Expediente Abierto

►Calidad de vida ♦ Reportaje

Espacios públicos en la nueva normalidad

Reducir desigualdades, adaptarse a las necesidades de los barrios y colonias, y promover la sana distancia, son algunos de los nuevos retos que enfrentan los espacios públicos en el contexto de la pandemia

 

►Por Martha Palma Montes
FOTOS: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la sana distancia como la medida más eficaz para contener la propagación del Covid-19 en los espacios públicos. Esto obliga a las ciudades a aumentar la infraestructura peatonal y ciclista, además de garantizar la seguridad de las mismas.

Al respecto, Alberto Marín Fernández, director de Movilidad Urbana Sustentable y Espacio Público de IDOM México, considera que es fundamental aumentar las superficies para que los peatones puedan mantener la sana distancia y promover el transporte sustentable.

“Los gobiernos locales necesitan habilitar más espacios peatonales, ciclovías y carriles emergentes para transporte público, y conceptualizar estos proyectos con la asesoría de organizaciones no gubernamentales. Documentos como el Manual de Calles: diseño vial para ciudades mexicanas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son un excelente punto de partida, sin olvidar la voluntad de los gobiernos en la reasignación de partidas presupuestales que permitan su ejecución”, afirma.

El experto pone de ejemplo las acciones implementadas en la Ciudad de México para generar ciclovías emergentes y garantizar la sana distancia en los sistemas de transporte público masivos, entre ellas, verificar que su porcentaje de ocupación sea menor, con base en las recomendaciones de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP). Además del incremento de espacios peatonales en algunos puntos del Centro Histórico.

Indica que el costo de la infraestructura de un espacio público no puede verse como inversión hacia una mejora estética, sino que va a generar calidad de vida.“El espacio público en movilidad no motorizada ya proporciona confort y calidad de vida urbana importante, con un espacio abierto e inclusivo estamos generando también condiciones adecuadas para el esparcimiento, relajación y mejora de la calidad de vida urbana”.

En lo referente a la selección de materiales para construir espacios públicos, opina que deben evaluarse cuáles son aquellos que permiten una mejor desinfección, limpieza, los más duraderos y que abaraten los costos de mantenimiento y operación.

Los retos de los espacios públicos antes de la pandemia implican accesibilidad, seguridad, diseño y confort, aspectos que ahora se ven recrudecidos, añade el urbanista Salvador Herrera Montes.

“Lo principal es la distribución equitativa de los espacios públicos, sin importar el nivel socioeconómico; aún son evidentes las calles, banquetas y áreas verdes estrechas en zonas de bajos ingresos. Es un tema de justicia legal y social que no se ha abordado en México”, asegura.

 

Alberto Marín Fernández.

FOTO: CORTESÍA DE BEATRIZ CÁRDENAS / BACTÙ DESIGN

  

Carlos Ayala Delgado.

FOTO: CORTESÍA DE LA SECRETARÍA DE ORDENAMIENTO Y DESARROLLO URBANO DE SAN PEDRO GARZA GARCÍA, NUEVO LEÓN

Advierte, además, que las zonas metropolitanas del país están adoptando la figura del condominio vertical, bajo normas y reglas urbanísticas que no favorecen la creación de espacio público.

“Se necesita una reurbanización de las grandes ciudades para recuperar los espacios públicos, ejecutar un plan maestro de 10 a 20 años. Tenemos los ejemplos de París y Madrid, que entendieron que su modelo de metrópoli ya no era funcional después de la Revolución Industrial.”

En ese sentido, propone a los municipios replantear los presupuestos y orientarlos hacia los planes de desarrollo urbano que incluyan proyectos de espacios públicos. “Tenemos que encontrar una fórmula donde los escasos recursos se utilicen para mayor rentabilidad social y permita a los municipios generar nuevos ingresos, evitando al máximo el cobro por el uso del espacio público”.

MULTIFUNCIONALIDAD DE ESPACIOS PÚBLICOS
Salvador Herrera comenta que es posible adaptar el uso de espacios públicos conforme a las necesidades de la población, por ejemplo, los jardines de niños que funcionan en horarios muy reducidos pueden reconvertirse en espacios para adultos mayores o centros comunitarios.

“Antes del Covid se hablaba mucho de que México tiene que flexibilizar, adaptarse y superar sus trabas administrativas para que las ciudades estén mejor adaptadas a las personas”, afirma.

Considera que la vivienda y el espacio público son la célula básica de la convivencia familiar y vecinal, por ello, el país necesita mejores proyectos de vivienda donde los gobiernos locales definan lineamientos que respondan a las características socioculturales y climáticas ambientales. “La fórmula vivienda-espacio público es la clave para generar cohesión comunitaria y seguridad”.

FOTO: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO

EL CASO DE SAN PEDRO GARZA
El municipio diseñó una estrategia para promover el uso de espacios públicos con reglas de operación, de respeto a la naturaleza y con áreas que incentiven la salud de la ciudadanía.

“Tenemos una mayor difusión de lo que está permitido en el espacio público, y qué no, por ejemplo, la concentración de personas en cantidades pequeñas y preferentemente no conglomeradas en un punto fijo, sino procurando la circulación. La pandemia nos ha enseñado que estas acciones tienen que complementarse con canales dinámicos y bidireccionales de comunicación con la ciudadanía, de lo contrario, serán insuficientes”, comenta Carlos Ayala Delgado, director de Administración Urbana, en la Secretaría de Ordenamiento y Desarrollo Urbano municipal.

Afirma que la administración local pone especial atención en la infraestructura de los espacios y la demanda social de los mismos por colonia, con la finalidad de conocer las necesidades de los ciudadanos.

“Hay que entender que las ciudades evolucionan conforme las familias van envejeciendo, para las colonias con cierta antigüedad eso genera una dinámica en la cual, por ejemplo, un parque tendría que irse rediseñando para tener el equipamiento necesario, ahora bajo medidas sanitarias.” El mejor equipamiento que un espacio público puede tener es la presencia muy diversa de personas haciendo diferentes tipos de actividades; niños, adultos mayores, mujeres y jóvenes, concluye.