Tips de Gestión

Informar sin hacer propaganda, el reto

En este periodo electoral, los gobiernos en funciones requieren emplear narrativas que respeten el derecho a saber de la ciudadanía y no incentivar el voto

 

►Por Martha Palma Montes
FOTO: DREAMSTIME

Este mes de marzo inicia el periodo de campañas correspondiente al Proceso Electoral 2023-2024, el más grande que ha tenido el país, debido a que la ciudadanía votará por más de 19 mil cargos, entre ellos, la Presidencia de la República, así como integrantes del Congreso de la Unión, gubernaturas, diputaciones locales y presidencias municipales.

Durante el tiempo comprendido entre el inicio de las campañas electorales y hasta la conclusión de la respectiva jornada del próximo 2 de junio, deberá suspenderse la difusión de toda propaganda gubernamental, de los poderes federales, estatales, municipales y de cualquier otro ente público, en todos los medios de comunicación social, como son radio, televisión, anuncios, espectaculares, redes sociales, Internet, mantas y trípticos, entre otros, lo anterior con base en la Ley General de Comunicación Social.

Dicha norma señala que, durante los próximos tres meses, solo está permitida la propaganda gubernamental sobre campañas de información de las autoridades electorales, los servicios educativos y de salud, las necesarias para la protección civil, en casos de emergencia, y la información pública de carácter institucional, respecto a trámites y servicios que presta el gobierno dentro de sus funciones.

Asimismo, la propaganda gubernamental no podrá incluir frases, imágenes, voces o símbolos que la conviertan en propaganda política o electoral, o bien, elementos de propaganda personalizada de alguna persona servidora pública.

Tampoco es posible difundir logros de gobierno, obra pública ni emitir información dirigida a justificar o convencer a la población de la pertinencia o logros de una administración en los diversos niveles de gobierno.

CÓMO COMUNICARSE CON LA CIUDADANÍA
Para tener una comunicación efectiva durante este periodo electoral, los gobiernos en funciones deben diferenciar la información de la propaganda y enfocarse en lo que tiene derecho a conocer el ciudadano.

Por ejemplo, comunicar horarios de servicio y atención de la administración, los costos de trámites o los precios asociados a servicios funerarios. En cambio, la propaganda es exaltar que durante la presente administración se ampliaron los horarios de atención, se redujeron los costos de acceso a espacios públicos de recreo o se mejoraron las instalaciones de los panteones municipales, explica Reynaldo Barbarín, consultor político y estratega de gobierno en Kérsifos.

“Las autoridades municipales y estatales pueden mantener las líneas de comunicación habituales, siempre y cuando informen sin propaganda y no se influya en el desarrollo de la contienda electoral. Lo más importante es no perder de vista que el uso de recursos públicos, ya sean humanos, materiales o de cualquier índole, no debe interferir, de ninguna manera, en la equidad de la contienda.”

Para que la comunicación gubernamental salvaguarde el derecho al acceso a la información y la transparencia, sin afectar la equidad de la contienda, requiere despersonalizar los mensajes, sujetarse a su carácter informativo, educativo y de orientación social, así como limitarse a los tiempos marcados por la autoridad electoral local y evitar así su sobreexposición a la población objetivo, agrega el especialista.

Respecto a los actos públicos y encuentros con medios de comunicación, recomienda a los presidentes municipales y gobernadores atender las necesidades primarias locales y no abordar problemáticas nacionales; asimismo, sus actividades deben ser apartidistas, evitar los comentarios de llamado al voto y el uso indebido de recursos públicos a favor de un grupo político. Además de respetar la normatividad y no disfrazar la propaganda al rendir algún informe sobre lo realizado durante la administración.

“La próxima vez que un alcalde o gobernador salga ante los medios o participe en un acto público, debe preguntarse, ¿lo que voy a comunicar me sirve a mí o a la población? Si solo le sirve al funcionario, se meterá en problemas, si les sirve a ambos, probablemente también tendrá problemas ante los tribunales electorales. Y si la respuesta es que solo le sirve a la población, la comunicación es adecuada y no tendrá de qué preocuparse.”

EMPATÍA
Los valores, la empatía y la autenticidad son clave para entablar una comunicación efectiva entre gobiernos y ciudadanía, que los servidores públicos muestren quiénes son realmente, qué han hecho y lo que quieren hacer, considera Alejandro Motta Nicolicchia, consultor político y profesor de posgrado en la Universidad Panamericana.

Si bien, la comunicación gubernamental trata de construir un legado bajo un liderazgo transformador, los presidentes municipales que este año dejan el cargo deben procurar que su gestión sea recordada por varios años, opina el académico.

NARRATIVA
Prácticamente, cualquier tema de interés público conlleva una arista política, sin embargo, durante el periodo de campañas electorales, los gobiernos requieren construir cuidadosamente su narrativa y estar atentos a las resoluciones de los tribunales electorales, considera Adrián Villegas Carrasco, coordinador de estudios especiales en Gabinete de Comunicación Estratégica.

Reynaldo Barbarín.      

Reynaldo Barbarín.

FOTO: CORTESÍA DE KÉRSIFOS

“Los comunicadores de cualquier alcalde o gobernador requieren estar al tanto de las limitaciones acordadas por las autoridades electorales y, con base en estas, elaborar un esquema que resalte los puntos positivos de una administración, pero bajo una narrativa informativa. Definir qué decir, a través de qué medio, con qué propósito y a quién va dirigido el mensaje, así como saber lo que realmente piensa la ciudadanía, es clave para dar credibilidad al discurso”, concluye.