Descentralizar el gobierno es clave para abatir rezagos: Clara Brugada

►Por Norma Pérez Vences
FOTO: GABRIEL GONZÁLEZ / MERCURY PHOTO

Iztapalapa, CDMX- Con una población de un millón 835 mil 486 habitantes, Iztapalapa es la segunda demarcación más poblada de todo el país, solo después de Tijuana, Baja California. Pero todas esas personas no se asentaron de manera uniforme.

Durante décadas, como en el resto de la ciudad, el crecimiento urbano de esta alcaldía fue tan acelerado como desigual, ocasionando desequilibrios que han afectado a los habitantes de diversas maneras; asimismo, llevar los servicios básicos ha sido un reto enorme, por lo que encontrar la manera más adecuada de garantizarlos es una prioridad para la administración que encabeza Clara Brugada Molina.

“Tenemos una población con un rezago histórico. Esta ciudad fue construida no de una manera neutra, sino que se concentraron recursos principalmente en el sur y se abandonó el oriente de la ciudad. En consecuencia, parte de la pobreza urbana se concentra en Iztapalapa, donde tenemos un rezago de servicios públicos y grandes desigualdades. Tú comparas esta alcaldía con cualquier otra y siempre va haber una desigualdad en todos los ámbitos”, explica.

Ante esta situación, una de las primeras decisiones que tomó el gobierno de Clara Brugada, al iniciar en 2018, fue realizar un diagnóstico de los rezagos que aquejan a Iztapalapa y definir acciones clave para combatirlos, con la prioridad de mejorar la calidad de vida de las personas.

Una de estas acciones fue descentralizar el gobierno. Con una extensión de 117 kilómetros cuadrados, Iztapalapa es la cuarta alcaldía más grande de la capital del país, por lo que se crearon 13 direcciones territoriales, de tal manera que cada una ejecute acciones en un territorio delimitado y así hacer más eficiente la solución de problemas.

“Partimos de que un gobierno con un territorio más pequeño puede gobernar mucho mejor que uno para un territorio muy grande, entonces fortalecimos las 13 direcciones territoriales, de tal manera que cada una ejecute las operaciones necesarias para crear infraestructura y fortalecer la ya existente, así como para optimizar la oferta de servicios públicos. Desde el área central brindamos apoyo técnico y contribuimos en definir estrategias”, detalla.

En ese sentido, Brugada Molina está convencida de la importancia de devolver a los gobiernos locales su esencia de brindar a las personas los servicios públicos que, por ley, les deben otorgar. Con esa convicción y con el fin de maximizar los recursos económicos disponibles, el gobierno de Iztapalapa ha definido estrategias para generar ahorros que permitan invertir en los recursos materiales necesarios, a fin de que las demarcaciones territoriales puedan cumplir con sus objetivos.

“Equipamiento, camiones, toda la infraestructura que nos permite dotar de servicios, así como grúas para iluminar, para podar, bachear y pavimentar. Por lo general, todo el dinero se va en pavimentaciones, ¿por qué?, porque salen muy caras; entonces lo que nosotros hicimos fue contar con las herramientas que nos permiten pavimentar de manera eficiente con menos recursos. Con estos ahorros pudimos poner en marcha el proyecto de las utopías, de las cuales actualmente se han construido 12 y están planeadas cinco más», apunta.

CALLES ILUMINADAS CONVERTIDAS EN ARTE

La alcaldesa asegura que, gracias a esta manera de administrar los recursos, fue posible abatir el rezago en alumbrado público, ya que, al inicio de la administración, 58 mil de las 90 mil luminarias que había estaban fundidas. La meta para 2024 es contar con 360 mil lámparas en toda la red de la demarcación.

Asimismo, explica que las mejoras en la red de iluminación fueron clave para implementar la estrategia de caminos para mujeres libres y seguras.

“Quisimos que se visibilizara hacia quiénes iba dirigida esa estrategia: a las mujeres, y en consecuencia, si una niña se sentía más segura por esos caminos, quiere decir que cualquier otro segmento de la comunidad también”.

Se trata, explica, de una transformación profunda del espacio público tanto en calles del centro de la alcaldía como de la periferia.

“Escogimos las principales calles de cada colonia, pueblo o barrio, por donde la gente llega a su vivienda o sale a trabajar. Hicimos un proyecto de iluminación universal que atravesara toda Iztapalapa y que la transformara; diseñamos estos caminos con mucha iluminación en esas calles. Yo decía: prefiero que me vengan a reclamar porque no pueden dormir de tanta luz, a que estén oscuras; partimos de que una calle iluminada es una calle más segura también.”