Antesala

Disciplina financiera, una rigurosa responsabilidad

 

 

Mantener un equilibrio entre los ingresos y egresos en una administración pública es esencial para cumplir con las metas a corto, mediano y largo plazo, principalmente cuando se tiene un presupuesto anual que debe alcanzar para lograr todos los objetivos del plan de trabajo y evitar, en la medida de lo posible, contraer deuda que solo aplique al gasto corriente.

A grandes rasgos, eso es lo que define la disciplina financiera, y para cumplir con ella, los gobiernos locales cuentan con los criterios de responsabilidad establecidos en la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, que contiene disposiciones para regular el nivel de endeudamiento de los entes públicos, cumplir con balances fiscales equilibrados y observar principios como legalidad, honestidad, eficiencia y transparencia, entre otros.

Para que exista disciplina financiera se debe comenzar con un plan presupuestal con el que se establezcan proyecciones y planes para manejar el dinero de manera eficiente, de esa forma pueden destinarse los recursos a las obras y programas que la ciudadanía demanda con mayor urgencia, y asegurar que también generen o incentiven el progreso económico de la localidad.

En ese sentido, existen prácticas de gobierno que, al cierre de 2024, se han convertido en referente para iniciar el próximo periodo con una planeación más ordenada de las finanzas públicas. Un ejemplo que abordamos en este número es lo realizado en Zumpango, Estado de México; su Presidente Municipal, Miguel Ángel Gamboa Monroy, nos explica en entrevista exclusiva cómo logró posicionar al municipio como líder estatal en inversión pública, gracias a una administración eficiente de las finanzas locales.

Y si hablamos de contar con un presupuesto sostenible para llevar a cabo los planes y proyectos de gobierno, es necesario abordar los elementos que impulsan la recaudación de recursos. Uno de ellos es la innovación a través del aprovechamiento de las herramientas tecnológicas, como plataformas intuitivas y de fácil acceso para los contribuyentes. En estas páginas exponemos algunas de dichas tecnologías y recomendaciones para su mejor aprovechamiento en el cobro de derechos e impuestos.

Con el presupuesto adecuado, los gobiernos locales también pueden pensar en el desarrollo de proyectos de gran alcance en temas como educación y espacios inclusivos. Ambos tópicos los presentamos en este número, con las recomendaciones de expertos en la materia para que las administraciones públicas locales realicen acciones exitosas al respecto.

Además, compartimos en estas páginas temas como las acciones climáticas a nivel barrial, que pueden impulsar los gobiernos locales en alianza con agencias nacionales e internacionales, así como el aprovechamiento de herramientas de análisis predictivo para la seguridad pública. Complementamos la edición con un análisis de la violencia política contra funcionarios municipales y las acciones necesarias para hacerle frente, entre otros temas.

Que disfrute la lectura.

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