Tips de Gestión
La industria del reciclaje ante el nearshoring
Con ciertas medidas, las empresas locales encargadas de la valorización de residuos pueden formar parte de la cadena productiva de manufactureras internacionales

►Por Martha Palma Montes
FOTOS: DREAMSTIME
De enero de 2023 a noviembre de 2024, hubo 327 anuncios de inversión extranjera en México, los cuales representan 74 mil 643 millones de dólares (mdd), principalmente de China (5 mil mdd) y Australia (275 mdd), lo anterior con base en el reporte de la consultora RCPH Servicios.
Estas inversiones, consecuencia del fenómeno nearshoring o relocalización de empresas, también representan una oportunidad para la industria del reciclaje en México, especialmente en los metales, ya que este sector contribuye con más de 10 mil mdd al producto interno bruto (PIB), por tanto, analistas esperan que esta cifra aumente significativamente en los próximos años, gracias a este proceso de relocalización.
Por ejemplo, la empresa mexicana Grupo Simec ha incrementado su capacidad de producción de acero reciclado un 50 por ciento en los últimos dos años, debido a la creciente demanda de este material por parte de las manufactureras estadounidenses relocalizadas en el país.
Puebla tiene la presencia de la fábrica de acero Ternium Hylsa y las plantas automotrices de Volkswagen y Audi, sin embargo, Recicla Centro, empresa local especializada en el manejo de acero, chatarra, metales y otros residuos industriales, aún no experimenta los efectos directos del nearshoring.
“La oportunidad que veo con este fenómeno es convertirnos en un eslabón más de la cadena productiva, ofreciendo la gestión y valorización de residuos de manejo especial, garantizando en todo momento la trazabilidad de los materiales que se generan, cumpliendo con estándares internacionales relacionados con la emisión de CO2 y economía circular”, reflexiona Javier Pérez Domínguez, Director General y Gerente Operativo de Recicla Centro.
Una forma de integrar a las comunidades en la cadena productiva de las grandes industrias de procedencia extranjera es desarrollar pequeñas y medianas empresas (pymes) enfocadas en la valorización de residuos, lo que fortalecería al reciclaje como actividad económica y benéfica para el medioambiente, agrega Silvia Ávila Cholula, Presidenta de la Comunidad de Mujeres en el Reciclaje (Comure) y del Clúster Plásticos de Puebla.
“Si estas pymes se certifican en normas y estándares nacionales e internacionales, usan tecnologías como big data y presentan un proyecto a las industrias relocalizadas generadoras de residuos, que muestre indicadores sobre la valorización de los desechos y su destino final, esto hará competitivas a las empresas locales de reciclaje”, enfatiza.
ACCIONES LOCALES
Una administración municipal puede sensibilizar a los inversionistas extranjeros sobre el cumplimiento de normas y criterios ambientales, y apoyarse de los industriales locales del reciclaje para reducir cualquier impacto ambiental negativo, derivado de las actividades productivas de las industrias relocalizadas.

A fin de impulsar la industria del reciclaje en México, los gobiernos locales pueden otorgar permisos a las empresas especializadas del sector para que accedan a los rellenos sanitarios y transporten los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) a sus plantas separadoras, lo cual, a su vez, fomenta la inversión privada en proyectos de este tipo de plantas.
RETOS
Más allá de los impactos y posibles beneficios del nearshoring en México, la industria nacional del reciclaje enfrenta retos específicos, el primero, la competencia económica entre los residuos reciclables y el valor de las materias primas vírgenes, particularmente en los plásticos, ya que el costo de estas últimas es menor para la fabricación de empaques.
Un segundo reto es la estandarización de normas respecto a los residuos de manejo especial, cuya gestión corresponde a los estados y aún hay algunas discrepancias entre los criterios establecidos por cada entidad; lo ideal es estandarizar los catálogos de materiales bajo un lenguaje común que permita identificarlos fácilmente, opina Pérez Domínguez.
El especialista añade como tercer reto, la falta de subsidios que den rentabilidad al reciclaje de materiales de bajo valor, porque en ocasiones es preferible depositarlos en un relleno sanitario en lugar de recuperarlos, como pasa con algunos plásticos.
“Nosotros como recicladores requerimos colaborar con los fabricantes en las etapas de diseño de materiales, empaques y ensambles, debido a que estos presentan una composición muy complicada que no permite reciclarlos y terminan en los rellenos sanitarios, incinerados o almacenados, esta problemática está presente a nivel mundial”, advierte.
Asimismo, opina que, si los fabricantes trabajan con instituciones educativas y centros de investigación en la fase de diseño de sus materiales y productos, también simplifican las tareas de segregación e identificación de los recicladores, eliminando así la mayor cantidad de desperdicios.
Como último reto para la industria del reciclaje, Javier Pérez resalta que se debe lograr una profesionalización acorde a las demandas específicas de los servicios de destrucción, desmantelamiento y procesamiento de materiales, con base en el desarrollo tecnológico de las manufactureras, para entregarlos como materias primas en procesos subsecuentes.
