Desde la urna

El año inició en medio de un conjunto de presiones y expectativas que pronto diluyeron el deseo de cambio que se esperaba para 2021. La palabra del Presidente López Obrador no fue suficiente para evitar que las fiestas del fin de año incrementaran los casos de Covid-19 y, en consecuencia, la cantidad de fallecimientos. Quizá era necesario tomar otro tipo de medidas y asumir que esta pandemia es mucho más seria de lo que nuestras autoridades consideran. En todo caso, no se ve ningún deseo de cambiar la estrategia por parte de las autoridades de salud. Durante enero, después del Día de Reyes, se rompieron todos los récords de nuevos casos y la cantidad de fallecimientos superó los mil diarios por algunos días.

Los intentos por mitigar la crisis generaron, lamentablemente, una lucha política en los primeros días del año. Al anuncio de la llegada de la vacuna para el Covid-19 le siguieron un desorden organizativo, una desilusión sobre la cantidad de vacunas disponibles y mucha incertidumbre sobre la estrategia de vacunación. A ello se sumó el uso mediático y propagandístico de la vacuna como parte de las campañas electorales, mientras parecía incontenible el crecimiento de la pandemia.

El inicio del año también trajo una polémica entre el Instituto Nacional Electoral (INE) y el primer mandatario, sobre las constantes referencias que hace en relación con el proceso electoral, los partidos y la elección en general. Adicionalmente, el propio mandatario abrió un nuevo frente contra los organismos constitucionales autónomos y propuso que sus funciones fueran asumidas por organismos públicos dependientes del Poder Ejecutivo. En síntesis, 2021 pinta complicado, por decir lo menos, pues al contexto descrito habría que sumar las dificultades de nuestra economía y la persistente inseguridad en todo el país.

Es un hecho que las elecciones se realizarán en medio de una nueva etapa de la pandemia que aún es incierta. A pesar de las promesas hechas a principios de enero, no queda claro el número de personas que estarán vacunadas cuando las campañas estén en su apogeo. Tampoco sabemos qué cuidados tendrán los partidos y candidatos durante las campañas, especialmente por la concurrencia de los procesos federales con los locales. Recuérdese que habrá elecciones en los municipios y alcaldías de 30 entidades federativas, además de que se renovarán casi todos los congresos locales.

Sin duda, el INE y los órganos locales electorales buscarán tomar las medidas preventivas para mitigar el efecto de la emergencia sanitaria durante las campañas. Para ello servirá la experiencia que se adquirió en las elecciones locales de Hidalgo y Coahuila, en octubre del año pasado. Con todo, es evidente que será necesario hacer un esfuerzo especial para convocar a los ciudadanos a votar. Sería extraordinario si se lograra una campaña unificada de autoridades electorales, partidos y organismos de la sociedad civil en la que se reforzara el cuidado que todos debemos tener para prevenir contagios, en combinación con la importancia de asistir a votar.

Cualquier año electoral es escenario de múltiples presiones y rivalidades políticas, es la naturaleza de una campaña electoral. Ante una contingencia mundial, se requiere de innovar las prácticas y diseñar nuevos mecanismos que mitiguen los efectos del virus en la sociedad. Ejemplos de estas nuevas prácticas bien podrían generarse en los municipios, como una respuesta responsable ante la crisis.

Decano de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey.
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(figura pública)