Expediente Abierto
►Alcaldesas en Comunidades Indígenas
Los desafíos de alcaldesas indígenas
Si bien hay un avance en su participación política, las mujeres que llegan a las presidencias de los municipios indígenas enfrentan en el camino situaciones de machismo, discriminación y violencia política
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►Por Lucero Almanza Escalante
FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO
Discriminación de género, violencia política y, en algunos casos, incluso física, son conflictos que enfrentan las mujeres que buscan y presiden las alcaldías en municipios indígenas. Son situaciones en las que se ha trabajado durante muchos años para superarse, pero que todavía imperan en una cantidad importante de municipios, advierten activistas y autoridades.
Además, las indígenas que participan en la vida política de sus comunidades viven en un contexto cultural y social en el que la mujer no tiene “ni voz ni voto”, bajo una educación que trasciende generaciones.
En las elecciones de junio de 2021, se cumplió en términos generales con las disposiciones de ley en materia de paridad de género, sin embargo, se presentaron prácticas de simulación o adecuación que no propiamente significan un ejercicio democrático real para las mujeres en las localidades, advierte la Presidenta de la Red para el Avance Político de las Mujeres Guerrerenses, Muriel Salinas Díaz.
“Al ejercicio del cargo hay muchos obstáculos a los que se están enfrentando. Lo que nosotros observamos en el proceso electoral es que las mujeres indígenas se enfrentaron a prácticas de simulación de la cuota que corresponde a los pueblos y comunidades indígenas para el registro de candidaturas.”
En estos casos, en los partidos políticos los hombres postulan a los puestos de elección popular a sus familiares (esposas, hermanas, hijas) o empleadas (asistentes), comenta.
La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE) establece que los pueblos y comunidades indígenas elegirán autoridades o representantes garantizando la participación de mujeres y hombres en condición de igualdad, respetando las normas de la Constitución, las constituciones locales y las leyes aplicables.
En el caso de Guerrero, Salinas indica que, de 81 municipios en total, 23 son gobernados por mujeres. A su vez, son 23 municipios los que están considerados indígenas, y de estos, cinco son gobernados por mujeres.
La activista expone que los partidos políticos continúan definiendo sus candidaturas sin atender a la ley en muchos de los casos, donde también se presentan situaciones de autoadscripción, donde no es necesario comprobar, más que de palabra, que se es indígena para participar en una elección popular.
Otros casos que se presentan son el desconocimiento de las mujeres indígenas de sus derechos políticos, toda vez que hay casos en que los usos y costumbres o los sistemas normativos internos de las comunidades no les permiten a las mujeres emitir su voto o participar en la elección de cargos públicos.
Por su parte, la activista y defensora de los derechos humanos, Yndira Sandoval Sánchez, destaca la importancia de entender los derechos políticos de las mujeres como parte de sus derechos humanos.
Advierte, así, que existe una doble o triple discriminación a la que se enfrentan. “Ser mujer en este país, aun estando establecida la representación política paritaria, sigue siendo un reto, un regateo, porque hay una resistencia que se presenta de manera general, lo cual afecta no solo a las mujeres, sino también hay un atentado contra la democracia”, indica.
GESTIÓN COMUNITARIA
Aun cuando las mujeres en los municipios indígenas enfrentan todos estos conflictos, ellas tienen una vida política desde sus comunidades, a través del rol que desempeñan en las labores de su hogar, como madres, y en ocasiones como administradoras y trabajadoras en cultivos de traspatio y otras actividades.
“Las mujeres inician el ejercicio de su ciudadanía a partir de su propio rol de género (…). Cuando ellas enfrentan carencias en ese sentido, acceso al agua u otros servicios, es ahí cuando ellas inician su primera relación con el Estado, interpelan al municipio, a las autoridades locales para atender estas necesidades de sus familias”, señala.
PRIMERA ALCALDESA
Yareth Saraí Pineda Arce es la primera alcaldesa del municipio de Tlacoachistlahuaca, en la región de la Costa Chica, Montaña de Guerrero. Con 33 años de edad, participó anteriormente en las elecciones de 2015-2018, en las cuales vivió una situación de violencia política y discriminación, misma que la llevó a mantener su objetivo de alcanzar la Presidencia Municipal, que obtuvo recientemente en los comicios de 2021-2024.
“Naturalmente, como indígenas, los usos y costumbres en los que se ha educado a la población han sido en un sentido machista, porque así ha sido siempre. Sin embargo, hoy se ha dado un gran paso, soy la primera mujer presidenta del municipio y eso representa un reto muy grande”, enfatiza.
“Ser la actual Presidenta Municipal te lleva una doble responsabilidad, de no fallarle a la gente y de no fallarle a las mujeres, porque ven en uno la figura de poder romper el yugo ancestral que existe contra las mujeres en las comunidades.”
En su gobierno, Pineda tiene tres comisarias mujeres, de 28, lo cual significa un avance en la participación con equidad de género en la administración municipal.
Asimismo, enfrenta un analfabetismo de 90 por ciento en la población femenina, así como situaciones de machismo, y en el plano político, amenazas y agresiones por parte de sus opositores.
En el municipio de Tlacoachistlahuaca se trabaja en programas de atención y empoderamiento de las mujeres por medio de actividades productivas, como los textiles y la artesanía.
Para mejorar la situación hacia futuro, Yndira Sandoval considera la necesidad de atender los problemas de equidad de género que aún persisten en la actividad política y del ejercicio público, desde la legislación, con disposiciones más precisas y contundentes; además de generar políticas integrales de educación, salud, economía y justicia que aporten al desarrollo de las mujeres en las comunidades indígenas y en todo el país.