El Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) creó el Programa de Emprendedores Juveniles para impulsar proyectos productivos que ayuden a los jóvenes a autoemplearse, además de generar empleos para otros muchachos.

El proyecto busca que los jóvenes aprovechen las oportunidades existentes en su localidad para generar empresas propias que les permitan ser autosuficientes, contribuir a fomentar el desarrollo económico de sus localidades y ofrecer oportunidades de empleo en las mismas.

La realidad educativa en México no es sencilla, ya que de acuerdo con estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), uno de cada cuatro jóvenes de entre 20 y 24 años en el país no estudia ni trabaja, lo que se conjuga con la falta de oportunidades en el mercado laboral y una escasa vinculación entre los sectores académico y educativo.

Miguel Ángel Carreón Sánchez, director general del Imjuve, explica que el Programa de Emprendedores Juveniles opera a través de un esquema de coinversión en el cual participan los gobiernos estatales y municipales, así como los mismos jóvenes quienes aportan un porcentaje mínimo del capital con el cual conformarán su empresa.

“El Imjuve firma un convenio con el municipio y con el estado para diseñar un esquema de trabajo y luego se abre la convocatoria; el estado genera un comité técnico que establece apoyos por cada proyecto, siempre y cuando los jóvenes beneficiarios aporten 10 por ciento, esto para que tengan también la responsabilidad al poner algo de su parte, el restante 90 por ciento lo aportamos las otras instancias”, detalla el funcionario.

A través de un Consejo Técnico Evaluador, las entidades participantes determinan la viabilidad de los proyectos y otorgan dos tipos de apoyo: uno de hasta 20 mil pesos a jóvenes que en lo individual o en grupo inician una nueva empresa, y otro de hasta 40 mil pesos a jóvenes que cuentan con una empresa o negocio en crecimiento y desean fortalecerlo.

Una vez seleccionados, los beneficiarios reciben una capacitación con el fin de adquirir las herramientas necesarias para la administración eficiente y oportuna de su empresa. También se les apoya con las gestiones necesarias para comenzar a operar su negocio.

El funcionario señala que la capacitación es una parte fundamental para que los nuevos negocios tengan éxito, pues los jóvenes deben conocer con claridad cuál es el nicho de mercado que más les conviene y las estrategias que deben implementar para ello. Aunque hasta el momento no hay una metodología que permita evaluar los resultados del Programa, Carreón Sánchez apunta que, de acuerdo con una encuesta elaborada por el Instituto, actualmente sólo la cuarta parte de los proyectos subsisten, por lo que la asesoría es un ámbito que buscan fortalecer.

“Muchos chavos quieren abrir un café Internet, pero no se dan cuenta de que hay 10 negocios similares en la cuadra donde lo quieren poner, entonces ese tipo de cuestiones ha llevado a que los negocios fracasen, porque también buscamos que en función de la asesoría el joven tenga un área de oportunidad y un nicho de negocio donde haya una demanda y una oferta específicas.”

Aclara que los nichos de mercado donde quieren incursionar los jóvenes empresarios varían en función del estrato socioeconómico al que pertenecen, su nivel de escolaridad y su visión empresarial. Así, por ejemplo, los jóvenes que no poseen un alto nivel de escolaridad normalmente solicitan negocios sencillos, como tiendas de abarrotes o cafés Internet; por el contrario, quienes tienen estudios, cuando menos de nivel técnico, solicitan el recurso para hospitales de computadoras, talleres mecánicos o, incluso, desarrolladoras de software.