Tips de Gestión
Construir obra pública sin contaminar
Actualmente existe una tecnología capaz de reducir millones de toneladas de gases contaminantes a la atmósfera y que sirve para cualquier proyecto relacionado con cemento

►Por Martha Palma Montes
FOTOS: DREAMSTIME
En 2020, el 56 por ciento de la población mundial residía en ciudades, y se prevé una duplicidad de la mancha urbana para 2050. Es así que, en las próximas décadas, la mayor parte de las nuevas construcciones en el mundo se producirán en el Sur Global, especialmente en África, donde la población podría aumentar en mil millones de personas hacia el 2050, esto significa una alta demanda de cemento a más de cinco mil millones de toneladas anuales, con base en estimaciones del Foro Económico Mundial.
El cemento es el material más contaminante que hay dentro de la mezcla del concreto, ya que, a pesar de representar solo el 13 por ciento del volumen de este, es causante del 95 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
El 95 por ciento del cemento convencional está conformado por piedra caliza triturada y calcinada a una temperatura de mil 500 grados Celsius (°C), este proceso de quema de combustible fósil, que da origen al clínquer, también emite gases contaminantes a la atmósfera. A su vez, hay una reacción química de la piedra caliza que igualmente libera CO2.
Científicos analizaron ciertos tipos de arcilla y descubrieron que algunos son sustitutos potenciales del clínquer, lo que dio origen al cemento de bajo carbono llamado LC3 (Limestone Calcined Clay Cement, por sus siglas en inglés).
VENTAJAS DEL LC3
El cemento LC3 reduce el 40 por ciento las emisiones de CO2 al sustituir el clínquer por arcilla calcinada, material abundante en el mundo, a diferencia de la piedra caliza; es así que, por cada tonelada de arcilla calcinada, se eliminan 600 kilogramos de CO2, en ese sentido, científicos estiman un ahorro de 45 millones de toneladas para 2025.
Cabe resaltar que para la refinación de la arcilla únicamente se requieren 500 °C; con esta disminución en temperatura, aunado a una mejora en la logística del transporte —ya que la materia prima se encuentra en muchas regiones—, se contribuye a la reducción de las emisiones contaminantes. Asimismo, al requerir menos energía y utilizar arcilla ampliamente disponible sin recurrir a la importación, puede producirse a un costo menor, hasta un 25 por ciento inferior comparado con el cemento convencional.

El LC3 es menos permeable al agua y la sal, lo que hace que las obras de infraestructura, como carreteras y puentes, sean más duraderas y resistentes a la corrosión, especialmente en clima costero.
“Otra ventaja es su tono café, más cálido que el gris que todos conocemos, los colores terrosos son más atractivos para las personas, esto facilitará su adopción en México, tanto por la iniciativa privada como por gobiernos”, considera Pablo Ibargüengoytia Arias, consultor ambiental en Sustainable Living e Ingeniero Civil por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Puebla.
POTENCIAL
La Universidad Politécnica Federal de Lausana en Suiza (EPFL) ha trabajado en el desarrollo del LC3 con el financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), y actualmente la Embajada de Suiza en México promociona esta tecnología para su uso en el país.
“El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) genera una dinámica de crecimiento muy importante en cuanto a infraestructura, lo cual requiere de mucho concreto y cemento, esto tendrá un impacto ambiental; el reto es reducir las afectaciones al medioambiente en la medida de lo posible, de ahí nuestro compromiso de dar a conocer el LC3”, comenta Pietro Piffaretti, Embajador de Suiza en México.
Agrega que uno de los objetivos diplomáticos es facilitar el trabajo coordinado entre la academia, el sector público y empresas suizas especializadas en construcción sostenible y eficiencia energética, a fin de generar proyectos exitosos con perspectiva a largo plazo.
Entre estas empresas destaca Holcim, cuya planta de producción de LC3 se encuentra en Macuspana, Tabasco, la primera en su tipo del país. Para iniciar la manufactura de la arcilla calcinada, construyeron un nuevo molino con capacidad de producción de 15 millones de toneladas al año, cuya inversión fue de 55 millones de dólares.
El plan de desarrollo de este producto incluye abrir una nueva planta en la Zona Metropolitana del Valle de México en 2025.
Respecto a las alianzas con universidades mexicanas, la Embajada organizó la exposición Building the Swiss Way, Concrete Horizons, con el objetivo de reflexionar sobre las emisiones contaminantes del cemento e incentivar la ética en la construcción mediante el uso del LC3.
“Invito a los gobiernos municipales a implementar las normas y estándares existentes para reducir los efectos del cambio climático mediante la construcción, nosotros tenemos la información sobre este tipo de proyectos y con gusto atendemos sus inquietudes”, concluye Pietro Piffaretti.

Pablo Ibargüengoytia Arias.
FOTO: CORTESÍA DE ÓRBITA CENTRAL

Pietro Piffaretti.
FOTO: CORTESÍA DE ÓRBITA CENTRAL