México para valorar en su justa dimensión cada voto emitido fuera del país: si por cada mexicano que votó en 2012, lo hubieran hecho cinco más, se habría alcanzado una cifra muy cercana a los 243 mil 934 votos que en 2006 le dieron la victoria a Felipe Calderón.

Un reto importante

¿Cómo hacer para que esa base electoral se amplíe, pero también el conocimiento entre los votantes potenciales de las propuestas, candidatos y mensajes? Lo primero y fundamental para esta meta es conocer al votante para entonces enfocar las propuestas y mensajes de campaña a ese perfil.

Según datos del Instituto Federal Electoral (IFE), de las solicitudes de inscripción a la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero (LNERE) para las elecciones de 2012, el Distrito Federal (DF), el Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Baja California, Chihuahua y Veracruz fueron los que más registraron, con 54.94 por ciento de hombres y 45.06 de mujeres. De acuerdo con el Pew Hispanic Center, el rango predominante de edad del votante mexicano en el extranjero en 2012 se ubicó entre los 26 y 45 años, siendo el DF (8.077), el Estado de México (4,391), Jalisco (4,194), Nuevo León (2,441) y Guanajuato (2,131) los que sumaron más votantes.

En cuanto a participación ciudadana en votación por partido político, medida en función de usuarios registrados versus votantes efectivos, sólo superaron 75 por ciento, el DF, Nuevo León, Quintana Roo, Yucatán y Coahuila, con Chiapas registrando el porcentaje más bajo con 41.1 por ciento.

Con respecto a las fuentes de información sobre el proceso político, el micrositio creado por el IFE, fue el predominante por un amplio rango de visitas, seguido por Facebook, Twitter y YouTube.

Por otro lado, si bien no representa una tendencia de derecha al registrarse únicamente dos elecciones federales de referencia, el partido que obtuvo mayor número de votos en 2012 fue el Partido Acción Nacional (PAN) con 42.17 por ciento; seguido por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC) con 39 por ciento; y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con 15.62 por ciento, del resto de los partidos se registró menos de 2.5 puntos porcentuales, cifra muy similar a la alcanzada en 2006.

Podemos deducir por tanto que el votante mexicano en el extranjero es predominantemente conservador y no registra un efecto espejo con los resultados al interior del país. Quedan temas por ir conociendo en futuras elecciones, como por ejemplo, la tendencia partidista por continente, el perfil profesional de los votantes, entre otros.

Estrategias a futuro

¿Están los mexicanos en el extranjero interesados en fortalecer su participación y presencia política? La respuesta es sí. ¿Está el votante mexicano en el exterior interesado en conocer las propuestas de candidatos para elecciones intermedias o locales? Difícilmente podríamos responderlo, y el reto para los candidatos está en hacer efectivas localmente sus plataformas de campaña, para que éstas repliquen de manera natural en los conciudadanos en el extranjero, pertenecientes o vinculados a esas regiones.

¿Se siente identificado el mexicano en el extranjero con lo que ocurre en sus comunidades o estados de origen? También es complicado responderlo, aunque tomando en cuenta la identidad del mexicano, el arraigo por sus costumbres y estados de origen, sí podemos asegurar que no son indiferentes a ello.

Los candidatos federales, estatales y municipales a cargos de elección popular que, por las características de su distrito electoral requieran del apoyo de los mexicanos que votan desde el exterior, no pueden ser ajenos a los intereses y preocupaciones de los connacionales fuera del territorio, muchos de los cuales benefician y se benefician de sus lugares de origen.

Confiando en las previsiones de crecimiento del voto foráneo y en la mejora de procesos que deba darse para que ello ocurra, los mexicanos en el extranjero tendrán cada vez más importancia e interés en lo que ocurra en México, en sus estados y en sus localidades. Se trata de un voto que, aunque no lo reciban hoy, será cada vez más relevante mañana.

Tania González

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