A Puerta Abierta

En medio de la pandemia del virus SARS-CoV-2 sucedieron otras cosas que no podemos pasar por alto. Una de ellas fue que la Cámara de Diputados votó la regulación de la reelección legislativa a nivel federal. Se definieron las reglas del juego para que los diputados interesados compitan por un puesto de elección popular en 2021 y los presidentes municipales aspirarán a reelección, como lo hicieron en 2018.

La reelección de ediles es una oportunidad para continuar sirviendo a la población en el ámbito local, donde se desarrolla la vida cotidiana y donde se resienten directamente los problemas públicos. La reelección de diputados federales es la oportunidad de impulsar políticas públicas que estimulen el federalismo mexicano y la mejor coordinación con los niveles de gobierno locales. Esto cobra relevancia ante la contingencia sanitaria. Las y los mexicanos de cada localidad han experimentado los efectos del confinamiento y la incertidumbre que siguieron a los contagios y la crisis económica.

En esta ocasión, las autoridades locales son las que más han sido desafiadas para estar a la altura. Con pocos recursos y escasas capacidades, los gobiernos municipales han sido los responsables de proveer en tiempo y forma los servicios básicos para quienes se quedaron en casa: agua potable, limpia y recolección de basura. También estuvieron a cargo de sanitizar las calles, verificar que no se llevaran a cabo actividades masivas, que solo abrieran los establecimientos comerciales autorizados, en su caso convocar al comúnmente denominado «toque de queda» y reportar las posibles defunciones. Por su parte, los diputados federales debieron vigilar que en la federación y los estados los poderes ejecutivos tomaran las mejores decisiones.

El próximo año son las elecciones intermedias y millones de mexicanos votarán por diputados federales y en algunos casos, por presidentes municipales. Mientras llega el periodo electoral es preciso demostrar que estas autoridades gobernaron para el bien común, con transparencia y apertura.

La clave está en la información pública. Por ejemplo, una mayor cantidad de personas en casa produce una mayor demanda de ciertos servicios y aumenta la frecuencia de posibles fallas. Probablemente se requirió aprobar cambios administrativos o presupuestales ante la coyuntura y hubo dudas sobre la recepción de apoyos sociales o económicos para empresas y hogares.

A pesar de ser financiadas con transferencias federales, las autoridades locales debieron auxiliar a sus comunidades para coordinarse con los otros órdenes de gobierno con el fin de garantizar la cobertura total. Tarde o temprano se rendirá cuentas sobre estas actuaciones.

Cada municipio fue afectado de forma distinta, por eso deben satisfacerse las demandas de información particulares. ¿Las autoridades fueron capaces? Si fue así, en caso de buscar reelegirse, aumentan las posibilidades de que los alcaldes y los diputados federales obtengan el voto de sus electores como recompensa al buen desempeño y la adecuada administración de los recursos disponibles.

Sería un gran hallazgo comprobar empíricamente cómo la información pública contribuyó a sentar un antes y un después porque, principalmente, promueve certidumbre entre la población en medio de tiempos aciagos y establece la colaboración con las autoridades.

Post data: esta es mi última colaboración en Alcaldes de México, al menos durante un tiempo; por esta razón, agradezco a todo su equipo por la oportunidad de este espacio mensual en los últimos años.

*Twitter: @joelsas